2 - DE AGOSTO
– LUNES –
18ª –
SEMANA DEL T. O. – B –
Ntra. Señora de los Ángeles de la
Porciúncula
Lectura del libro de los
Números (11,4b-15):
En
aquellos días, los israelitas dijeron:
«¡Quién pudiera comer
carne! Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, y de los
pepinos y melones y puerros y cebollas y ajos. Pero ahora se nos quita el
apetito de no ver más que maná.»
El maná se parecía a
semilla de coriandro con color de bedelio; el pueblo se dispersaba a recogerlo,
lo molían en el molino o lo machacaban en el almirez, lo cocían en la olla y
hacían con ello hogazas que sabían a pan de aceite. Por la noche caía el rocío
en el campamento y, encima de él, el maná.
Moisés oyó cómo el
pueblo, familia por familia, lloraba, cada uno a la entrada de su tienda,
provocando la ira del Señor; y disgustado, dijo al Señor:
«¿Por qué tratas mal a
tu siervo y no le concedes tu favor, sino que le haces cargar con todo este
pueblo? ¿He concebido yo a todo este pueblo o lo he dado a luz, para que me
digas: "Coge en brazos a este pueblo, como una nodriza a la criatura, y
llévalo a la tierra que prometí a sus padres"? ¿De dónde sacaré pan para
repartirlo a todo el pueblo? Vienen a mí llorando: "Danos de comer
carne." Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis
fuerzas.
Si me vas a tratar así,
más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no tendré que pasar tales
penas.»
Palabra de
Dios
Salmo: 80,12-13.14-15.16-17
R/. Aclamad a Dios, nuestra
fuerza
Mi
pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos. R/.
¡Ojalá me
escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
En un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios. R/.
Los que
aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre. R/.
Lectura del santo evangelio
según san Mateo (14,13-21):
En aquel
tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí
en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por
tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y
curó a los enfermos.
Como se hizo tarde, se
acercaron los discípulos a decirle: «Estamos
en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas
y se compren de comer.»
Jesús les replicó:
«No hace falta que
vayan, dadles vosotros de comer.»
Ellos le replicaron:
«Si aquí no tenemos más
que cinco panes y dos peces.»
Les dijo:
«Traédmelos.»
Mandó a la gente que se
recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la
mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los
discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos
llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Palabra del
Señor
1.
Los estudiosos de los evangelios mejor documentados están de acuerdo en
que
este relato de la multiplicación de los panes es uno de los llamados
"milagros-dádiva", como es el caso de la boda de Caná (Jn 2, 1-12)
(G. Theissen).
Por supuesto, este hecho tiene una
"explicación mítica" (D. F. Strauss).
La comida es la primera necesidad que el
ser humano experimenta en cuanto viene a este mundo.
Lo primero que el recién nacido hace, en
cuanto viene a este mundo, es ponerse a mamar.
Lo cual es satisfacer una necesidad biológica básica indispensable. Pero también entraña una necesidad psicológica que no podemos dejar al
descubierto: la necesidad de recibir cariño y de dar cariño. La mamá y el hijo
se funden en la unión que es plenitud de vida, de satisfacción, de felicidad.
2.
Por eso, la comida no tiene solo la función de saciar el hambre y
reparar las fuerzas del cuerpo. La comida es también unión de personas, fusión de los
sentimientos más hondos de la vida
humana. De ahí que la comida -que es tan necesaria para vivir— puede ser
fuente de felicidad o fuente de humillación.
Es
felicidad compartir una comida con
quien uno se encuentra a gusto.
Pero es humillación tener que ir a buscar
un plato de comida que se me da como limosna.
Por eso las comidas de Jesús fueron siempre
con otros, comidas compartidas, comidas de plena humanidad. Y eso es la base
central de la eucaristía en la Iglesia. De ahí que haber trasladado la
eucaristía de la mesa al altar, y haber hecho, del acto central de la felicidad
humana, el acto central del ritual religioso ha sido desvirtuar lo que Jesús
quiso y lo que nos dejó como mandato:
haced esto en memoria mía. Porque así es cómo recordamos a Jesús.
3.
La Iglesia, en los ss. III-IV, tuvo una expansión que se extendió por el
Imperio como el contagio de una experiencia maravillosa en aquella época
de
angustia, cuando aquel Imperio se hundía.
Como se ha dicho con tanta precisión,
"debieron ser muchos los que experimentaron una sensación de
desamparo: los bárbaros urbanizados,
los campesinos llegados a las ciudades
en busca de trabajo, los soldados licenciados, los rentistas arruinados por la
inflación y los esclavos manumitidos.
Para todas estas gentes, el entrar a formar parte de la comunidad
cristiana debía de ser el único medio de conservar el respeto hacia sí mismo y
dar a la propia vida algún sentido.
Dentro de la comunidad se experimentaba el
calor humano y se tenía la prueba de que alguien se interesa por nosotros en
este mundo y en el otro" (E. R. Dodds).
Este fenómeno, aunque cambiaron las
circunstancias, se prolongó en los siglos siguientes (Peter Brown).
Este tendría que ser el sentido de la
eucaristía en este tiempo de crisis. Ahí estaría la "memoria de
Jesús".
Ntra. Señora de los Ángeles de la
Porciúncula
Historia de la Porciúncula
A 5 km de Asís,
Italia, en el valle, se encuentra Santa María de los Ángeles, hermosa basílica
construida sobre LA PORCIUNCULA
La pequeña capilla de
la Porciúncula fue donde San Francisco fundó la Orden de los Frailes Menores en
el 1209, confiándola a la protección de la Virgen Madre de Cristo, a quien le
ha sido dedicada la iglesia.
Recibió de los
Benedictinos la capilla para hacerlos centro de su comunidad.
Aquí vivió San
Francisco con sus primeros hermanos.
El 28 de marzo de 1211
Clara de Favarone de Offreduccio, recibió aquí el hábito religioso de manos de
San Francisco, dando inicio a la Orden de las Damas Pobres (Clarisas).
En el 1216, en una
visión, Francisco obtuvo de mismo Jesús la indulgencia conocida como "la
indulgencia de al Porciúncula" o "el Perdón de Asís", la cual
fue aprobada por el papa Honorio III.
Aquí san Francisco
reunía cada año a sus frailes en los capítulos (reuniones generales).
Aquí murió san Francisco.
Entre las reliquias que
se encuentran en Santa María de los Angeles:
- el cordón de San Francisco,
-la estatua del santo con las palomas que siempre allí anidan,
-las rosas sin espinas fruto del milagro cuando el santo se tiró sobre
ellas para rechazar una tentación,
- la capilla de las lágrimas donde San Francisco rezaba por la Pasión de
Cristo y por los pecadores...
Santa María de los
Ángeles, Nuestra Señora de los Ángeles bajada temporalmente del techo de la
basílica por daño del terremoto, Peregrinación SCTJM, 1998
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