26 de Febrero – Martes – 7ª – Semana del T. O. – C –
Lectura
del libro del Eclesiástico (2,1-11):
Hijo, si te acercas a
servir al Señor, permanece firme en la justicia y en el temor, y prepárate para
la prueba. Endereza tu corazón, mantente firme
y no te angusties en
tiempo de adversidad. Pégate a él y no te separes, para que al final seas
enaltecido. Todo lo que te sobrevenga, acéptalo, y sé paciente en la adversidad
y en la humillación.
Porque
en el fuego se prueba el oro, y los que agradan a Dios en el horno de la
humillación. Confía en él y él te ayudará, endereza tus caminos y espera en él.
Los
que teméis al Señor, aguardad su misericordia y no os desviéis, no sea que
caigáis.
Los
que teméis al Señor, confiad en él, y no se retrasará vuestra recompensa.
Los
que teméis al Señor, esperad bienes, gozo eterno y misericordia.
Los
que teméis al Señor, amadlo y vuestros corazones se llenarán de luz.
Fijaos
en las generaciones antiguas y ved: ¿Quién confió en el Señor y quedó defraudado?,
o ¿quién perseveró en su
temor y fue abandonado?, o ¿quién lo invocó y fue desatendido?
Porque el Señor es
compasivo y misericordioso, perdona los pecados y salva en tiempo de desgracia,
y protege a aquellos que lo buscan sinceramente.
Palabra
de Dios
Salmo:
36,3-4.18-19.27-28.39-40
R/.
Encomienda tu camino al Señor, y él actuará
Confía en el Señor y haz
el bien,
habitarás tu tierra y
reposarás en ella en fidelidad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide
tu corazón. R/.
El
Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará
siempre;
no se agostarán en
tiempo de sequía,
en tiempo de hambre se
saciarán. R/.
Apártate
del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una
casa;
porque el Señor ama la
justicia
y no abandona a sus
fieles.
Los inicuos son
exterminados,
la estirpe de los
malvados se extinguirá. R/.
El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el
peligro;
el Señor los protege y
los libra;
los libra de los malvados
y los salva
porque se acogen a él. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):
En aquel tiempo, Jesús y
sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba
instruyendo a sus discípulos.
Les
decía:
«El
Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y
después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero
no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún,
y una vez en casa, les preguntó:
«¿De
qué discutíais por el camino?».
Ellos
callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a
los Doce y les dijo:
«Quien
quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y
tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El
que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a
mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».
Palabra
del Señor
1.
El evangelio de Marcos ha resumido, en este relato, tres hechos muy fuertes y que impresionan con esa fuerza.
En primer lugar, el que se ha
"transfigurado" y al que hay que
"escuchar", según la voz de la "nube" (que
simboliza la presencia de Dios); y, por otra
parte, el que ha bajado del monte
y es la fuerza que expulsa al
"demonio" (el poder del mal y de la muerte) va a ser asesinado, será
entregado en manos de los hombres, que lo matarán.
El que nos trae lo más sublime de la
vida, encuentra como respuesta la violencia total de la muerte. - ¿Qué nos dice
esto para nuestra vida? - ¿De parte de quién vivo y trabajo yo?
2.
En segundo lugar, los más cercanos
colaboradores de Jesús, "los Doce", mientras Jesús les habla
de lo más sublime, en cuanto a generosidad y entrega, ellos discuten de lo más
rastrero, en cuanto a egoísmo y ambición: "quién
es el primero", "quién es el más importante".
- ¿Puede imaginarse un contraste mayor?
- ¿Puede vivirse en una contradicción más repugnante? Y lo peor de todo
es que aquello, que se vivió en la Galilea de Jesús, se vive ahora en la
Iglesia de Cristo. - ¿Cómo podemos pretender que esta Iglesia
represente a
Jesús y predique su Evangelio?
Desde la contradicción, no se puede ir sino a
la esterilidad. Por más que esto tenga, a veces, apariencias de éxito o
represente una presunta verdad, que puede resultar una gran mentira.
