jueves, 5 de septiembre de 2024

Párate un momento: El Evangelio del dia 7 - DE SEPTIEMBRE – SÁBADO – 22ª – SEMANA DEL T.O. - B Santa Regina, mártir

 


 

7 - DE SEPTIEMBRE – SÁBADO –

 22ª – SEMANA DEL T.O. - B

Santa Regina, mártir

 

  Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,6b-15):

 

  Aprended de Apolo y de mí a jugar limpio y no os engriáis el uno contra el otro. A ver, ¿quién te hace tan importante? ¿Tienes algo que no hayas recibido? Y, si lo has recibido, ¿a qué tanto orgullo, como si nadie te lo hubiera dado? Ya tenéis todo lo que ansiabais, ya sois ricos, habéis conseguido un reino sin nosotros. ¿Qué más quisiera yo? Así reinaríamos juntos.

  Por lo que veo, a nosotros, los apóstoles, Dios nos coloca los últimos; parecemos condenados a muerte, dados en espectáculo público para ángeles y hombres. Nosotros, unos locos por Cristo, vosotros, ¡qué cristianos tan sensatos! Nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros célebres, nosotros despreciados; hasta ahora hemos pasado hambre y sed y falta de ropa; recibimos bofetadas, no tenemos domicilio, nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan, y les deseamos bendiciones; nos persiguen, y aguantamos; nos calumnian, y respondemos con buenos modos; nos tratan como a la basura del mundo, el deshecho de la humanidad, y así hasta el día de hoy. No os escribo esto para avergonzaros, sino para haceros recapacitar, porque os quiero como a hijos; ahora que sois cristianos tendréis mil tutores, pero padres no tenéis muchos; por medio del Evangelio soy yo quien os ha engendrado para Cristo Jesús.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 144,17-18.19-20.21

 

R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan

 

El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R/.

 

   Satisface los deseos de sus fieles, escucha sus gritos, y los salva.

       El Señor guarda a los que lo aman, pero destruye a los malvados. R/.

 

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor, todo viviente bendiga su santo nombre por siempre jamás. R/.

 

   Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,1-5):

 

  Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron:

   «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»

  Jesús les replicó:

   «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»

  Y añadió:

  «El Hijo del hombre es señor del sábado.»

 

Palabra del Señor

 

  1.   A la vista de un texto como este y de un incidente como el que se relata aquí, a cualquiera se le ocurre pensar en el empeño que suelen mostrar las religiones por controlar, lo más posible, a la gente, a las personas, los grupos humanos y las instituciones.

   Aquí se trata del control del tiempo: casi todas las religiones tienen días, horas, fechas señaladas en las que mandan y prohíben cosas muy fundamentales. Controlan el trabajo y el descanso, la alimentación y la vida sexual, las relaciones humanas, el cuidado del cuerpo o la mortificación de este. Y sobre todo controlan la conciencia, los sentimientos de culpa, esa zona profunda e íntima, que es el secreto de la propia identidad, la zona de la soledad inconfesable, en la que uno se ve a sí mismo como una persona normal o, por el contrario, como un perdido y hasta como un delincuente peligroso.

 

  2.   Jesús hizo saltar por los aires este empeño de dominación. Porque, si se piensa despacio, es lo que más nos humilla a todos y a cada uno. Es una agresión, hecha en nombre de Dios. Y, por tanto, un imperativo que, para personas creyentes, se convierte en palabra incuestionable.  Lo genial de Jesús es que se atrevió a cuestionar todo este montaje, que, como un cuerpo extraño a la vida, se incrusta en la vida, la complica, la hace más difícil y más dura, a veces demasiado dura, a cambio de no sé qué extraño sentimiento de paz interior.

  Pero un sentimiento engañoso porque, junto a él, el observante religioso se siente superior, se ve a sí mismo como elegido, como preferido y amado por el Altísimo.

Es muy peligroso todo esto. Porque la paz, la seguridad y el sentimiento de superioridad pueden ser el origen de gente mala que, además, comete sus "maldades" con buena conciencia.

 

  3.   Lo más notable de estos relatos, en los que Jesús quebranta las normas religiosas, es que combatió ese modelo de religión, no con discursos, sino con hechos. No dijo que había que desobedecer esas torturas, sino que las desobedeció. Y así nos liberó. Es peligroso ir por la vida limitándose a la predicación.   

  Todo lo que sea el mero hablar, pero no acompañado y garantizado por el hacer, eso es un peligro y un engaño, que no va a ninguna parte.

 

Santa Regina, mártir

 




   Santa Regina fue una doncella virgen mártir que entregó su vida defendiendo su castidad por amor a Dios.  

    Nació en Autun, Francia, de un pagano llamado Clemente.

   Su madre murió en su nacimiento y su padre la repudió. Luego fue a vivir con una enfermera cristiana que la bautizó. Santa Regina ayudó cuidando a las ovejas. Ella se comunicaba con Dios en la oración y meditaba en las vidas de los santos.

   Estaba prometida al procónsul Olybrius, pero se negó a renunciar a su fe para casarse con él, por lo que fue torturada y decapitada en Alesia, en la diócesis de Autun.

  Santa Regina es considerada la patrona de las pastoras, de las víctimas de la tortura y contra la pobreza.

 

Vida de Santa Regina de Autun

 

  Los niños piden -al menos así lo hacían en tiempos pasados- a los mayores que les cuenten un cuento a la hora de dormir. La condescendencia de los que les quieren, procurando su bien dormir, les lleva a ilustrar su imaginación con historias que unas veces son sólo producto del genio humano y otras... adornan la verdad de hechos ocurridos en la ordinariez de la vida con amplificaciones que hacen fantástica, amable y hasta apasionante la historia real. No sé si la historia de Regina servirá para rellenar esos momentos previos al descanso nocturno de los pequeños, pero no me cabe duda de que sí servirán a los adultos para que detengamos un momento nuestro ardoroso caminar.

 

  Regina es palabra latina que se vierte al castellano por Reina. Así se llamaba nuestra protagonista de hoy. Fue una francesita hija de padre romano y de madre gala. Era el tiempo del Imperio. Cuando tenía quince años conoció a Cristo y le entregó su corazón, se bautizó y decidió darle para siempre su virginidad.

 

Es hermosa en demasía. El prefecto romano se enamoró de ella al verla. En su presencia, Regina confiesa su fe.

 

Desde este momento comienzan las dificultades para la fidelidad. Fue puesta en la cárcel y con una amenaza: al regreso del prefecto, que necesariamente ha de ausentarse, ella debe haber cambiado de religión o conocerá el furor romano.

 

Sucede a la vuelta del personaje lo previsible con la gracia de Dios. Ella se niega a sacrificar a los ídolos, llegan las torturas, los hierros arañan y cortan su carne. También hay prodigios del Cielo: se producen terremotos, se oyen voces celestiales... hasta una paloma se acerca para consolarla, darle ánimos y curarla.

 

El ejemplo es tan llamativo que la gente se convierte a centenares. Por fin, es degollada.

 

La candidez de la historia narrada, pletórica de elementos hiperbólicos y de adornos donados por la fantasía, expone un drama común y diario de mucha gente que bien merece la atención y el mimo del poeta, me refiero a todos esos que están dispuestos en serio a dar la vida por la fe que tienen y, llegado el momento, darla.

 

(Fuente: archimadrid.es)

 

 

 

 







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