miércoles, 21 de julio de 2021

Párate un momento: El Evangelio del dia 24 - DE JULIO – SÁBADO – 16ª – SEMANA DEL T. O. – B – Santa Cristina de Bolsena

 

 


24 - DE JULIO – SÁBADO –

16ª – SEMANA DEL T. O. – B –

Santa Cristina de Bolsena

 

    Lectura del libro del Éxodo (24,3-8):

 

   En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una:

    «Haremos todo lo que dice el Señor.»

    Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos y vacas como sacrificio de comunión. Tomó la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar.

    Después, tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió:     «Haremos todo lo que manda el Señor y lo obedeceremos.»

    Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo:

    «Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos.»

 

Palabra de Dios

 

    Salmo: 49,1-2.5-6.14-15

 

    R/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza

 

    El Dios de los dioses, el Señor, habla:

convoca la tierra de oriente a occidente.

Desde Sión, la hermosa, Dios resplandece. R/.

 

   «Congregadme a mis fieles,

que sellaron mi pacto con un sacrificio.»

Proclame el cielo su justicia;

Dios en persona va a juzgar. R/.

 

   «Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,

cumple tus votos al Altísimo

e invócame el día del peligro:

yo te libraré, y tú me darás gloria.» R/.

 

    Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,24-30):

 

   En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó.     Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:

    "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?"

    Él les dijo:

    "Un enemigo lo ha hecho."

    Los criados le preguntaron:     "¿Quieres que vayamos a arrancarla?"

    Pero él les respondió:

    "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: 'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero'."»

 

Palabra del Señor

 

     1.  Como es lógico, los criados que pretendían arrancar la cizaña eran individuos que mostraban ser ellos los que sabían lo que era "buena hierba" y lo

que era "cizaña".

     Es decir, ellos se veían a sí mismos capacitados para enjuiciar con seguridad   a los demás. Para enjuiciarlos y para arrancarlos de raíz. Se sentían capacitados y sobre todo seguros de lo que     pensaban hacer. Y lo más peligroso es que, como lo que pensaban hacer era una cosa buena, no podían ni dudar de que iban a hacer lo que tenían que hacer.

     O sea, se puede afirmar que eran   auténticos fanáticos. Y ya se sabe que "la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar" (Samuel Oz).

     Esto es peligrosísimo. Lo ha explicado bellamente Victoria Camps, en su Elogio de la duda, donde nos recuerda el sabio   pensamiento de Bertrand Russell: "Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se debe a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas".

 

     2.  Esto explica la genialidad de la parábola de la cizaña. Y la necesidad que

tenemos de la tolerancia y el respeto.  Jesús solo fue intolerante con los intolerantes. Precisamente porque en ellos vio el gran peligro para la tolerancia con el otro, con el diferente, con el que yo veo como cizaña.

     Sin duda alguna, la Inquisición fue una agresión a los derechos fundamentales de las personas. Pero, además de eso, fue seguramente la mayor agresión que se ha hecho contra la propia Iglesia. Concretamente, la Iglesia católica se ha hecho tan odiosa, ante mucha gente, porque ha potenciado la cultura de la intolerancia.

 

     3.  No puede ser casualidad que los grupos actuales más religiosos, son precisamente los grupos religiosamente más intolerantes. Y ahora, cuando las fronteras se han difuminado y cuando las gentes circulan por el mundo entero con

mayor facilidad, los grupos religiosos se hacen más intolerantes, se empeñan en ser ellos quienes saben dónde está la mala hierba, y no consienten dejarla crecer.

     Es evidente que la espiritualidad del respeto y la tolerancia es una de las cosas que más y mejor debe cuidar y cultivar la Iglesia de Jesucristo.

 

Santa Cristina de Bolsena


 

 

Joven, posiblemente romana, martirizada cerca del lago de Bolsena en la región Toscana de Italia. Sus hazañas legendarias se han confundido con las de Santa Cristina de Tiro, cuya existencia no es segura. La iconografía la representa en variadas formas: Con flechas, sosteniendo una piedra de molino, con serpientes. Desde 1969 el culto se limita a los calendarios locales.

 

 

Vida de Santa Cristina de Bolsena

 

Un caso más de conciencia. ¿Qué debe hacer su padre? ¿Matar a su hija u obedecer al emperador? Es la frase del Evangelio: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".

Era hija de Urbano, un gobernador pagano de armas tomar. Su hija, por el contrario, tuvo la suerte de entrar en contacto desde muy pequeña con unas mujeres cristianas. Estas, contentas y felices, le enseñaron la vida y obra de Jesucristo.

A medida que iba aprendiendo, vivía cuanto aprendía. Y para colmo, el padre no sabía ni palabra. Como niña, se entretenía en romper las estatuas de los falsos dioses que el padre tenía en casa. Un juego más pensaba el padre. La realidad era todo lo contrario.

Pero cuando se enteró de que era cristiana, pronunció estas palabras: "No se ha decir en el mundo que una niña me dio la ley, ni que estos hechiceros de cristianos triunfan de nuestros dioses en medio de mi propia familia. Yo veré si sus hechizos pueden más que mis tormentos y si la paciencia de una hija ha de hacer burla de la cólera de un padre".

La sometió a toda clase de sufrimientos. De todos ellos la libró el Señor. Hay un momento en que el propio padre la llevó al templo de Apolo para que rezara e hiciera los sacrificios pertinentes. Pero el dios se cayó derrumbado al suelo ante su padre. Este, en un acto de violencia, cayó fulminado de muerte.

Otros gobernadores hicieron los mismo. Y, cansados, no tuvieron más remedio que darle muerte para el escarmiento de los cristianos que crecían como la espuma en tiempos de dificultad.

Sus restos los llevaron de Toscana a Palermo en donde se veneran en la actualidad. 

Fuente: http://es.catholic.net/santoral/

 


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