jueves, 19 de mayo de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 21 - DE MAYO – SÁBADO – 5 – SEMANA DE PASCUA – C – Santos Cristóbal Magallanes y compañeros, mártires

 

 


21 - DE MAYO – SÁBADO –

5 – SEMANA DE PASCUA – C –

Santos Cristóbal Magallanes

 y compañeros, mártires

 

    Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (16,1-10):

 

EN aquellos días, Pablo llegó a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo que se llamaba Timoteo, hijo de una judía creyente, pero de padre griego.

Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso que fuera con él y, puesto que todos sabían que su padre era griego, por consideración a los judíos de la región, lo tomó y lo hizo circuncidar.

Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día.

Atravesaron Frigia y la región de Galacia, al haberles impedido el Espíritu Santo anunciar la palabra en Asia. Al llegar cerca de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Tróade.

Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba:

«Pasa a Macedonia y ayúdanos».

Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 99,1-2.3-5

 

R/. Aclama al Señor, tierra entera

 

Aclama al Señor, tierra entera,

servid al Señor con alegría,

entrad en su presencia con vítores. R/.

Sabed que el Señor es Dios:

que él nos hizo y somos suyos,

su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

 

El Señor es bueno,

su misericordia es eterna,

su fidelidad por todas las edades. R/.

 

    Lectura del santo evangelio según san Juan (15,18-21):

 

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.

Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.

Recordad lo que os dije:

 “No es el siervo más que su amo”.

Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.

Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».

 

Palabra del Señor

 

1.  Estas palabras de Jesús fueron dichas en un contexto y en una situación, que suponen y se basan en un contenido claro y fuerte de violencia. Jesús habla de odio y de persecución.  Los seguidores de Jesús serán odiados y perseguidos porque no son del mundo. Por tanto, lo que aquí dice Jesús es que el mundo es un agente de violencia. Y eso lo han de tener muy claro los creyentes en Jesús. Porque, si de verdad creen en él, serán odiados y perseguidos.

O sea, serán víctimas de la violencia.

- ¿Por qué?

 

2.  La palabra mundo es la traducción del término griego “kosmos”, que, en el lenguaje clásico, significa "orden" (Homero) y que se aplicaba al "orden impuesto por el gobierno" de los hombres (Herodoto). De ahí que el “kosmos” vino a designar el "orden del mundo" (Pitágoras).

Se ha dicho que estos conceptos no se asumen en el N. T. (H. Balz). Sin embargo, si este asunto se analiza, no desde la sola teología, sino desde las ciencias sociales (de las que no puede prescindir un análisis teológico serio), pronto se advierte que, efectivamente, existe una relación muy fuerte entre el "mundo" y la "violencia".

Por una razón clara: si ya los autores clásicos se dieron cuenta de que el mundo “kosmos” es el orden impuesto por los hombres, es decisivo recordar que el "orden" es el origen de la violencia.

- ¿Por qué?

La violencia engendra el caos, y el orden engendra violencia. Este dilema es insoluble. Fundado en el miedo a la violencia, el orden engendra él mismo miedo y violencia (W. Sofsky, H. Popitz).

 

3.  Y se comprende que así es en efecto.  Para imponer orden, no hay más remedio que hacerlo violentando a la gente.

Es la experiencia de la violencia la

que une a los hombres. Por eso es verdad que "sobre el altar del orden se sacrifican libertades y numerosas vidas humanas" (Sofsky).

Así funciona la sociedad, desde los orígenes de la llamada "civilización". Ahora bien, Jesús representa la alternativa radical a este orden y a esta violencia.

Jesús basa la convivencia en la transformación interior del corazón, del deseo, del miedo...  Porque lo que une a los creyentes no es el miedo a la violencia, ni el orden impuesto, sino la bondad y el amor. Esto es una utopía. Pero una utopía que está en la base misma de la fe y es el fundamento de los que toman a Jesús en serio.

 

4.  Lo más doloroso y perjudicial, para la cultura de Occidente en la que se ha configurado y organizado el cristianismo, es que en esta cultura se haya impuesto la "tradición estoica", en la que "la pureza, más bien que la justicia, se ha convertido en el medio cardinal de la salvación" (E. R. Dodds). Y juntamente con eso, se ha marginado la "tradición dionisiaca", que nos recuerda Eurípides en las Bacantes, donde el coro entona un himno a Dioniso en el que evoca el mayor don que ese dios ha concedido a los humanos: la "felicidad suprema de la bacanal", que nos conduce a "poner nuestras almas en común" (M. Daraki).

Jesús quiso la justicia. Pero también quiso la comunión entre todos.

 

Santos Cristóbal Magallanes

 y compañeros, mártires

 



 

 Nació en San Rafael Totatiche (México) en el año 1869. Al irrumpir la persecución contra la Iglesia católica, junto a otros 24 presbíteros y fieles laicos de diversos lugares de México y de distintas edades, padeció el martirio en el año 1927, confesando, con sus compañeros, a Cristo Rey ante el odio contra el nombre cristiano. l

 

      Martirologio Romano: Santos Cristóbal Magallanes, presbítero, y compañeros, mártires, que, perseguidos en diversas regiones de México en odio al nombre cristiano y a la Iglesia católica, por haber confesado fielmente a Cristo Rey alcanzaron la corona del martirio. († de 1915 a 1937).

           Fecha de beatificación: 22 de noviembre de 1992 por S.S. Juan Pablo II                                

     Fecha de canonización: 21 de mayo de 2000 por S.S. Juan Pablo II

 

     Breve Reseña

   La persecución religiosa de Méjico se extendió, en diferentes oleadas a lo largo de casi tres decenios del siglo XX. En 1911, apenas vencieron las fuerzas revolucionarias de Madero, sobre las de Porfirio Díaz, comenzó para los católicos un periodo de dos años en los que gozaron de igualdades jurídicas y políticas. En 1913, fue asesinado el presidente Madero, y fueron acusados los católicos y su jerarquía de se causantes o apoyar el asesinato, con lo cual fueron víctimas de una cruel persecución por las fuerzas revolucionarias. Venció el ejército de Carranza en 1914, que redactó la Constitucion anticlerical de 1917, donde se exiliaron a los obispos y la mayoría de los religiosos y el clero; se destruyeron iglesias y se prohibió el culto. En 1920, con la llegada del general Obregón se pusieron las bases para la paz religiosa, ablandando la censura, permitiendo el regreso de los obispos y el clero. En 1925, el presidente Calles, originó el cisma y volvió a la persecución religiosa, que originó un levantamiento del pueblo mejicano, llamados "cristeros" que reivindicaba la catolicidad del pueblo de Méjico, una parte del clero rural tuvo que ver en este levantamiento, y todo ello originó una fuerte persecución. Los obispos, la mayoría en el exilio, estuvieron divididos, y una parte no fue partidaria de la lucha armada. La Santa Sede a pesar de condenar la "Constitución de 1917", no apoyó a los "cristeros". El 1929, la Santa Sede consiguió y firmó con el gobierno mejicano "un modus vivendi" que comprometió al gobierno a firmar una amnistía a los clérigos y fieles y a deponer las armas a los cristeros. Hasta 1992, hubo en Méjico un estado laico, anticlerical, pero se "toleraba" a la Iglesia, hasta que se establecieron las relaciones diplomáticas con el Vaticano.

     Fueron muchos los fieles que sufrieron el martirio por defender su fe, de entre ellos presentamos ahora a veinticinco que fueron proclamados santos de la Iglesia por Juan Pablo II.

    

     El milagro de su canonización

     Uno de los pasos formales en las causas de canonización en la iglesia católica es la verificación de un milagro obrado por Dios por intercesión del o de las personas para quienes se busca su inclusión en el canon de santos. En el caso de este grupo de 25 mártires cristeros, María del Carmen Pulido Cortes de Guadalajara, México, experimentó ese milagro.

   Pulido, diagnosticada con una enfermedad incurable luego de que se descubrieran quistes (algunos extirpados quirúrgicamente) en el pecho, fue a Roma para el pedido de beatificación -de este grupo de mártires- acompañando a Fray José de Jesús Gálvez Amezcua, director en ese momento de un seminario de Guadalajara. "Fui a Roma y rogué por mi curación, pero no sucedió", relató ella en una entrevista.

   En 1993, Fray Gálvez le dio a Pulido un crucifijo de plata que contenía pequeños trozos de ropa, sangre y huesos de los 25 mártires cristeros. Ella colocó el crucifijo sobre su pecho. “Estaba muy enferma”, le dijo al periodista, “pero apenas mi madre me dio la cruz con las reliquias sentí alivio. La cura fue instantánea”. Los médicos confirmaron que Pulido estaba completamente curada pero no pudieron explicar lo que había sucedido.

   Luego de seis años de extensas investigaciones la Congregación para la Causa de los Santos presentó al Papa Juan Pablo II el caso y él firmó el decreto reconociendo el mismo como un milagro.

 

 

 

 

   

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario