26- DE NOVIEMBRE
– MARTES –
34ª – SEMANA DEL T.O. – B –
Beato Santiago Alberione
Lectura
del libro del Apocalipsis (14,14-19):
Yo, Juan, miré, y apareció una nube
blanca; y sentado sobre La nube alguien como un Hijo de hombre, que tenía en la
cabeza una corona de oro y en su mano una hoz afilada.
Salió
otro ángel del santuario clamando con gran voz al que estaba sentado sobre la
nube:
«Mete
tu hoz y siega; ha llegado la hora de la siega, pues ya está seca la mies de la
tierra».
El
que estaba sentado encima de la nube metió su hoz sobre la tierra y la tierra
quedó segada.
Otro
ángel salió del santuario del cielo, llevando él también una hoz afilada. Y del
altar salió otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, y gritó con gran voz
al que tenía la hoz afilada, diciendo:
«Mete
tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque los
racimos están maduros».
El
ángel metió su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra y echó las uvas
en el gran lagar de la ira de Dios.
Palabra de Dios
Salmo:
95,10.11-12.13
Llega el Señor a regir la tierra. R/.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey: él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos
rectamente». R/.
Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en
ellos, aclamen los árboles
del bosque. R/.
Delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (21,5-11):
En aquel tiempo, como algunos hablaban
del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y
exvotos, Jesús les dijo:
«Esto
que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea
destruida».
Ellos
le preguntaron:
«Maestro,
¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para
suceder?».
Él
dijo:
«Mirad
que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o
bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias
de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso
ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces
les decía:
«Se
alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y
en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y
grandes signos en el cielo».
Palabra del Señor
1.- El apocalipsis es el Evangelio de Cristo
Resucitado; un testimonio de fe que nos enseña a resistir en tiempos difíciles
y a reconstruir la esperanza de que el reino de Dios, es posible para toda la
humanidad ahora en el presente.
Antes del final
definitivo, la visión de la «siega, y la vendimia nos hablan hoy del juicio
final. Todos seremos juzgados, cada uno de nosotros será juzgado»
Juan recapitula toda la
Historia, en la que Dios aparece como soberano de esta, y el énfasis lo pone en
la justicia de Dios. El advenimiento
del Reino es la llegada de la justicia para quienes nunca la tuvieron, para las
víctimas que no fueron escuchadas, para quienes lucharon y fueron derrotados,
padecieron hambre, maltratos, torturas, trae justicia para las mujeres abusadas
y maltratadas para quienes fueron capaces de resistir hasta el final.
El acento está puesto en el valor de las
opciones hoy, si optamos por Cristo y por el ser humano o nos oponemos. Al
final de la vida hay salvación o hay fracaso total. Es hoy nuestra opción más
importante.
No leas las visiones del
Apocalipsis como una pesadilla sino como evangelio de Cristo resucitado que en
su misericordia viene a hacer justicia y a salvar.
Reza con el salmo 95: Dios
es rey que gobierna a los pueblos rectamente, ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia y a los pueblos con fidelidad.
2.- No quedará piedra sobre piedra.
Jesús oye hablar del esplendor del Templo y declara a sus discípulos:
“Esto que contempláis llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra.
¡Todo será destruido!”.
Los
discípulos asombrados le preguntan: “Maestro, ¿cuándo será todo eso? ¿Cuál será
la señal de que esas cosas están a punto de suceder?”. Y, Jesús, reorienta la
preocupación de los discípulos hacia la actitud existencial de compromiso y
esperanza vigilante con la cual hay que vivir en el presente.
El final histórico del
Templo, es símbolo del final de toda la historia ante el que Jesús advierte:
que nos os engañen los falsos mesías que quieren suplantarle diciendo: “yo soy
o el tiempo está cerca”. No vayáis tras ellos. Ante rumores de guerras y revoluciones:
no tengáis pánico; estos eventos están bajo el control de Dios, no son todavía
los signos que indican que la historia está llegando a su fin.
3.- Jesús menciona conflictos étnicos y
nacionales, calamidades naturales y grandes señales en el cielo, que en la
tradición apocalíptica son símbolo y revelan la intervención de Dios en la
historia, en relación con el juicio divino, la justicia de Dios sobre la
humanidad.
Este Evangelio nos enseña
que no somos dueños de la vida: habrá un final la muerte.
Que Dios intervendrá en
nuestra historia llevándola a su fin: juicio.
Que nuestro modo de vivir
hoy decide nuestro futuro de resucitar con Él y participar de su gloria.
No tengas pánico, no te
dejes engañar por los falsos profetas y agoreros del fin; “porque Dios no
ha enviado a su Hijo al mundo no para condenar al mundo, sino para que el mundo
se salve por El”. Jn 3,17.
Beato Santiago Alberione
1874- 1971
En Roma, beato Jacobo Alberione,
presbítero, que, solícito por la evangelización, se dedicó enteramente a poner
al servicio de la sociedad humana los instrumentos de comunicación social para
promover la verdad de Cristo, fundando, además, la Congregación de la Pía
Sociedad de San Pablo Apóstol.
BIOGRAFIA
Santiago Alberione nació en San Lorenzo di Fossano (Cuneo, Piamonte) el 4 de abril de
1884, quinto hijo de Miquel y Teresa Allocco.
En octubre de 1900 entró en el seminario
diocesano de Alba y el 29 de junio de 1907 fue ordenado sacerdote.
El 20 de agosto de 1914, en Alba inició la
Sociedad San Pablo para la evangelización con los instrumentos de comunicación
social, seguida por las otras fundaciones que forman la Familia Paulina: Hijas
de San Pablo, Pías Discípulas de Divino Maestro, Hermanas de Jesús Buen Pastor,
Instituto Reina de los Apóstoles para las vocaciones (Hermanas Apostolinas);
los Institutos agregados: San Gabriel Arcángel, María de la Anunciación, Santa
Familia y Jesús Sacerdote; los Cooperadores Paulinos.
Varias veces dio la vuelta al mundo para
reunirse con sus hijos e hijas esparcidos por el mundo en todos los continentes
de la tierra y estimularlos a una vida cada vez más contemplativa y apostólica.
El secreto de su inmensa actividad apostólica
está en su vida interior impulsada en un crecimiento continuo a realizar las
palabras del Apóstol Pablo: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en
mí” (Gal 2,20).
El 26 de noviembre de 1971, a la edad de 87
años, confortado por la visita y por la bendición del Papa Paulo VI, dejó la
tierra para volver a la Casa del Padre.
Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en
Roma el 27 de abril de 2003.
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