miércoles, 23 de febrero de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 25 - DE FEBRERO – VIERNES – 7ª – SEMANA DEL T.O. – C San Valerio de Astorga



25 - DE FEBRERO – VIERNES –

7ª – SEMANA DEL T.O. – C

San Valerio de Astorga

 

    Lectura de la carta del apóstol Santiago (5,9-12):

 

    No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Llamamos dichosos a los que tuvieron constancia. Habéis oído ponderar la paciencia de Job y conocéis el fin que le otorgó el Señor. Porque el Señor es compasivo y misericordioso.

    Pero, ante todo, hermanos míos, no juréis ni por el cielo ni por la, tierra, ni pronunciéis ningún otro juramento; vuestro sí sea un sí y vuestro no un no, para no exponeros a ser juzgados.

 

Palabra de Dios

 

    Salmo: 102,1-2.3-4.8-9.11-12

 

    R/. El Señor es compasivo y misericordioso

 

   Bendice, alma mía, al Señor,

y todo mi ser a su santo nombre.

Bendice, alma mía, al Señor,

y no olvides sus beneficios. R/.

 

   Él perdona todas tus culpas

y cura todas tus enfermedades;

él rescata tu vida de la fosa

y te colma de gracia y de ternura. R/.

 

   El Señor es compasivo y misericordioso,

lento a la ira y rico en clemencia;

no está siempre acusando

ni guarda rencor perpetuo. R/.

 

   Como se levanta el cielo sobre la tierra,

se levanta su bondad sobre sus fieles;

como dista el oriente del ocaso,

así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.

 

    Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,1-12):

 

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba.

Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba:

«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».

Él les replicó:

«¿Qué os ha mandado Moisés?».

Contestaron:

«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».

Jesús les dijo:

«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

Él les dijo:

«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera, Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

 

Palabra del Señor

 

1.   Aquí nos encontramos, por primera vez, con la famosa controversia evangélica sobre el divorcio. Un asunto capital, que vuelve a aparecer en Mt 19,1-12. Sobre este asunto, se ha escrito y se ha discutido hasta la saciedad. Todos los que hablan y discuten sobre este tema, tienen que recurrir al texto que dio origen a la controversia. Es el texto de Moisés en Dt 24, 1: "Si uno se casa con una mujer y luego no le gusta, porque descubre en ella algo vergonzoso, le escribe el acta de divorcio, se la entrega y la echa de casa".

Sin duda alguna, de no haber dejado Moisés esta norma, lo más seguro es que no se habría producido en la sociedad judía la famosa controversia del divorcio.

 

2.   Esto supuesto, es lógico que no podemos interpretar el texto de Marcos sin tener en cuenta el de Mateo. Ahora bien, si nos fijamos en ambos textos, lo que más patente queda es que, en la Ley de Moisés, el problema del divorcio se veía como un privilegio del hombre sobre la mujer.  El texto de Dt 24, 1 está redactado pensando en un derecho exclusivo del marido. Es, por tanto, un texto machista, que establece una patente desigualdad de derechos. Una desigualdad en la que la mujer sale perdiendo.  O sea, puso a las mujeres en inferioridad de derechos.  Cosa que, en tiempo de Jesús, se agravó porque había dos escuelas de rabinos: la de Hilel y la de Schammaí. De manera que los más liberales permitían el repudio "por cualquier causa" (Mt 19, 3).

 

3.   Si tenemos en cuenta que el relato de la creación es un mito, no una historia de los orígenes de la humanidad resulta evidente que, de un mito, no podemos deducir una ley histórica. Por otra parte, sabemos que el matrimonio y la familia es, sobre todo, una "unidad económica", que asegura los derechos de propiedad y herencia. En la Europa medieval, se impuso la idea del matrimonio como una unidad basada en el amor sexual. Pero aquella cultura está en proceso de transformación: el "matrimonio" está siendo sustituido por la "pareja". Lo que urge asegurar y fomentar es la "relación pura", basada en la "comunicación emocional" (A.  Giddens).

Eso, y la igualdad de derechos de hombre y mujer, es lo que puede resolver los enormes problemas del matrimonio y la familia.

 

San Valerio de Astorga



Valerio, confesor († s. VII)

 

Santo de heroicas virtudes y de invicta paciencia en la adversidad.

 

Nacido en Astorga y cristiano desde pequeño. La región del Bierzo es el escenario de sus virtudes y de su vida. Quiso entrar en el monasterio que fundó san Fructuoso en Compludo, pero por razones todavía hoy desconocidas no pudo entrar.

Fallido el intento monacal, comienza una vida de oración y penitencia viviendo al estilo de los antiguos eremitas. Su modo de vivir, poco frecuente en la época, hace que de boca en boca vaya pasando la noticia de su existencia entre los habitantes del lugar que empiezan a visitarle en la ermita que hay junto al castillo llamado de la Piedra, en Astorga. Allá concurren con deseos de escucharle y de ser confortados en sus penas. El clérigo el cuidador de la ermita sólo comienza a interesarse por ella cuando advierte el sonar de las monedas y huele los pingües beneficios de las ofrendas; como se posesiona de ellas de mala manera, el santo se marcha para no facilitar su codicia extrema; pero hasta los pocos libros que tenía hubo de dejarlos en la ermita por considerar el clérigo chupón que fueron de ella.

La gente del lugar le echa de menos y le sugieren un nuevo sitio para vivir, rezar y predicar. En Ebronato le edifican los fieles un oratorio donde se instala y recomienza. Como la gente se arremolina en torno a él, el obispo nombra un presbítero para que atienda la pequeña iglesia construida; Justo se llama el pastor y su justicia en el nombre se queda. De nuevo queda Valerio sin techo y reducido a la miseria. La gente sigue queriéndole y sufre la mala envidia de Justo que en alguna ocasión llegó a emplear la violencia física contra Valerio.

En el mismo Bierzo, allí donde Fructuoso fundó el monasterio de san Pedro, encuentra un lugar tranquilo y puede reanudar una vez más su vida penitente y orante de eremita. El obispo de Astorga, Isidoro, le llama y pide su compañía para asistir al concilio de Toledo, al que no llegan por la muerte del prelado.

También escribió dejando por escrito testimonio de la época. Esta literatura se conservó en el monasterio de Carracedo y la mantuvo como tesoro la iglesia de Oviedo. Su pluma dejó a la posteridad la vida de san Fructuoso, un abundante grupo de máximas y consejos a los religiosos del Bierzo, las revelaciones de los monjes Máximo y Bonelo y la historia del abad Donadeo.

Terminó su vida a finales del siglo VII y sus reliquias se conservaron en el Altar Mayor de la iglesia del monasterio de san Pedro de los Montes, de la orden benedictina, cerca de Ponferrada.

A quien se interna en su vida le da la sensación de que Dios lo preparó para la contrariedad. Y lo muy curioso del caso es que sus enfrentados siempre fueron clérigos. ¿Tan feo les pareció Valerio? Muchos de los buenos afirman, con pueril benevolencia, que es muy difícil convivir en esta tierra con un santo verdadero; pero quizás no caen en la cuenta de que a quien seriamente le cuesta convivir con los demás es al que lleva vida recta.

 

Fuente: Spider + archimadrid

 

 

 

   

 

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