lunes, 22 de noviembre de 2021

Párate un momento: El Evangelio del dia 24 - DE NOVIEMBRE – MIERCOLES – 34ª – SEMANA DEL T. O. – B – Santos Andrés Dung Lac y compañeros

  


24 - DE NOVIEMBRE – MIERCOLES

– 34ª – SEMANA DEL T. O. – B –

Santos Andrés Dung Lac y compañeros

 

    Lectura de la profecía de Daniel (5,1-6.13-14.16-17.23-28):

 

En aquellos días, el rey Baltasar ofreció un banquete a mil nobles del reino, y se puso a beber delante de todos. Después de probar el vino, mandó traer los vasos de oro y plata que su padre, Nabucodonosor, había cogido en el templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y los nobles, sus mujeres y concubinas.

Cuando trajeron los vasos de oro que habían cogido en el templo de Jerusalén, brindaron con ellos el rey y sus nobles, sus mujeres y concubinas. Apurando el vino, alababan a los dioses de oro y plata, de bronce y hierro, de piedra y madera. De repente, aparecieron unos dedos de mano humana escribiendo sobre el revoco del muro del palacio, frente al candelabro, y el rey veía cómo escribían los dedos. Entonces su rostro palideció, la mente se le turbó, le faltaron las fuerzas, las rodillas le entrechocaban.

Trajeron a Daniel ante el rey, y éste le preguntó:

«¿Eres tú Daniel, uno de los judíos desterrados que trajo de Judea el rey, mi padre? Me han dicho que posees espíritu de profecía, inteligencia, prudencia y un saber extraordinario. Me han dicho que tú puedes interpretar sueños y resolver problemas; pues bien, si logras leer lo escrito y explicarme su sentido, te vestirás de púrpura, llevarás un collar de oro y ocuparás el tercer puesto en mi reino.»

Entonces Daniel habló así al rey:

«Quédate con tus dones y da a otro tus regalos. Yo leeré al rey lo escrito y le explicaré su sentido. Te has rebelado contra el Señor del cielo, has hecho traer los vasos de su templo, para brindar con ellos en compañía de tus nobles, tus mujeres y concubinas. Habéis alabado a dioses de oro y plata, de bronce y hierro, de piedra y madera, que ni ven, ni oyen, ni entienden; mientras que al Dios dueño de vuestra vida y vuestras empresas no lo has honrado. Por eso Dios ha enviado esa mano para escribir ese texto.

Lo que está escrito es:

"Contado, Pesado, Dividido." La interpretación es ésta: "Contado": Dios ha contado los días de tu reinado y les ha señalado el límite; "Pesado": te ha pesado en la balanza y te falta peso; "Dividido": tu reino se ha dividido y se lo entregan a medos y persas.»

 

Palabra de Dios

 

Salmo: Dn 3,62.63.64.65.66.67

 

R/. Ensalzadlo con himnos por los siglos

 

Sol y luna,

bendecid al Señor. R/.

 

Astros del cielo,

bendecid al Señor. R/.

 

Lluvia y rocío,

bendecid al Señor. R/.

 

Vientos todos,

bendecid al Señor. R/.

 

Fuego y calor,

bendecid al Señor. R/.

 

Fríos y heladas,

bendecid al Señor. R/.

 

    Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,12-19):

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

 «Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.

Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»

 

Palabra del Señor

 

1.  De nuevo, Jesús les anuncia a sus discípulos que su condición en este mundo es la condición de incomprendidos, rechazados y perseguidos.  Al mencionar "sinagogas" y "cárceles", Jesús se estaba refiriendo a persecuciones que vendrán de las autoridades religiosas y también de las autoridades civiles. Lo cual, por lo demás, resulta comprensible.  Eso, ni más ni menos, es lo que le sucedió al propio Jesús. Si él fue incomprendido y perseguido, lo lógico es que quienes siguen sus pasos, se tendrán que ver en situaciones parecidas a las que él pasó. Lo extraño sería que no sucediera eso.

 

     2.  Pero Jesús llegó más lejos. Porque él radicalizó esta condición de "incomprendidos y perseguidos", propia de los seguidores del Evangelio, llegando a decir que hasta los amigos y los familiares más cercanos van a tomar partido contra quienes deciden ser fieles a la causa de Jesús. Desde este punto de vista, se puede decir que la condición del seguidor de Jesús es la condición del que, con frecuencia, se va a ver desamparado, abandonado, incomprendido y solo. La fuerza para seguir adelante, en tales condiciones, será el convencimiento de que así es como hay que "dar testimonio".

Es decir, solo así se puede ser testigo del Evangelio.

 

3.  ¿Por qué tiene que ser esto así? Jesús no quiere que sus seguidores se vean como seres extraños o peligrosos. Eso es causa de sufrimiento y desgracia. Y Jesús no quiere que sus discípulos sean unos desgraciados.   Lo que ocurre es que este mundo, tal como está "organizado", y tal como funciona, es causa de mucho sufrimiento y mucha desgracia.

Por eso, todo el que, fiel al Evangelio, toma la misma postura que adoptó Jesús, sin más remedio tendrá que seguir el destino que siguió Jesús.  

Precisamente porque se quiere de verdad la felicidad y la paz para este mundo.

 

Santos Andrés Dung Lac y compañeros




Mártires vietnamitas del siglo XVI canonizados por Juan Pablo II. El anuncio del evangelio en las regiones del Vietnam fue recibido con alegría por mucha gente. Esta aceptación fue probada pronto con la persecución y muchos fueron los mártires en los siglos siguientes. El grupo que celebramos hoy está compuesto por noventa y seis vietnamitas, once misioneros dominicos españoles y diez franceses.

 

Vida de Santos Andrés Dung Lac y compañeros

 

Memoria de santos Andrés Dung Lac, presbítero, y de sus compañeros, mártires. En una común celebración se venera a los ciento diecisiete mártires de las regiones asiáticas de Tonquín, Annam y de la Cochinchina. Ocho de ellos eran obispos, otros muchos presbíteros, amén de ingente número de fieles de ambos sexos y de toda condición y edad, todos los cuales prefirieron el destierro, las cárceles, los tormentos y finalmente los extremos suplicios, antes que pisotear la cruz y desviarse de la fe cristiana (1839).

 

 

 

 

 

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