3.
En tercer lugar, lo más profundo de este relato está en la frase final:
"el que acoge al último (el niño), me acoge a mí; y el que me acoge a mí,
acoge al que me ha enviado". Dios está en el último, en el más pequeño, en
el que menos representa. Y ahí, en semejante
pequeñez, en nada y nadie, ahí, es donde damos con Dios. El problema de Dios no es
problema de pensadores y filósofos. Es el gran problema ético, que todos tendríamos
que afrontar: la vida de los humanos no se organiza y se gestiona desde arriba,
sino desde abajo, desde los esclavos, los niños, los "nadies".
SAN NECTOR
En
Perge, en Panfilia, pasión de san Néstor, obispo de Magido y mártir, que en la
persecución bajo el emperador Decio fue condenado por el prefecto de la
provincia a morir en una cruz, para que sufriese la misma pena del Crucificado
a quien confesaba.
Polio, gobernador de Panfilia y
Frigia durante el reinado de Decio, trató de ganarse el favor del emperador,
aplicando cruelmente su edicto de persecución contra los cristianos. Néstor, el
obispo de Magido, gozaba de gran estima entre los cristianos y los paganos.
Aunque comprendió que el martirio no se haría esperar, no pensó en sí mismo,
sino en su grey y se dedicó a buscar sitios de refugio para sus fieles, pero él
mismo no se ocultó, aguardando tranquilamente su hora. Cuando se hallaba
orando, le avisaron que los oficiales de justicia le buscaban. Tras recibir sus
respetuosos saludos, el obispo les dijo: «¿Qué os trae por aquí, hijos míos?»
Ellos replicaron: «El irenarca y los magistrados de la curia desean veros». San
Néstor hizo la señal de la cruz, se cubrió la cabeza y les siguió hasta el
foro. Cuando el obispo entró, toda la corte se puso de pie como señal de respeto.
Los oficiales le hicieron sentar en un sitial frente a los magistrados. El
irenarca le preguntó:
-Señor, ¿estáis al tanto de la orden del emperador?
-Yo sólo conozco la orden del Todopoderoso, no la del emperador-
respondió el obispo.
El magistrado replicó:
-Os aconsejo que procedáis con calma para que no tenga yo que
condenaros.
Como San Néstor se mostrase inflexible, le amenazó con la tortura,
pero el obispo replicó:
-La única tortura que temo es la que Dios pueda infligirme. Puedes
estar seguro de que, en el tormento y fuera de él, no dejaré de confesar a
Dios.
Contra su voluntad, la corte tuvo que
enviarle ante el gobernador. El irenarca le condujo, pues, a Perga. Aunque no
tenía amigos en esa ciudad, su fama le había precedido de suerte que los magistrados
empezaron por rogarle amable y cortésmente que abjurase de su religión. Néstor
se negó con firmeza. Entonces Polio ordenó que le tendiesen en el potro. En
tanto que el verdugo le desgarraba con garfios los costados, Néstor cantaba:
«En todo tiempo daré gracias al Señor y mi boca no se cansará de alabarle». El
juez le preguntó si no se avergonzaba de poner su confianza en un hombre que
había muerto crucificado. Néstor contestó:
-Bendita sea entonces mi vergüenza y la de todos los que invocan al
Señor.
Polio le dijo:
- ¿Vas a ofrecer sacrificios, o no?
- ¿Estás con Cristo o con nosotros?
El mártir replicó:
-Con Cristo ahora y siempre: con Él estoy ahora y con Él estaré
eternamente.
Entonces Polio le sentenció a morir
crucificado. Desde la cruz, san Néstor exhortó y alentó a los cristianos que le
rodeaban. Su muerte fue un verdadero triunfo, pues, cuando el obispo pronunció
sus últimas palabras: «Hijos míos, postrémonos y oremos a Dios por Nuestro
Señor Jesucristo», cristianos y paganos se arrodillaron a orar, en tanto que el
mártir exhalaba el último suspiro.
fuente:
«Vidas de los santos de A. Butler»
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