15 de ABRIL –
LUNES SANTO – C –
Lectura
del libro de Isaías (42,1-7):
Así dice el Señor:
«Mirad
a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi
espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones.
No
gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará,
la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con verdad.
No
vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley
esperan las islas.
Esto
dice el Señor, Dios, que crea y despliega los cielos, consolidó la tierra con
su vegetación, da el respiro al pueblo que la habita y el aliento a quienes
caminan por ella:
«Yo,
el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te he formé e hice
de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de
los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan
en tinieblas».
Palabra
de Dios
Salmo:
26,1.2.3.13-14
R/.
El Señor es mi luz y mi salvación
El Señor es la defensa de
mí vida,
¿quién me hará temblar? R.
Cuando me asaltan los
malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen. R.
Si un ejército acampa
contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la
guerra,
me siento tranquilo. R.
Espero gozar de la dicha
del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé
valiente,
ten ánimo, espera en el
Señor. R.
Lectura
del santo evangelio según san Juan (12,1-11):
Seis días antes de la
Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de
entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno
de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo,
auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su
cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas
Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por
qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los
pobres?».
Esto
lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como
tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús
dijo:
-
«Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los
tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una
muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús,
sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los
sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por
su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra
del Señor
1.
El "banquete", en las culturas griega y romana de la
Antigüedad, era
una manifestación determinante en la vida de
la sociedad. El Banquete, en
Jenofonte, en Platón, son ejemplos elocuentes de lo que representaba el
banquete.
Lo mismo ocurría en la sociedad judía, en la que el banquete
representaba la plenitud de la salvación. De ahí, la importancia de este
evangelio. El symposium era un verdadero acontecimiento social, cuya finalidad
no se limitaba a satisfacer la necesidad de alimentarse, sino que vinculaba a
los
comensales y era el símbolo más fuerte de su
integración en un grupo, una institución o la sociedad en general (Dennis E.
Smith).
2.
En esta cena se destaca, ante todo, el hecho de que Jesús vinculó junto
a sí a un numeroso grupo de personas que le querían y le seguían fielmente.
En este contexto, se destaca la relación
de Jesús con las mujeres: amistad fiel, generosidad, delicadeza y los más
bellos y nobles sentimientos, que se
expresan mediante el perfume de alto valor y
hasta en la caricia del cabello.
Ya Jesús había dado motivo de
escándalo por tolerar estos gestos de conducta femenina (Lc 7, 36-50).
Jesús estuvo siempre de parte de las
mujeres y las defendió. Este es uno de los rasgos que mejor definen la
personalidad y la libertad de Jesús.
3.
Lo peculiar de este banquete fue la unción que una mujer tuvo la
delicadeza de hacerle a Jesús. Ya antes, tenemos noticia de mujeres que
ungieron a Jesús en comidas festivas (Mc 14, 3-9; Mt 26, 6-13; Lc 7, 36-50) (U.
Schnelle), incluso con sorpresa o escándalo de los comensales.
Se trata, en esto, de un valor supremo
en la vida, que muchos hombres no acabamos de entender. Por eso el gesto de María suscitó escándalo y
crítica, no solo en Judas (Jn 12, 4-6), sino también en los discípulos (Mt 26,
8; Mc 14, 4).
Ha sido una desgracia, para el
cristianismo, que en él tenga una presencia tan fuerte el puritanismo estoico,
en el que "la pureza, más bien que la justicia, se ha convertido en el
medio
cardinal de la salvación" (E. R. Dodds),
mientras que ha quedado marginado el
sentimiento dionisíaco, en el que la
"felicidad suprema de la bacanal"
conduce a los humanos a "poner sus almas en común" (María
Daraki).
La humanidad de Jesús es tan honda,
que sabe armonizar lo que, a veces, los líderes sociales no saben conjugar: la
generosidad total con la delicadeza más sorprendente de la sensibilidad humana.
San Telmo Confesor
Es
uno de los santos medievales más populares, cuya figura se agrandó por el juego
de la fábula y cuyos milagros verdaderos o menos contribuyeron a meterlo en las
entrañas del pueblo.
