23 - DE
NOVIEMBRE – MARTES –
34ª –
SEMANA DEL T. O. – B –
SAN COLUMBANO
Lectura de la profecía de Daniel
(2,31-45):
En aquellos
días, dijo Daniel a Nabucodonosor:
«Tú, rey, viste una visión: una estatua
majestuosa, una estatua gigantesca y de un brillo extraordinario; su aspecto
era impresionante.
Tenia la cabeza de oro fino, el pecho y
los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro y
los pies de hierro mezclado con barro. En tu visión, una piedra se desprendió
sin intervención humana, chocó con los pies de hierro y barro de la estatua y
la hizo pedazos. Del golpe, se hicieron pedazos el hierro y el barro, el
bronce, la plata y el oro, triturados como tamo de una era en verano, que el
viento arrebata y desaparece sin dejar rastro. Y la piedra que deshizo la
estatua creció hasta convertirse en una montaña enorme que ocupaba toda la
tierra.
Éste era el sueño; ahora explicaremos al
rey su sentido:
Tú, majestad, rey de reyes, a quien el
Dios del cielo ha concedido el reino y el poder, el dominio y la gloria, a
quien ha dado poder sobre los hombres, dondequiera que vivan, sobre las bestias
del campo y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza
de oro.
Te sucederá un reino de plata, menos
poderoso. Después un tercer reino, de bronce, que dominará todo el orbe. Vendrá
después un cuarto reino, fuerte como el hierro. Como el hierro destroza y
machaca todo, así destrozará y triturará a todos. Los pies y los dedos que
viste, de hierro mezclado con barro de alfarero, representan un reino dividido;
conservará algo del vigor del hierro, porque viste hierro mezclado con arcilla.
Los dedos de los pies, de hierro y
barro, son un reino a la vez poderoso y débil. Como viste el hierro mezclado
con la arcilla, así se mezclarán los linajes, pero no llegarán a fundirse, lo
mismo que no se puede alear el hierro con el barro. Durante ese reinado, el
Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido ni su dominio pasará
a otro, sino que destruirá y acabará con todos los demás reinos, pero él durará
por siempre; eso significa la piedra que viste desprendida del monte sin
intervención humana y que destrozó el barro, el hierro, el bronce, la plata y
el oro.
Éste es el destino que el Dios poderoso
comunica a su majestad. El sueño tiene sentido, la interpretación es cierta.»
Palabra de Dios
Salmo: Dn 3,57.58.59.60.61
R/. Ensalzadlo con himnos por los siglos
Criaturas
todas del Señor,
bendecid al Señor. R/.
Ángeles del
Señor,
bendecid al Señor. R/.
Cielos,
bendecid al Señor. R/.
Aguas del
espacio,
bendecid al Señor. R/.
Ejércitos del
Señor,
bendecid al Señor. R/.
Lectura del santo evangelio según
san Lucas (21,5-11):
En aquel
tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y
los exvotos.
Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegará un día en
que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál
será la señal de que todo eso está para suceder?»
Él contestó:
«Cuidado con que nadie os engañe. Porque
muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien
"El momento está cerca"; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de
revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el
final no vendrá en seguida.»
Luego les dijo:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino
contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y
hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.»
Palabra del Señor
1. En los tiempos que vivimos, cuando estamos asistiendo a tantos y tan profundos cambios en casi todos los ámbitos de la vida, de la sociedad y de las costumbres, cuando sobre todo la pandemia y la crisis económica nos está golpeando a todos tan despiadadamente, el tema de las desgracias -y "de la que está cayendo"- es el tema que invade nuestros pensamientos, nuestras preocupaciones y el asunto más recurrente en las conversaciones de medio mundo.
Tenemos la impresión de que las
desgracias y catástrofes, que aquí indica el Evangelio, se están cumpliendo.
2. Jesús es muy claro:
"Cuidado que nadie os engañe... no vayáis tras ellos".
