jueves, 17 de febrero de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 19 - DE FEBRERO – SÁBADO – 6ª – SEMANA DEL T.O. – C BEATO ALVARO DE CORDOBA

 

 

 

19 - DE FEBRERO – SÁBADO –

6ª – SEMANA DEL T.O. – C

    BEATO ALVARO DE CORDOBA

 

    Lectura de la carta del apóstol Santiago (3,1-10):

 

   Sois demasiados los que pretendéis ser maestros, y tened por cierto que nuestra sentencia será más severa. Todos faltamos a menudo, y si hay uno que no falta en el hablar es un hombre perfecto, capaz de tener a raya a su persona entera.

    A los caballos les ponemos el bocado para que nos obedezcan, y así dirigimos a todo el animal; fijaos también en los barcos: por grandes que sean y por recio que sople el viento, se gobiernan con un timón pequeñísimo y siguen el rumbo que quiere el piloto. Eso pasa con la lengua: como miembro es pequeño, pero puede alardear de muchas hazañas.   Mirad cómo una chispa de nada prende fuego a tanta madera. También la lengua es una chispa; entre los miembros del cuerpo, la lengua representa un mundo de iniquidad, contamina a la persona entera, pone al rojo el curso de la existencia, y sus llamas vienen del infierno.

    Toda especie de fieras y pájaros, de reptiles y bestias marinas, se pueden domar y han sido domadas por el hombre; la lengua, en cambio, ningún hombre es capaz de domarla: es dañina e inquieta, cargada de veneno mortal; con ella bendecimos al que es Señor y Padre; con ella maldecimos a los hombres, creados a semejanza de Dios; de la misma boca salen bendiciones y maldiciones. Eso no puede ser, hermanos míos.

 

Palabra de Dios

 

    Salmo: 11,2-3.4-5.7- 8ab

 

    R/. Tú nos guardarás, Señor

 

    Sálvanos, Señor, que se acaban los buenos,

que desaparece la lealtad entre los hombres:

no hacen más que mentir a su prójimo,

hablan con labios embusteros y con doblez de corazón. R/.

 

   Extirpe el Señor los labios embusteros y la lengua fanfarrona

de los que dicen: «La lengua es nuestra fuerza,

nuestros labios nos defienden,

¿quién será nuestro amo?» R/.

 

   Las palabras del Señor son palabras auténticas,

como plata limpia de ganga, refinada siete veces.

Tú nos guardarás, Señor,

nos librarás para siempre de esa gente. R/.

 

    Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,2-13):

 

   En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.

    Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:

    «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»

    Estaban asustados, y no sabía lo que decía.

    Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:    «Este es mi Hijo amado; escuchadlo.»

    De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

    Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:

    «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»

    Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».

    Le preguntaron:

    «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?»

    Les contestó él:

    «Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado?

    Os digo que Elías ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito.»

 

Palabra del Señor

 

     1.- En el camino de la vida, hay momentos de oscuridad y tiempos de luz. En el camino del seguimiento de Jesús, hay momentos de confusión y tiempos de ser confortado.

     Hoy la Palabra nos habla de un momento de luz de los discípulos. A partir de su camino con el Maestro, desde la luz de la Pascua, los más cercanos descubren su verdadera identidad:

          Jesús es el Profeta, que, siguiendo la tradición de Moisés y Elías, viene a traer la Palabra definitiva del Padre.                  Jesús es el Hijo amado de Dios, en quien el Padre nos la ha dado todo. Él es el Camino que nos lleva a Dios, la Verdad más auténtica sobre la existencia y el mundo, la Vida que nos abre horizontes insospechados, que se prolongan incluso más allá de la muerte. El Agua que sacia toda sed. La Luz que ilumina toda oscuridad. El Pan que alimenta en todo cansancio. La Palabra que da sentido… incluso a la cruz.

 

     2.- Al contemplarle, todo cobra un nuevo sentido. A veces, nos gustaría quedarnos ahí, haciendo tres tiendas… Aunque, como a Pedro, también a nosotros nos invita a bajar de la montaña, al valle donde está la vida de cada día, para vivir desde esa luz y con ese horizonte que hemos recibido de su Persona.

 

     3.- En medio de tus luces y tus sombras, en la mitad del camino de tu vida, también Jesús quiere mostrar su ser Hijo y Hermano para, mostrándote la meta, hacer más fácil el recorrido. Que tú también puedas experimentar, como aquellos primeros discípulos, la fuerza que da saberse amado y enviado.

 

    BEATO ALVARO DE CORDOBA

 


Predicador Dominico 

Martirologio Romano: En Córdoba, en la región española de Andalucía, conmemoración del beato Álvaro de Zamora, presbítero de la Orden de Predicadores, que se hizo célebre por su modo de predicar y contemplar la Pasión del Señor (c. 1430).

Etimológicamente Álvaro = Aquel que es el defensor de todos, es de origen germánico.

Fecha de beatificación: El Papa Benedicto XIV, aprobó su culto el 22 de septiembre de 1741.

 

Breve Biografía

Álvaro de Córdoba, el beato, nació a mediados del siglo XIV, en Zamora (1360) y murió en Córdoba el año 1430. Perteneció a la noble familia Cardona.

Entró en el convento dominico de S. Pedro en Córdoba, en el año 1368. Fue un famoso y ardiente predicador, y con su ejemplo y sus obras, contribuyó a la reforma de la Orden, iniciada por el Beato Raimundo de Capua y sus discípulos.

Después de volver de una peregrinación a Tierra Santa, quedó impactado en el corazón por el doloroso Camino del Calvario, recorrido por nuestro Salvador.

Deseoso de vivir una existencia en soledad y perfección, donde poder templar el espíritu para un apostolado más provechoso, con el favor del rey D. Juan II de Castilla, del que era su confesor, pudo fundar a tres millas de Córdoba el famoso y observante convento de Sto. Domingo Escalaceli (Escalera del Cielo), donde había varios oratorios que reproducían la “vía dolorosa”, por él venerada en Jerusalén. Esta sagrada representación fue imitada en otros conventos, dando origen a la devoción tan bella del “Vía Crucis”, apreciadísima en la piedad cristiana.

De noche, se retiraba a una gruta distante del convento donde, a imitación de su Sto. Padre Domingo, oraba y se flagelaba. Con el tiempo, ésta se convirtió en meta de peregrinaciones para los fieles. Poseía el don de profecía y obró milagros.

Murió el 19 de febrero de 1430 y fue sepultado en su convento.

 

 

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