jueves, 17 de junio de 2021

Párate un momento: El Evangelio del dia 19 - DE JUNIO – SÁBADO – 11ª – SEMANA DEL T. O. – B – San Romualdo

 

 


19 - DE JUNIO – SÁBADO –

11ª – SEMANA DEL T. O. – B –

San Romualdo

 

    Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,1-10):

 

   Toca presumir. Ya sé que no está bien, pero paso a las visiones y revelaciones del Señor.

    Yo sé de un cristiano que hace catorce años fue arrebatado hasta el tercer cielo, con el cuerpo o sin cuerpo, ¿qué sé yo? Dios lo sabe. Lo cierto es que ese hombre fue arrebatado al paraíso y oyó palabras arcanas, que un hombre no es capaz de repetir.

    De uno como ése podría presumir; lo que es yo, sólo presumiré de mis debilidades. Y eso que, si quisiera presumir, no diría disparates, diría la pura verdad; pero lo dejo, para que se hagan una idea de mí sólo por lo que ven y oyen. Por la grandeza de estas revelaciones, para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio.

    Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido:

    «Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad.»

    Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

 

Palabra de Dios

 

    Salmo: 33,8-9.10-11.12-13

 

    R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor

 

   El ángel del Señor acampa

en torno a sus fieles y los protege.

Gustad y ved qué bueno es el Señor,

dichoso el que se acoge a él. R/.

 

   Todos sus santos, temed al Señor,

porque nada les falta a los que le temen;

los ricos empobrecen y pasan hambre,

los que buscan al Señor no carecen de nada. R/.

                              

    Venid, hijos, escuchadme:

os instruiré en el temor del Señor;

¿hay alguien que ame la vida

y desee días de prosperidad? R/.

 

    Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,24-34):

 

   En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.

    Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido?

    Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos.

    Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe?

    No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.

    Sobre todo, buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura.

    Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.»

 

Palabra del Señor

 

1.  El principio ético que, de entrada, plantea aquí Jesús es tajante: "No podéis

vivir como esclavos de dos amos". 

El texto, en efecto, establece la relación entre el "amo" (kyrios) y el "esclavo" (doúlos) (Mt 6, 24 a). Y afirma, sin restricción alguna, que no es posible que un mismo esclavo esté al servicio de dos amos.

Conviene recordar que, en el judaísmo del tiempo de Jesús, existía la esclavitud. Era más mitigada que en otros pueblos, concretamente era obligatoria solo durante seis años (Ex 21, 2; Deut 15, 12; cf. Jn 8, 35) (J. Jeremias).

Y el trato que se daba a los esclavos judíos debía ser humanitario (cf. Mt 10, 24-25; Jn 13, 16; 15, 20).

 

2.  En todo caso, el esclavo se compraba en el mercado y era propiedad del amo.  De ahí la fuerza de la frase de Jesús: "No podéis servir como esclavos

(deouleúein) a Dios y al dinero".

El texto no se refiere a que la relación con Dios pueda ser una relación de esclavitud, ya que el Dios de Jesús es siempre Padre.

La fuerza de esta sentencia evangélica está en que quien centra su vida en el

dinero, lo que hace es constituir al dinero en amo, al tiempo que él mismo se vende como esclavo a semejante dueño. Así, el codicioso, creyendo que es libre, en realidad es un hombre que ha perdido su libertad. Y vive a merced de lo que mande el mercado y sus turbias maniobras.

 

3.  La larga exhortación de Jesús a no vivir angustiados por la comida y el

vestido debe interpretarse como una liberación del agobio, pero jamás como

un abandono de la propia responsabilidad.

Ahora, más que nunca, hay que

urgir esa responsabilidad, no para atesorar, sino para producir. La producción es la mejor puesta en práctica de la caridad. La profesión implica "la idea de una misión impuesta por Dios" (M. Weber).

                               


San Romualdo

 


Nació en Ravena, hacia la mitad del siglo X. Practicó la vida eremítica y, durante varios años, recorrió diversos lugares en busca de la soledad y fundando pequeños monasterios. Luchó denodadamente contra la relajación de costumbres de los monjes de su tiempo, mientras se esforzaba en adquirir la propia perfección. Murió hacia el año 1027.

 

   

            VIDA DE SAN ROMUARLDO

 

 

San Romuarldo nace en Ravena (Italia), 950 d.C.?. Hijo de la familia Onesti, duques de Ravena que gobernaban la ciudad.

Fue educado sin formación cristiana por lo que se dejó arrastrar por el mundo. Sin embargo, de vez en cuando experimentaba fuertes inquietudes y serios remordimientos de conciencia.

Su padre desafió a un hombre a duelo. Se llevó a Romualdo como testigo y este vio con horror como su padre mataba a aquel hombre. Romualdo decidió irse a un monasterio benedictino a la montaña donde permaneció tres años en oración y penitencia. El superior temía que el padre de Romualdo se vengara y no lo recibía de monje. Por fin lo aceptó por la intercesión del Arzobispo.

Su vida ejemplar molestó a los otros monjes y Romualdo se alejó. Se encontró solo con un monje rudo y áspero llamado Marino. Esa convivencia le ayudó a progresar rápidamente en su vida de penitencia. Juntos lograron muchas conversiones: la del Jefe civil y militar de Venecia, el Dux de Venecia (quién fue a vivir en oración y soledad y llegó a ser San Pedro Urseolo); incluso la del padre de Romualdo quien arrepentido se retiró a un convento donde estuvo hasta la muerte.

Llegaron entonces terribles tentaciones de impureza. Escribe el Padre Salesman:

La imaginación le presentaba con toda viveza los más sensuales gozos del mundo, invitándolo a dejar esa vida de sacrificio y a dedicarse a gozar de los placeres mundanos. Luego el diablo le traía las molestas y desanimadoras tentaciones de desaliento, haciéndole ver que toda esa vida de oración, silencio y penitencia era una inutilidad que de nada le iba a servir. Por la noche, con imágenes feas y espantosas, el enemigo del alma se esforzaba por obtener que no se dedicara más a tan heroica vida de santificación. Pero Romualdo redoblaba sus oraciones, sus meditaciones y penitencias, hasta que al fin un día, en medio de los más horrorosos ataques diabólicos, exclamó emocionado: "Jesús misericordioso, ten compasión de mí", y al oír esto, el demonio huyó rápidamente y la paz y la tranquilidad volvieron al alma del santo.

Después de muchos sufrimientos y rechazos a manos de otros monjes, el año 1012 fundó una nueva comunidad a la que llamó "Camaldulenses" (religiosos del Campo de Málduli, nombre del benefactor que regaló las tierras). Observan silencio perpetuo y se dedican a la oración.

En una visión vio una escalera por la cual sus discípulos subían al cielo, vestidos de blanco. Cambió entonces el antiguo hábito negro de sus religiosos por un hábito blanco.

San Romualdo deseaba ser mártir. Con esa intención se propuso ir a Hungría, pero cada vez que emprendía el viaje se enfermaba. Comprendió que su entrega total a Dios debía ser donde ya estaba.

Hizo muchos milagros y profetizó su muerte con 20 años de anterioridad. En los últimos años tenía arrebatos místicos y exclamaba: "Amado Cristo Jesús, ¡tú eres el consuelo más grande que existe para tus amigos!".

Desde el año 1012 existen monasterios Camaldulenses esparcidos por el mundo donde se observa perpetuo silencio para dedicarse a la oración.

 

https://www.corazones.org

 

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