10 - DE FEBRERO – JUEVES –
5ª – SEMANA DEL T.O. – C
Santa
Escolástica, virgen
Lectura del primer libro de los Reyes
(11,4-13):
Cuando el rey
Salomón llegó a viejo, sus mujeres desviaron su corazón tras dioses
extranjeros; su corazón ya no perteneció por entero al Señor como el corazón de
David, su padre. Salomón siguió a Astarté, diosa de los fenicios, y a Malcón,
ídolo de los amonitas. Hizo lo que el Señor reprueba; no siguió plenamente al
Señor como su padre David.
Entonces construyó una ermita a Camós,
ídolo de Moab, en el monte que se alza frente a Jerusalén, y a Malcón, ídolo de
los amonitas. Hizo otro tanto para sus mujeres extranjeras, que quemaban
incienso y sacrificaban en honor de sus dioses.
El Señor se encolerizó contra Salomón,
porque había desviado su corazón del Señor Dios de Israel, que se le había
aparecido dos veces, y que precisamente le había prohibido seguir a dioses
extranjeros; pero Salomón no cumplió esta orden.
Entonces el Señor le dijo:
«Por haberle portado así conmigo, siendo
infiel al pacto y a los mandatos que te di, te voy a arrancar el reino de las
manos para dárselo a un siervo tuyo. No lo haré mientras vivas, en
consideración a tu padre David; se lo arrancaré de la mano a tu hijo. Y ni
siquiera le arrancaré todo el reino; dejaré a tu hijo una tribu, en
consideración a mi siervo David y a Jerusalén, mi ciudad elegida.»
Palabra de Dios
Salmo: 105,3-4.35-36.37.40
R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu
pueblo
Dichosos los
que respetan el derecho
y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí por amor a tu pueblo,
visítame con tu salvación. R/.
Emparentaron
con los gentiles,
imitaron sus costumbres;
adoraron sus ídolos
y cayeron en sus lazos. R/.
Inmolaron a
los demonios
sus hijos y sus hijas.
La ira del Señor se encendió contra su pueblo,
y aborreció su heredad. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos
(7,24-30):
En aquel
tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando pasar
desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída por
un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los
pies.
La mujer era griega, una fenicia de
Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija.
Él le dijo:
«Deja que coman primero los hijos. No
está bien echarles a los perros el pan de los hijos.»
Pero ella replicó:
«Tienes razón, Señor; pero también los
perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.»
Él le contestó:
«Anda, vete, que, por eso que has dicho,
el demonio ha salido de tu hija».
Al llegar a su casa, se encontró a la
niña echada en la cama; el demonio se había marchado.
Palabra del Señor
1. Es verdad que, al
final de este relato, la presencia de Jesús es también salud y vida para la
chica que estaba enferma. Pero también es cierto que, según las palabras del
propio Jesús, lo que sanó a la niña no fue el milagro de Jesús, sino lo que
dijo la madre de aquella muchacha. Y lo que dijo aquella madre fueron unas
palabras de tanta humildad y de tal bondad, que allí mismo se modificó el
pensamiento de Jesús y se expulsó al demonio.
La humildad y la bondad de las buenas
personas desarman a Dios y espantan al diablo. No creemos lo suficiente en la
fuerza de la bondad, y menos aún creemos en lo irresistible que es el poder de
la humildad.
El orgullo, la arrogancia y la
prepotencia son expresiones de la propia inconsistencia y de la propia
debilidad.
2. Sin embargo, este
evangelio muestra las dificultades que generan las religiones por causa de las
divisiones y preferencias que establecen. En el judaísmo existía el
convencimiento de que los judíos eran los preferidos de Dios, aunque la
salvación alcanzaría también, en segundo lugar, a los demás
pueblos. De esta idea participaba san Pablo (Rm 1, 16;
cf. Hch 13, 46). Y es el criterio que Marcos, refleja aquí.
3. Jesús, educado en la cultura
y en la religión de su pueblo, seguramente participaba de estas ideas. Pero, a
juicio del relato de Marcos, la humanidad y la bondad de una pobre mujer
extranjera fueron más fuertes que todo. Al mismo Jesús le hicieron ver las
cosas de otra manera.
Santa
Escolástica, virgen
Nació en el
año 480, en Nursia, Italia. Su madre murió de parto. Es hermana gemela de San
Benito. Ambos se entregaron a Dios desde muy jóvenes y le siguió a Montecassino
y alcanzaron la santidad en la vida religiosa. Murió en el año 547. San Benito
murió poco después.
Después que su
hermano se fuera a Montecasino a establecer el famoso monasterio, ella se
estableció a unas cinco millas de distancia, en Plombariola, donde fundó un
monasterio y la orden de las monjas benedictinas la cual gobernó siguiendo la
regla de su hermano.
Hermana de San
Benito, se consagró a Dios desde su más tierna edad. Mientras su hermano
residió en Monte Casino, ella se hallaba en Plombariola, fundando y gobernando
un monasterio.
Tenía la costumbre
de visitar a San Benito una vez al año y como no estaba permitido que entrar al
monasterio, él salía a su encuentro para llevarla a una casa de confianza,
donde los hermanos pasaban la velada orando, cantando himnos de alabanza a Dios
y discutiendo asuntos espirituales. Sobre la última visita, San Gregorio hace
una notable descripción, en la cual, la santa presintiendo que no volvería ver
más a su hermano, le rogó que no partiera esa noche sino al día siguiente, pero
San Benito se sintió incapaz de romper las reglas de su monasterio.
Entonces, Santa
Escolástica apeló a Dios con una ferviente oración para que interviniera en su
ayuda, y acto seguido, estalló una fuerte tormenta que impidió que su hermano
regresara al monasterio. Los dos santos pasaron la noche hablando de las cosas
santas y de asuntos espirituales. Tres días después, la santa murió, y su
hermano que se encontraba absorto en la oración tuvo la visión del alma de su
hermana ascendiendo al cielo en forma de paloma.
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