27 DE MARZO - SÁBADO – 5ª – SEMANA DE CUARESMA - B
Stª – LIDIA
Lectura de la profecía de Ezequiel
(37,21-28):
ESTO dice el
Señor Dios:
«Recogeré a los hijos de Israel de entre
las naciones adonde han ido, los reuniré de todas partes para llevarlos a su
tierra. Los hará una sola nación en mi tierra, en los montes de Israel. Un solo
rey reinará sobre todos ellos. Ya no serán dos naciones ni volverán a dividirse
en dos reinos.
No volverán a contaminarse con sus
ídolos, sus acciones detestables y todas sus transgresiones. Los liberaré de
los lugares donde habitan y en los cuales pecaron. Los purificaré; ellos serán
mi pueblo y yo seré su Dios.
Mi siervo David será su rey, el único
pastor de todos ellos. Caminarán según mis preceptos, cumplirán mis
prescripciones y las pondrán en práctica. Habitarán en la tierra que yo di a mi
siervo Jacob, en la que habitaron sis padres: allí habitarán ellos, sus hijos y
los hijos de sus hijos para siempre, y mi siervo David será su príncipe para
siempre.
Haré con ellos una alianza de paz, una
alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos mi
santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y
ellos serán mi pueblo. Y reconocerán las naciones que yo soy el Señor que
consagra Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos para siempre».
Palabra de Dios
Salmo: Jr 31,10.11-12ab.13
R/. El Señor nos guardará como un pastor a
su rebaño
V/. Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla a las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño. R/.
V/. Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte».
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.
V/. Entonces
se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.
Lectura del santo evangelio según san Juan
(11,45-57):
EN aquel
tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había
hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les
contaron lo que había hecho Jesús.
Los sumos sacerdotes y los fariseos
convocaron el Sanedrín y dijeron:
«¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos
signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos
destruirán el lugar santo y la nación».
Uno de ellos, Caifás, que era sumo
sacerdote aquel año, les dijo:
«Vosotros no entendéis ni palabra; no
comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la
nación entera».
Esto no lo dijo por propio impulso, sino
que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que
Jesús iba a morir por la nación; y no solo por la nación, sino también para
reunir a los hijos de Dios dispersos.
Y aquel día decidieron darle muerte. Por
eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la
región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo
con los discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos, y
muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para
purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban:
«¿Qué os parece? ¿Vendrá a la fiesta?».
Los sumos sacerdotes y fariseos habían
mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.
Palabra del Señor
1. Este relato es de una
excepcional importancia histórica. Porque en él se nos dice dónde estuvo la
clave de la condena a muerte que dictó el Sanedrín contra Jesús.
La decisión no la tomó el pueblo judío.
La tomaron los dirigentes de la religión de aquel pueblo, Y la tomaron el día
que tomaron conciencia clara de que Jesús tenía tal fuerza de atracción, que
les quitaba a ellos la clientela.
Los dirigentes religiosos, en aquella
religión y en todas las religiones, toman sus decisiones por motivos de poder.
Más exactamente, en función de lo que favorece o amenaza el poder sacerdotal.
2. ¿Qué amenaza para su poder vieron los
dirigentes religiosos judíos en Jesús?
Vieron que la gente perdía la fe en
ellos y la ponía en Jesús. ¿Por qué?
La gente busca en la religión solución a
problemas que, según las creencias de cada tiempo y de cada persona, solo la
religión les puede aportar.
Pues bien, por este relato evangélico
vemos que la gente vio en Jesús solución a problemas que los sacerdotes y sus
ceremonias no les solucionaban.
En concreto, a continuación del singular
relato de la resurrección de Lázaro, es evidente que allí estaba en juego el
problema fundamental de todo ser humano: la vida.
Tener vida, gozar de la vida, recuperar
la vida cuando uno se ve perdido y sin solución posible.
3. La mejor religión que
podemos practicar es la que practicó Jesús: la religión que da vida, que da
sentido a la vida, plenitud a la vida, felicidad y ganas de vivir.
Esa es la fe que arrastra. Y la religión
que seduce incluso a los más alejados y a los que se ven sin salida en este
mundo.
Stª – LIDIA
Martirologio Romano: Conmemoración de santa Lidia de Tiatira, vendedora de púrpura, que fue la
primera que creyó en el Evangelio en Filipos, en Macedonia, cuando lo predicó
el apóstol san Pablo (s. I).
Ser el primero en
hacer algo es un modo seguro de hacer que tu nombre figure en el libro de los
récords. La primera persona en dar la vuelta al globo. La primera persona en
correr la milla en menos de tres minutos. La primera persona en llegar al Polo
Sur. Lidia también fue una de las primeras. Su familia fue la primera en Europa
en convertirse al cristianismo y ser bautizada.
Lidia era una
comerciante de púrpuras. Eso podría no significar mucho para nosotros hoy en
día, pero en el siglo primero eso significaba que era una mujer muy rica. Dado
que el tinte de la púrpura se extraía con muchas dificultades de cierto
molusco, sólo una elite podía permitirse tener telas teñidas de ese color. Una
mercader que vendiera ese tinte tan extremadamente costoso era rica, se mirase
como se mirase.
La riqueza se cita
a menudo como uno de los principales obstáculos al crecimiento espiritual.
Se nos advierte
que "es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para
un rico entrar en el Reino de los Cielos". Eso no significa, sin embargo,
que ser pobre te haga mejor automáticamente. Una persona pobre que acumula unas
pocas posesiones no es mejor que una persona rica que acumula muchas. No hay
indicaciones de que Lidia abandonara su negocio tras convertirse al cristianismo.
Pero hay muchas pruebas de que utilizó su fortuna sabiamente.
Entendió que el
valor real de la riqueza reside en el modo en que la usas, no en cuánto tienes.
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