En su famoso discurso de apertura del Concilio Vaticano II (11 de octubre de 1962), Juan XXIII nos recordó la actualidad de lo que dijo Jesús: "parece necesario decir que disentimos de esos profetas de calamidades que siempre están anunciando infaustos sucesos como si fuese inminente el fin de los tiempos".
El Evangelio es muy claro: este tipo de discursos es falso y no lo quiere Dios. Solo el Señor sabe cuándo será el fin del mundo.
3. Es frecuente que, en situaciones como la que vivimos, los que más provecho intentan sacar de estos estados de cosas son los grupos más integristas, los más conservadores, los más fundamentalistas. Ellos se ven como "tradición acorralada" (A. Giddens).
La consecuencia es que se aferran a sus
observancias tradicionales y a la sumisión total a la letra de sus catecismos y
doctrinas. Con tales procedimientos no vamos a ninguna parte. Si el pasado nos
ha hundido en la miseria que vivimos, parece absurdo aferrarse precisamente a
un pasado, que no es el Evangelio, que no tiene garantías de ser lo que Dios
quiere, y que no hace sino dejarnos más rezagados en esta inquietante marcha adelante
de la historia humana.
La cosa se ha puesto tan mal, que el cambio no puede ser sino hacia mejor. Pero lo mejor será el logro de quienes, con libertad y audacia, pierdan el miedo ante cambios muy de fondo que seguramente se avecinan.
SAN COLUMBANO
Abad – 545 – 615
Martirologio Romano: San Columbano, abad, irlandés de nacimiento, que por Cristo se hizo
peregrino para evangelizar a las gentes de las Galias. Fundó, entre otros
muchos, el monasterio de Luxeuil, que él mismo rigió con estricta observancia,
y obligado después a exiliarse, atravesó los Alpes y construyó el cenobio de
Bobbio, en la Liguria, famoso por su disciplina y estudios, en el cual se
durmió en paz, lleno de méritos para con la Iglesia. Su cuerpo recibió
sepultura en este día († 615).
Breve
Biografía
Nació en Irlanda en
el 543. Desde pequeño mostró una clara inclinación para la vida consagrada.
Al salir de
Irlanda en compañía del monje y San Galo, recorrió Europa Occidental. Unas
veces era rechazado, otras acogido, pero de lo que no cabe duda es que fue el
fundador de monasterios y abadías desde las cuales salía un resplandor cultural
y religioso dignos de toda loa.
Fueron el foco
para culturización y cristianización de la época merovingia. Su estilo de vida
fue austero y así se lo exigía a los monjes, pues gracias a ella, encontraron
un camino para la santidad al menos trece santos que no es el caso de enumerar.
El monasterio más
célebre fue el de Luxeuil, al que confluyeron monjes francos, galos y
burgondes. Fue durante dos siglos el centro de vida monástica más importante en
todo el Occidente.
En el año 610 tuvo
que salir pitando de Francia porque la cruel reina Brunehaut lo perseguía,
porque le había echado en cara todos sus vicios y sus crímenes.
Pensaba volver a
Irlanda pero se quedó en Nantes. También que tuvo que huir por los Alpes hasta
que encontró acogida y refugio en Bobio, al norte de Italia, en la región de la
Emilia Romagna, provincia de Piacenza.
Aquí fundó su
último monasterio y en él murió en el año 615. La regla monástica original que
dio a sus monasterios tuvo una influencia por toda Europa durante más de dos
siglos.
Muchos pueblos,
regiones y lugares están bajo su patrocinio.
También tuvo
dificultades con los obispos franceses. Estos mandan en su diócesis, pero no en
los monasterios que desde siempre han estado exentos, es decir, no dependen del
obispo.
Hubo alguien que
lo trató bien. Fue el rey Aguilulfo. Menos mal que los cuatro últimos años de
su vida pudo vivir tranquilo.
Fuente: Catholic.net
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