Vida
de San Telmo Confesor
Su verdadero nombre de pila es
Pedro y llevó como apellidos González Termo. Nació en una familia muy cristiana
alrededor del año 1185, cuando es rey en León Fernando II y en Castilla Alfonso
VIII; se bautizó en la iglesia románica de san Martín de Frómista, en Palencia.
Un tío suyo que es canónigo y
llega a obispo se encarga de su educación. El joven Telmo entra en los Estudios
Generales - centro, orgullo de los palentinos, recientemente establecido por
Alfonso VIII, el vencedor de las Navas, antes aún que el de Salamanca, fundado
en el siglo XIII por Alfonso IX-. Su inteligencia está mejor dotada que la de
muchos; rinde más por los buenos maestros que por el esfuerzo que pone. No está
Palencia para mucho intelectual esfuerzo ya que en la época no mandan los
letrados teólogos sino los armados caballeros; es el tiempo del romance con
juglares y trovadores que ganan su vida cantando batallas por el camino de
Santiago bien cercano. A decir verdad, a Telmo le va la jarana, la bulla, la chanza
y los torneos. Influye en la estudiantina y en el pueblo. Tiene éxito entre las
mozas y es ¡sobrino mimado del obispo! Aunque las disposiciones son mínimas y
parece que no habrá muchas promesas de buen clérigo, su tío lo hace canónigo y
al poco tiempo lo eleva a deán con pingüe beneficio.
Rechaza el deanato, renuncia a la
canongía y a sus prebendas. Llama a las puertas del convento de Dominicos que
ha poco fundó en Palencia Domingo de Guzmán y donde se forman monjes que para
la disputa con los albigenses. Allí se entrega a la oración, con disciplina y
sacrificio, orden, obediencia, sacrificio, humildad, estudio, servicio a los
demás y... ¡con alegría por dentro! Pasado un tiempo, con dotes de predicador
innatas, explica la doctrina al pueblo, se producen conversiones, dedica tiempo
a los pobres y visita a los enfermos.
Andalucía es promesa ahora que
Fernando el Santo es rey de los dos reinos. Se ha pasado la línea de Sierra
Morena y la arrebatar el sur a la Medialuna es el empeño de la cruzada. Los
ejércitos están necesitados de ilusión, los soldados tienen alma que cuidar
cuando los avances y retrocesos son vandálicos y las pasiones entran en juego.
Allá está Telmo predicando, perdonando, alentando y encauzando a caballeros y
mesnadas.
De nuevo en Galicia, es Lugo
quien se beneficia de su actividad apostólica. Las predicaciones son
multitudinarias y con frecuencia son insuficientes los templos. Difunde
ampliamente el Santo Rosario y tiene los primeros contactos con los marineros.
Córdoba es también, cuando la
toman en el 1236, el lugar donde ejerce Telmo el ministerio y ahora es
consejero y confesor del rey Fernando, además de atender a los ejércitos. Una
preciosa tabla de la catedral de Tuy representa al rey arrodillado dentro de la
real tienda con Telmo sentado impartiéndole perdón y consejo. Pero, como no es
palaciego, terminado el encargo, vuelve a la Galicia de sus sueños.
Tuy se aprovechará de sus
desvelos. Enseña lo que sabe, tiene cura de almas, resalta su oficio de padre
de los pobres, dirige conciencias, socialmente influye -con la formación que da
a los pescadores y marineros- poniendo los cimientos de lo que luego serán las
cofradías y los gremios. Dicen que le vieron hacer milagros, mandar a las
nubes, aplacar tormentas, atravesar a pie el Miño, conseguir milagrosamente
comida y predecir el día y hora de su muerte conocidos por aviso del Cielo.
El obispo don Lucas -el autor del
Chronicon Mundi- presidió sus funerales, mandó fabricar su mausoleo, conservar
religiosamente sus reliquias y recoger información judicial para abrir su
proceso.
Fuente: archimadrid
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