12 - DE
NOVIEMBRE – MARTES –
32ª – SEMANA DEL T.O. – B –
San Josafat Kuncewicz
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a Tito (2,1-8.11-14):
Habla de lo que es conforme a la sana doctrina. Di a los ancianos que sean
sobrios, serios y prudentes; que estén robustos en la fe, en el amor y en la
paciencia.
A las ancianas, lo mismo: que
sean decentes en el porte, que no sean chismosas ni se envicien con el vino,
sino maestras en lo bueno, de modo que inspiren buenas ideas a las jóvenes,
enseñándoles a amar a los maridos y a sus hijos, a ser moderadas y púdicas, a
cuidar de la casa, a ser bondadosas y sumisas a los maridos, para que no se
desacredite la palabra de Dios.
A los jóvenes, exhórtalos también
a ser prudentes, presentándote en todo como un modelo de buena conducta. En la
enseñanza sé íntegro y grave, con un hablar sensato e intachable, para que la
parte contraria se abochorne, no pudiendo criticarnos en nada. Porque ha
aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres,
enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya
desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que
esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y para prepararse un
pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.
Palabra de Dios
Salmo: 36,3-4.18.23.27.29
R/. El Señor es quien salva a los
justos
Confía en el Señor y haz el bien, habita tu
tierra y practica la lealtad; sea el Señor
tu delicia, y él te dará lo que pide tu
corazón. R/.
El Señor vela por los días de los buenos, y su herencia
durará siempre.
El Señor asegura los pasos del hombre, se complace en sus caminos. R/.
Apártate del mal y haz el bien, y siempre
tendrás una casa; pero los justos poseen la tierra, la habitarán por siempre jamás. R/.
Lectura del santo evangelio según
san Lucas (17,7-10):
En aquel tiempo, dijo el Señor:
«Suponed que un criado vuestro
trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo,
- ¿Quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la
mesa"? - ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme
mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? - ¿Tenéis que estar
agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado?
Lo mismo vosotros: Cuando hayáis
hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo
que teníamos que hacer."»
Palabra del Señor
1.- Las lecturas en el día de hoy tratan de que
reflexionemos en la importancia que tiene el seguimiento de Jesús, en clave de
servicio, humildad, sinceridad, como un testimonio con el cual permite que
otras personas sean capaces de descubrir el sentido profundo del ser cristiano
injertado en Cristo.
Un testimonio de vida, en
el que el verdadero discípulo de Cristo trata de vivir su fe en coherencia y
fidelidad. Por ello, las obras van acompañadas de ejemplos de vida: «Brille así
vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria
a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5,16). Por ello, san Pablo, da una
serie de instrucciones a Tito para que así se las haga llegar al grupo de
fieles, al cual, él está al cargo: ancianos, ancianas y jóvenes deben ser
referente de ello. El conflicto entre la sana doctrina frente a los falsos
maestros y la buena conducta como signo indiscutible del seguidor de Jesús.
2.- Por tanto, son dos aspectos importantes que
tocan el ser del cristiano. Y que en más de una ocasión no es tan fácil vivir
desde Dios, coherentemente, buscando únicamente cumplir su voluntad sin
desviarnos hacia otras cosas que no tienen nada que ver con el modo evangélico
que nos muestra Jesús. Conocemos perfectamente los mandatos de la ley divina,
pero hacerlos vida es otra cosa. En más de una ocasión queremos imponer nuestro
criterio, nuestra forma de entender lo religioso, y dejamos de lado la vivencia
del: «amar como yo os he amado». Horóscopos, tarot, técnicas de relajación,
santería… Que vamos metiendo en el «saco» de la fe para tranquilizar la
conciencia pero no para vivir conforme al proyecto de Jesús. O simplemente
cumplir una serie de normas sin que estas te cambien la vida a ser más honesto,
coherente, humano, fiel. El seguidor de Cristo debe de ser otro Cristo en la
tierra, por ello, Pablo, hace la referencia a que con esas obras sale del
interior la luz de amor que arrastra a otras personas a cuestionarse el
seguimiento y el sentido pleno de la vida.
3.- Jesús está hablándoles a sus discípulos a
cerca de los temas relevantes en el seguimiento: la conducta inapropiada lleva
al escándalo en los más débiles en la fe, las faltas de fe que se dan en el
camino y lo central en el ser cristiano es el servicio. Con esta parábola Jesús
trata de que el discipulado entienda la profundidad que tiene el ir
configurándose en medio del camino con el «Siervo de Yavhé» que entrega la vida
por amor. En la mente humana aparecen otra serie de aspiraciones que son contrarias
al seguimiento, así, lo muestran los discípulos: «Ellos callaban, pues por el
camino habían discutido quién era el más importante» (Mc 9,35); «Concédenos
sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda» (Mc 10,37). Y,
la respuesta de Jesús, es la de la humildad y el servicio.
Ante la dureza del
trasfondo de la parábola: «¿tenéis que estar agradecidos por que ha hecho lo
que tenía que hacer?», se nos muestra que se trata de normalizar el papel que
tiene aquella persona que quiere vivir una vida de relación interpersonal con
Dios. Seguimos a un Dios que ha tomado la decisión de subir a Jerusalén, por
tanto, entregar la vida. Para que otros adquieran la Vida. El puesto que
corresponde en el seguimiento es «donación», gratuidad, humanización de la vida
de los demás, entendido desde la clave que tú quieras vivir como llamado a
implantar el Reino de Dios aquí en esta realidad concreta.
Aparece así la conciencia
de ser «siervo inútil» no como un desprecio sino como posicionarse ante la vida
en clave de servicio. Hacer lo que tenía que hacer sin más. Si Jesús, que es mi
Maestro, ha entregado la vida, yo quiero seguir el ejemplo a pesar de mi
limitación humana. Cada vez que me mueve el amor a entregarme, a donarme, a
dejar la piel en lo que hago desde la clave de configurarme con Cristo, me
humanizo y humanizo la vida de los demás. Por tanto, no se entendería en clave
negativa la vida del discipulado: «siervo» sino en una clave que lleva consigo
todo un proceso de discernimiento y maduración en la fe, me hago amigo, alguien
que se ha configurado con Cristo. Una exigencia de vida que opta por el amor en
cada momento. Un centrarme en lo que es realmente importante: «nadie tiene amor
más grande que el que da la vida». El seguimiento adquiere la profundidad de
aquel que libremente te llama a seguirlo, y en ese servicio, aunque
aparentemente, no se reciba la recompensa esperada, se realiza por el amor
libre que se tributa a Dios y es lo que te mueve a entregar tu vida libremente
en aras del Reino de Dios.
San Josafat Kuncewicz
12 - DE
NOVIEMBRE – MARTES –
32ª – SEMANA DEL T.O. – B –
San Josafat Kuncewicz
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a Tito (2,1-8.11-14):
Habla de lo que es conforme a la sana doctrina. Di a los ancianos que sean
sobrios, serios y prudentes; que estén robustos en la fe, en el amor y en la
paciencia.
A las ancianas, lo mismo: que
sean decentes en el porte, que no sean chismosas ni se envicien con el vino,
sino maestras en lo bueno, de modo que inspiren buenas ideas a las jóvenes,
enseñándoles a amar a los maridos y a sus hijos, a ser moderadas y púdicas, a
cuidar de la casa, a ser bondadosas y sumisas a los maridos, para que no se
desacredite la palabra de Dios.
A los jóvenes, exhórtalos también
a ser prudentes, presentándote en todo como un modelo de buena conducta. En la
enseñanza sé íntegro y grave, con un hablar sensato e intachable, para que la
parte contraria se abochorne, no pudiendo criticarnos en nada. Porque ha
aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres,
enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya
desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que
esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y para prepararse un
pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.
Palabra de Dios
Salmo: 36,3-4.18.23.27.29
R/. El Señor es quien salva a los
justos
Confía en el Señor y haz el bien, habita tu
tierra y practica la lealtad; sea el Señor
tu delicia, y él te dará lo que pide tu
corazón. R/.
El Señor vela por los días de los buenos, y su herencia
durará siempre.
El Señor asegura los pasos del hombre, se complace en sus caminos. R/.
Apártate del mal y haz el bien, y siempre
tendrás una casa; pero los justos poseen la tierra, la habitarán por siempre jamás. R/.
