5 DE MARZO - VIERNES –
2ª – SEMANA DE CUARESMA – B
SAN ADRIAN
Lectura del libro del Génesis (37,3-4.12-13a. 17b-28):
ISRAEL amaba a José más que a todos los otros hijos, porque le había nacido
en la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre
lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo.
Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo
a José:
«Tus hermanos deben de estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a
mandar donde están ellos».
José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde
lejos y, antes de que se acercara, maquinaron su muerte.
Se decían unos a otros:
«Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos
que una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños».
Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo:
«No le quitemos la vida».
Y añadió:
«No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no
pongáis las manos en él».
Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre.
Cuando llegó José al lugar donde
estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica, la túnica con mangas
que llevaba puesta, lo cogieron y lo echaron en un pozo. El pozo estaba vacío,
sin agua.
Luego se sentaron a comer y, al levantar la vista, vieron una caravana de
ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a
Egipto. Judá propuso a sus hermanos:
«¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a
venderlo a los ismaelitas y no pongamos nuestras manos en él, que al fin es
hermano nuestro y carne nuestra».
Los hermanos aceptaron.
Al pasar unos mercaderes madianitas, tiraron de su hermano; y, sacando a
José del pozo, lo vendieron a unos ismaelitas por veinte monedas de plata.
Estos se llevaron a José a Egipto.
Palabra de Dios
Salmo: 104,16-17.18-19.20-21
R/. Recordad las maravillas que hizo el Señor
Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un
hombre,
a José, vendido como
esclavo. R/.
Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la
argolla,
hasta que se cumplió su
predicción,
y la palabra del Señor lo
acreditó. R/.
El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le abrió la
prisión,
lo nombró administrador de su
casa,
señor de todas sus
posesiones. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,33-43.45-46):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del
pueblo:
«Escuchad otra parábola:
“Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cayó en
ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó
lejos.
Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir
los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados,
apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos
lo mismo.
Por último, les mandó a su hijo diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron:
‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño de la viña,
¿qué hará con aquellos labradores?”».
Le contestan:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros
labradores que le entreguen los frutos a su tiempo».
Y Jesús les dice:
«¿No habéis leído nunca en la Escritura:
“La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el
Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a
un pueblo que produzca sus frutos».
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron
que hablaba de ellos. Y, aunque intentaban echarle mano, temieron a la gente,
que lo tenía por profeta.
Palabra del Señor
1. Todo el relato, en esta parábola, alcanza unas dimensiones
que impresionan.
El "sitio" donde Jesús la pronunció: Jerusalén, la capital y centro de la
religión de aquel pueblo y de aquella cultura.
El "momento" en que la dijo: cuando lo iban a matar, cosa que Jesús sabía, como quedó
patente en los anuncios de la pasión.
Los "destinatarios" a quienes Jesús habló, que fueron
precisamente los protagonistas de aquella atrocidad.
El "contenido" del relato que Jesús presenta: un
crimen y un robo sin motivo alguno y algo tan descabellado, que aquello no
tenía ni pies ni cabeza.
2. Pero lo más fuerte no es nada de lo que se acaba de
indicar. Lo más grave es que aquí explica Jesús hasta qué extremos de
irracionalidad e inhumanidad lleva el poder y la ambición que se instala en
"los que mandan en la viña del Señor y de ella se aprovechan para vivir
bien".
Por una razón muy sencilla: todo está en que los labradores, que trabajaban
y dirigían la viña, confundieron el bien de la viña con la posesión de la viña.
Si allí mandaba el dueño, tan permisivo y tolerante, que les pone en bandeja
incluso a su propio hijo, tan
ingenuamente, para que se lo
maten, con semejante dueño, la viña no produce.
Este fue el argumento de aquellos canallas "religiosos".
3. Justamente, lo que ahora tenemos en tantos sectores,
instituciones y personas dirigentes de "la actual viña del Señor".
Los nuevos labradores de la viña del Señor se han convencido de que todo el
bien de la Iglesia depende de que ellos sean los que siguen mandando. En una
"viña así", una Iglesia "puesta al día", la Iglesia que
quiere el papa Francisco, semejante viña y semejante Iglesia
(piensan los "labradores
oficiales" de hoy) sería la ruina de la "viña" y de la
Iglesia.
Por eso, a semejante "dueño" se le quita de en medio. Como sea,
se le quita la autoridad, la fama, o incluso se puede "morir de
repente".
Lo que hay que procurar es que el pueblo no se alborote, o que no lo tenga
por profeta.
La pasión de Jesús sigue siendo actual.
SAN ADRIAN
San Adrián fue un mártir de la Iglesia Católica que
vivió en tiempos de la última y más terrible de las persecuciones que
padecieron los primeros cristianos promovida por el emperador romano
Diocleciano.
Según algunos registros en griego y latín, Adrián fue
oficial de la guardia del emperador Galerio y por lo tanto perseguidor de
cristianos. Sin embargo, un día estando presente en el juicio y tortura de
veintidós mártires, quedó tan impresionado que decidió convertirse al
cristianismo.
El santo vivió terribles tormentos después de ser
apresado junto a algunos compañeros durante un viaje a la ciudad de Cesarea,
cuando visitaba a unos cristianos. Inmediatamente fue conducido ante el
gobernador de Palestina, Firmiliano, quien lo mandó azotar y desgarrar las
carnes con garfios de hierro, para después ser arrojado a las fieras.
Fue decapitado cerca del año 306 en la antigua ciudad
de Nicomedia (reino de Bitinia) por no acceder a renegar de su fe. Su fiesta se
celebra el 5 marzo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario