21 - DE
MAYO – SÁBADO –
5 –
SEMANA DE PASCUA – C –
Santos Cristóbal Magallanes
y compañeros, mártires
Lectura del libro de los Hechos de
los apóstoles (16,1-10):
EN aquellos
días, Pablo llegó a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo que se
llamaba Timoteo, hijo de una judía creyente, pero de padre griego.
Los hermanos de Listra y de Iconio daban
buenos informes de él. Pablo quiso que fuera con él y, puesto que todos sabían
que su padre era griego, por consideración a los judíos de la región, lo tomó y
lo hizo circuncidar.
Al pasar por las ciudades, comunicaban
las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las
observasen. Las iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en
día.
Atravesaron Frigia y la región de
Galacia, al haberles impedido el Espíritu Santo anunciar la palabra en Asia. Al
llegar cerca de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús
no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Tróade.
Aquella noche Pablo tuvo una visión: se
le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba:
«Pasa a Macedonia y ayúdanos».
Apenas tuvo la visión, inmediatamente
tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles
el Evangelio.
Palabra de
Dios
Salmo: 99,1-2.3-5
R/. Aclama al Señor, tierra entera
Aclama al
Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.
Sabed que el
Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.
El Señor es
bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R/.
Lectura del santo evangelio según
san Juan (15,18-21):
EN aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si el mundo os odia, sabed que me ha
odiado a mí antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo os amaría
como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido
sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
Recordad lo que os dije:
“No es el siervo más que su amo”.
Si a mí me han perseguido, también a
vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la
vuestra.
Y todo eso lo harán con vosotros a causa
de mi nombre, porque no conocen al que me envió».
Palabra del
Señor
1. Estas palabras de Jesús fueron dichas en un contexto y en una situación, que suponen y se basan en un contenido claro y fuerte de violencia. Jesús habla de odio y de persecución. Los seguidores de Jesús serán odiados y perseguidos porque no son del mundo. Por tanto, lo que aquí dice Jesús es que el mundo es un agente de violencia. Y eso lo han de tener muy claro los creyentes en Jesús. Porque, si de verdad creen en él, serán odiados y perseguidos.
O sea, serán víctimas de la violencia.
- ¿Por qué?
2. La palabra mundo es la traducción del término griego “kosmos”, que, en el lenguaje clásico, significa "orden" (Homero) y que se aplicaba al "orden impuesto por el gobierno" de los hombres (Herodoto). De ahí que el “kosmos” vino a designar el "orden del mundo" (Pitágoras).
Se ha dicho que estos conceptos no se asumen
en el N. T. (H. Balz). Sin embargo, si este asunto se analiza, no desde la sola
teología, sino desde las ciencias sociales (de las que no puede prescindir un
análisis teológico serio), pronto se advierte que, efectivamente, existe una
relación muy fuerte entre el "mundo" y la "violencia".
Por una razón clara: si ya los autores
clásicos se dieron cuenta de que el mundo “kosmos” es el orden impuesto por los
hombres, es decisivo recordar que el "orden" es el origen de la
violencia.
- ¿Por qué?
La violencia engendra el caos, y el
orden engendra violencia. Este dilema es insoluble. Fundado en el miedo a la
violencia, el orden engendra él mismo miedo y
violencia (W. Sofsky, H. Popitz).
3. Y se comprende que así es
en efecto. Para imponer orden, no hay más remedio que hacerlo
violentando a la gente.
Es la experiencia de la violencia la
que une a los hombres. Por eso es verdad que "sobre el altar del orden
se sacrifican libertades y numerosas vidas humanas" (Sofsky).
Así funciona la sociedad, desde los
orígenes de la llamada "civilización". Ahora bien, Jesús representa
la alternativa radical a este orden y a esta violencia.
Jesús basa la convivencia en la
transformación interior del corazón, del deseo, del miedo... Porque
lo que une a los creyentes no es el miedo a la violencia, ni el orden impuesto,
sino la bondad y el amor. Esto es una utopía. Pero una utopía que está en la
base misma de la fe y es el fundamento de los que toman a Jesús en serio.
4. Lo más doloroso y
perjudicial, para la cultura de Occidente en la que se ha configurado y
organizado el cristianismo, es que en esta cultura se haya impuesto la
"tradición estoica", en la que "la pureza, más bien que la
justicia, se ha convertido en el medio cardinal de la salvación" (E. R.
Dodds). Y juntamente con eso, se ha marginado la "tradición dionisiaca",
que nos recuerda Eurípides en las Bacantes, donde el coro entona un himno a
Dioniso en el que evoca el mayor don que ese dios ha concedido a los humanos:
la "felicidad suprema de la bacanal", que nos conduce a "poner nuestras
almas en común" (M. Daraki).
Jesús quiso la justicia. Pero también
quiso la comunión entre todos.
Santos Cristóbal Magallanes
y compañeros, mártires
Nació en San
Rafael Totatiche (México) en el año 1869. Al irrumpir la persecución contra la
Iglesia católica, junto a otros 24 presbíteros y fieles laicos de diversos
lugares de México y de distintas edades, padeció el martirio en el año 1927,
confesando, con sus compañeros, a Cristo Rey ante el odio contra el nombre
cristiano. l
Martirologio
Romano: Santos Cristóbal Magallanes, presbítero, y compañeros, mártires,
que, perseguidos en diversas regiones de México en odio al nombre cristiano y a
la Iglesia católica, por haber confesado fielmente a Cristo Rey alcanzaron la
corona del martirio. († de 1915 a 1937).
Fecha de beatificación: 22 de noviembre de 1992 por S.S. Juan Pablo II
Fecha
de canonización: 21 de mayo de 2000 por S.S. Juan Pablo II
Breve Reseña
La persecución religiosa de Méjico se extendió, en diferentes oleadas a lo
largo de casi tres decenios del siglo XX. En 1911, apenas vencieron las fuerzas
revolucionarias de Madero, sobre las de Porfirio Díaz, comenzó para los
católicos un periodo de dos años en los que gozaron de igualdades jurídicas y
políticas. En 1913, fue asesinado el presidente Madero, y fueron acusados los
católicos y su jerarquía de se causantes o apoyar el asesinato, con lo cual
fueron víctimas de una cruel persecución por las fuerzas revolucionarias.
Venció el ejército de Carranza en 1914, que redactó la Constitucion
anticlerical de 1917, donde se exiliaron a los obispos y la mayoría de los
religiosos y el clero; se destruyeron iglesias y se prohibió el culto. En 1920,
con la llegada del general Obregón se pusieron las bases para la paz religiosa,
ablandando la censura, permitiendo el regreso de los obispos y el clero. En
1925, el presidente Calles, originó el cisma y volvió a la persecución
religiosa, que originó un levantamiento del pueblo mejicano, llamados
"cristeros" que reivindicaba la catolicidad del pueblo de Méjico, una
parte del clero rural tuvo que ver en este levantamiento, y todo ello originó
una fuerte persecución. Los obispos, la mayoría en el exilio, estuvieron
divididos, y una parte no fue partidaria de la lucha armada. La Santa Sede a
pesar de condenar la "Constitución de 1917", no apoyó a los
"cristeros". El 1929, la Santa Sede consiguió y firmó con el gobierno
mejicano "un modus vivendi" que comprometió al gobierno a firmar una
amnistía a los clérigos y fieles y a deponer las armas a los cristeros. Hasta
1992, hubo en Méjico un estado laico, anticlerical, pero se
"toleraba" a la Iglesia, hasta que se establecieron las relaciones
diplomáticas con el Vaticano.
Fueron muchos los fieles que sufrieron el
martirio por defender su fe, de entre ellos presentamos ahora a veinticinco que
fueron proclamados santos de la Iglesia por Juan Pablo II.
El milagro de su canonización
Uno de los pasos formales en las causas
de canonización en la iglesia católica es la verificación de un milagro obrado
por Dios por intercesión del o de las personas para quienes se busca su
inclusión en el canon de santos. En el caso de este grupo de 25 mártires
cristeros, María del Carmen Pulido Cortes de Guadalajara, México, experimentó
ese milagro.
Pulido, diagnosticada con una enfermedad incurable luego de que se
descubrieran quistes (algunos extirpados quirúrgicamente) en el pecho, fue a
Roma para el pedido de beatificación -de este grupo de mártires- acompañando a
Fray José de Jesús Gálvez Amezcua, director en ese momento de un seminario de
Guadalajara. "Fui a Roma y rogué por mi curación, pero no sucedió",
relató ella en una entrevista.
En 1993, Fray Gálvez le dio a Pulido un crucifijo de plata que contenía
pequeños trozos de ropa, sangre y huesos de los 25 mártires cristeros. Ella
colocó el crucifijo sobre su pecho. “Estaba muy enferma”, le dijo al
periodista, “pero apenas mi madre me dio la cruz con las reliquias sentí
alivio. La cura fue instantánea”. Los médicos confirmaron que Pulido estaba
completamente curada pero no pudieron explicar lo que había sucedido.
Luego de seis años de extensas investigaciones la Congregación para la Causa
de los Santos presentó al Papa Juan Pablo II el caso y él firmó el decreto
reconociendo el mismo como un milagro.
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