Lectura del santo evangelio según
san Lucas (17,7-10):
En aquel tiempo, dijo el Señor:
«Suponed que un criado vuestro
trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo,
- ¿Quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la
mesa"? - ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme
mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? - ¿Tenéis que estar
agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado?
Lo mismo vosotros: Cuando hayáis
hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo
que teníamos que hacer."»
Palabra del Señor
1.- Las lecturas en el día de hoy tratan de que
reflexionemos en la importancia que tiene el seguimiento de Jesús, en clave de
servicio, humildad, sinceridad, como un testimonio con el cual permite que
otras personas sean capaces de descubrir el sentido profundo del ser cristiano
injertado en Cristo.
Un testimonio de vida, en
el que el verdadero discípulo de Cristo trata de vivir su fe en coherencia y
fidelidad. Por ello, las obras van acompañadas de ejemplos de vida: «Brille así
vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria
a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5,16). Por ello, san Pablo, da una
serie de instrucciones a Tito para que así se las haga llegar al grupo de
fieles, al cual, él está al cargo: ancianos, ancianas y jóvenes deben ser
referente de ello. El conflicto entre la sana doctrina frente a los falsos
maestros y la buena conducta como signo indiscutible del seguidor de Jesús.
2.- Por tanto, son dos aspectos importantes que
tocan el ser del cristiano. Y que en más de una ocasión no es tan fácil vivir
desde Dios, coherentemente, buscando únicamente cumplir su voluntad sin
desviarnos hacia otras cosas que no tienen nada que ver con el modo evangélico
que nos muestra Jesús. Conocemos perfectamente los mandatos de la ley divina,
pero hacerlos vida es otra cosa. En más de una ocasión queremos imponer nuestro
criterio, nuestra forma de entender lo religioso, y dejamos de lado la vivencia
del: «amar como yo os he amado». Horóscopos, tarot, técnicas de relajación,
santería… Que vamos metiendo en el «saco» de la fe para tranquilizar la
conciencia pero no para vivir conforme al proyecto de Jesús. O simplemente
cumplir una serie de normas sin que estas te cambien la vida a ser más honesto,
coherente, humano, fiel. El seguidor de Cristo debe de ser otro Cristo en la
tierra, por ello, Pablo, hace la referencia a que con esas obras sale del
interior la luz de amor que arrastra a otras personas a cuestionarse el
seguimiento y el sentido pleno de la vida.
3.- Jesús está hablándoles a sus discípulos a
cerca de los temas relevantes en el seguimiento: la conducta inapropiada lleva
al escándalo en los más débiles en la fe, las faltas de fe que se dan en el
camino y lo central en el ser cristiano es el servicio. Con esta parábola Jesús
trata de que el discipulado entienda la profundidad que tiene el ir
configurándose en medio del camino con el «Siervo de Yavhé» que entrega la vida
por amor. En la mente humana aparecen otra serie de aspiraciones que son contrarias
al seguimiento, así, lo muestran los discípulos: «Ellos callaban, pues por el
camino habían discutido quién era el más importante» (Mc 9,35); «Concédenos
sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda» (Mc 10,37). Y,
la respuesta de Jesús, es la de la humildad y el servicio.
Ante la dureza del
trasfondo de la parábola: «¿tenéis que estar agradecidos por que ha hecho lo
que tenía que hacer?», se nos muestra que se trata de normalizar el papel que
tiene aquella persona que quiere vivir una vida de relación interpersonal con
Dios. Seguimos a un Dios que ha tomado la decisión de subir a Jerusalén, por
tanto, entregar la vida. Para que otros adquieran la Vida. El puesto que
corresponde en el seguimiento es «donación», gratuidad, humanización de la vida
de los demás, entendido desde la clave que tú quieras vivir como llamado a
implantar el Reino de Dios aquí en esta realidad concreta.
Aparece así la conciencia
de ser «siervo inútil» no como un desprecio sino como posicionarse ante la vida
en clave de servicio. Hacer lo que tenía que hacer sin más. Si Jesús, que es mi
Maestro, ha entregado la vida, yo quiero seguir el ejemplo a pesar de mi
limitación humana. Cada vez que me mueve el amor a entregarme, a donarme, a
dejar la piel en lo que hago desde la clave de configurarme con Cristo, me
humanizo y humanizo la vida de los demás. Por tanto, no se entendería en clave
negativa la vida del discipulado: «siervo» sino en una clave que lleva consigo
todo un proceso de discernimiento y maduración en la fe, me hago amigo, alguien
que se ha configurado con Cristo. Una exigencia de vida que opta por el amor en
cada momento. Un centrarme en lo que es realmente importante: «nadie tiene amor
más grande que el que da la vida». El seguimiento adquiere la profundidad de
aquel que libremente te llama a seguirlo, y en ese servicio, aunque
aparentemente, no se reciba la recompensa esperada, se realiza por el amor
libre que se tributa a Dios y es lo que te mueve a entregar tu vida libremente
en aras del Reino de Dios.
San Josafat Kuncewicz
Su nombre de bautismo fue Juan Kunsevich.
Nació en Vladimir de Volhinia (actual Polonia) hacia el 1581. En 1601 ingresó
en el monasterio de la Santísima Trinidad de Vilna y 13 años después fue
nombrado abad de Vilna. Católico en tierra de cisma, intenta descubrir a su
pueblo la fe de la Iglesia universal. Cuando es nombrado, contra su querer, por
el Papa Paulo V, Arzobispo de Polotsk, se hace inconmensurable su celo y
caridad en una archidiócesis infestada por el cisma.
Su actividad, su
fuerza moral y su vida interior suscita envidias y celos porque la Rusia
blanca, rejuvenecida, se está pasando al lado de Roma.
En 1623, un tumulto
invade su domicilio y es asesinado y arrojado su cuerpo al río. El arzobispo
rival de Josafat, Melecio, una vez convertido, hará profesión de fe católica en
Roma el 26 de Febrero del año 1627 ante el papa.
Vida de San Josafat Kuncewicz
El Cisma de
Oriente fue en Julio del 1054. Rusia y las regiones a ella sometidas fueron
adhiriéndose al cisma en el decurso del siglo XV. La unión de los rutenos con
Roma tuvo lugar a fines del siglo XVI (1595-1596), justo cuando Juan —que así
se llamaba el santo— tenía unos 15 años. Había nacido en Vlodimir (Volinia) el
año 1580, en el seno de una familia noble. Se bautizó en la Iglesia bizantina
separada de Roma.
Pasa a Vilna a
formarse y, como es aficionado a la lectura y toma sus preferencias por los
temas religiosos, conoció la verdad católica y se adhirió a ella, aunque en
Vilna, eran aún pocos los unidos a Roma. Desde este descubrimiento van
aumentando en él los deseos de que su pueblo abrace la unión con Roma, heredera
de la fe y autoridad de Pedro sobre la que Cristo fundó su Iglesia.
Decide entrar en
el monasterio de San Basilio. Ahora ha cambiado el nombre, mantiene la
"J" de Juan y se llama Josafat. Desea de modo vehemente la unión de
los disidentes con Roma y quiere dedicar todos sus esfuerzos a esta tarea. Vive
con mortificación intensa y mucha oración.
Se ordena
sacerdote. Por su celo, unos le llaman "el azote de los herejes" y
otros "el raptor de almas". Los disidentes fanáticos urden tramas
contra él; alguna vez la abofetean. Ejerce el ministerio en varias poblaciones:
Zyrowiecz, Byten y Pinsk. Reanima las casas de la Orden y queda sólidamente
restablecidos los monasterios de monjas y monjes basilianos.
Nombrado
archimandrita de la Santísima Trinidad, de Vilna, en 1614. Por las pocas
vocaciones, hace de todo: gobierno del monasterio, predicador, confesor,
administrador, cantor y visitador de religiosas. Entre los jóvenes busca
vocaciones para la vida monástica. Da impulso unionista en su monasterio
renovado.
Cuando es
nombrado, contra su querer, por el Papa Paulo V, Arzobispo de Polotsk, se hace
inconmensurable su celo y caridad en una archidiócesis infestada por el cisma.
En vez de acobardarse ante las dificultades, se crece: arrecia en penitencia y
oración. El ejemplo de su austeridad conmueve; la primera autoridad
eclesiástica vive de tal modo que, en determinada ocasión, tiene que empeñar su
manto episcopal para aliviar a una viuda necesitada. Entregado a su ministerio
pastoral, rehuye inmiscuirse en política, restaura la catedral, edifica
iglesias, erige monasterios, escribe ilustrando el Primado de Pedro y defiende
el patrimonio de la Iglesia. Su actividad, su fuerza moral y su vida interior
suscita envidias y celos porque la Rusia blanca, rejuvenecida, se está pasando
al lado de Roma.
Hasta tal punto
llama la atención lo que está sucediendo en torno a Josafat que el Patriarca
disidente de Jerusalén, Teófanes, viaja de incógnito y consagra obispos
cismáticos en secreto para situarlos en sedes rutenas unidas ya a Roma con el
fin de contrarrestar la actividad exitosa de Josafat. En Polotsk se sitúa a
Melecio Smotricio que recibe el encargo de entorpecer, disminuir y eliminar si
fuera posible la eficiencia unionista de Josafat. Aumentan las calumnias y las
intrigas. Las armas que utiliza el arzobispo en la presente guerra a muerte
entre disidentes y unionistas son la oración, la humildad sincera, la caridad
exquisita y las frecuentes visitas pastorales para animar a los fieles y
alentar a los pusilánimes. En una de ellas encontrará la muerte. En la que hace
a Vitebsk. Aquí se urde una trama para asesinarlo en su propio domicilio. Un
tumulto de mujerzuelas y populacho enloquecido invade su domicilio donde es
lastimosamente ultrajado, vapuleado y tratado a hachazos; los promotores del
alboroto han sido un presbítero llamado Elías con la complicidad de clérigos
cismáticos. Sacado a rastras a la calle le rematan con dos disparos de lombarda
en la cabeza. Su cuerpo fue arrojado al río Duna atadas sendas piedras a los
pies y a la cabeza. Al cabo de cinco días son rescatados sus restos del agua,
trasladados a la catedral de Vitebsk y poco después a la sede arzobispal de
Polotsk. El arzobispo rival de Josafat, Melecio, una vez convertido, hará
profesión de fe católica en Roma el 26 de Febrero del año 1627 ante el papa.
La persecución
contra la Iglesia Católica y contra Roma en las regiones de Rusia y Rusia
blanca, no es sólo cosa de los siglos XIX y XX. La fe de los rutenos y
ucranianos, dentro y fuera del país, son el puntal más fuerte de la Iglesia
católica oriental unida a Roma y la esperanza del retorno a la unión.
Fuente: http://www.archimadrid.es/princi/princip/otros/santoral/santora
Su nombre de bautismo fue Juan Kunsevich.
Nació en Vladimir de Volhinia (actual Polonia) hacia el 1581. En 1601 ingresó
en el monasterio de la Santísima Trinidad de Vilna y 13 años después fue
nombrado abad de Vilna. Católico en tierra de cisma, intenta descubrir a su
pueblo la fe de la Iglesia universal. Cuando es nombrado, contra su querer, por
el Papa Paulo V, Arzobispo de Polotsk, se hace inconmensurable su celo y
caridad en una archidiócesis infestada por el cisma.
Su actividad, su
fuerza moral y su vida interior suscita envidias y celos porque la Rusia
blanca, rejuvenecida, se está pasando al lado de Roma.
En 1623, un tumulto
invade su domicilio y es asesinado y arrojado su cuerpo al río. El arzobispo
rival de Josafat, Melecio, una vez convertido, hará profesión de fe católica en
Roma el 26 de Febrero del año 1627 ante el papa.
Vida de San Josafat Kuncewicz
El Cisma de
Oriente fue en Julio del 1054. Rusia y las regiones a ella sometidas fueron
adhiriéndose al cisma en el decurso del siglo XV. La unión de los rutenos con
Roma tuvo lugar a fines del siglo XVI (1595-1596), justo cuando Juan —que así
se llamaba el santo— tenía unos 15 años. Había nacido en Vlodimir (Volinia) el
año 1580, en el seno de una familia noble. Se bautizó en la Iglesia bizantina
separada de Roma.
Pasa a Vilna a
formarse y, como es aficionado a la lectura y toma sus preferencias por los
temas religiosos, conoció la verdad católica y se adhirió a ella, aunque en
Vilna, eran aún pocos los unidos a Roma. Desde este descubrimiento van
aumentando en él los deseos de que su pueblo abrace la unión con Roma, heredera
de la fe y autoridad de Pedro sobre la que Cristo fundó su Iglesia.
Decide entrar en
el monasterio de San Basilio. Ahora ha cambiado el nombre, mantiene la
"J" de Juan y se llama Josafat. Desea de modo vehemente la unión de
los disidentes con Roma y quiere dedicar todos sus esfuerzos a esta tarea. Vive
con mortificación intensa y mucha oración.
Se ordena
sacerdote. Por su celo, unos le llaman "el azote de los herejes" y
otros "el raptor de almas". Los disidentes fanáticos urden tramas
contra él; alguna vez la abofetean. Ejerce el ministerio en varias poblaciones:
Zyrowiecz, Byten y Pinsk. Reanima las casas de la Orden y queda sólidamente
restablecidos los monasterios de monjas y monjes basilianos.
Nombrado
archimandrita de la Santísima Trinidad, de Vilna, en 1614. Por las pocas
vocaciones, hace de todo: gobierno del monasterio, predicador, confesor,
administrador, cantor y visitador de religiosas. Entre los jóvenes busca
vocaciones para la vida monástica. Da impulso unionista en su monasterio
renovado.
Cuando es
nombrado, contra su querer, por el Papa Paulo V, Arzobispo de Polotsk, se hace
inconmensurable su celo y caridad en una archidiócesis infestada por el cisma.
En vez de acobardarse ante las dificultades, se crece: arrecia en penitencia y
oración. El ejemplo de su austeridad conmueve; la primera autoridad
eclesiástica vive de tal modo que, en determinada ocasión, tiene que empeñar su
manto episcopal para aliviar a una viuda necesitada. Entregado a su ministerio
pastoral, rehuye inmiscuirse en política, restaura la catedral, edifica
iglesias, erige monasterios, escribe ilustrando el Primado de Pedro y defiende
el patrimonio de la Iglesia. Su actividad, su fuerza moral y su vida interior
suscita envidias y celos porque la Rusia blanca, rejuvenecida, se está pasando
al lado de Roma.
Hasta tal punto
llama la atención lo que está sucediendo en torno a Josafat que el Patriarca
disidente de Jerusalén, Teófanes, viaja de incógnito y consagra obispos
cismáticos en secreto para situarlos en sedes rutenas unidas ya a Roma con el
fin de contrarrestar la actividad exitosa de Josafat. En Polotsk se sitúa a
Melecio Smotricio que recibe el encargo de entorpecer, disminuir y eliminar si
fuera posible la eficiencia unionista de Josafat. Aumentan las calumnias y las
intrigas. Las armas que utiliza el arzobispo en la presente guerra a muerte
entre disidentes y unionistas son la oración, la humildad sincera, la caridad
exquisita y las frecuentes visitas pastorales para animar a los fieles y
alentar a los pusilánimes. En una de ellas encontrará la muerte. En la que hace
a Vitebsk. Aquí se urde una trama para asesinarlo en su propio domicilio. Un
tumulto de mujerzuelas y populacho enloquecido invade su domicilio donde es
lastimosamente ultrajado, vapuleado y tratado a hachazos; los promotores del
alboroto han sido un presbítero llamado Elías con la complicidad de clérigos
cismáticos. Sacado a rastras a la calle le rematan con dos disparos de lombarda
en la cabeza. Su cuerpo fue arrojado al río Duna atadas sendas piedras a los
pies y a la cabeza. Al cabo de cinco días son rescatados sus restos del agua,
trasladados a la catedral de Vitebsk y poco después a la sede arzobispal de
Polotsk. El arzobispo rival de Josafat, Melecio, una vez convertido, hará
profesión de fe católica en Roma el 26 de Febrero del año 1627 ante el papa.
La persecución
contra la Iglesia Católica y contra Roma en las regiones de Rusia y Rusia
blanca, no es sólo cosa de los siglos XIX y XX. La fe de los rutenos y
ucranianos, dentro y fuera del país, son el puntal más fuerte de la Iglesia
católica oriental unida a Roma y la esperanza del retorno a la unión.
Fuente: http://www.archimadrid.es/princi/princip/otros/santoral/santora