6 - DE NOVIEMBRE
– MIERCOLES
– 31ª – SEMANA DEL T.O. – B –
San Pedro Poveda Castroverde
Lectura de la carta del apóstol san
Pablo a los Filipenses 2, 12-18
Queridos hermanos, ya que siempre habéis obedecido, no solo
cuando yo estaba presente, sino mucho más ahora en mi ausencia, trabajad por
vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios quien activa en vosotros
el querer y el obrar para realizar su designio de amor.
Cualquier cosa que hagáis sea sin
protestas ni discusiones, así seréis irreprochables y sencillos, hijos de Dios
sin tacha, en medio de una generación perversa y depravada, entre la cual
brilláis como lumbreras del mundo, manteniendo firme la palabra de la vida.
Así, en el Día de Cristo, esa será mi gloria, porque mis trabajos no fueron
inútiles ni mis fatigas tampoco. Y si mi sangre se ha de derramar, rociando el
sacrificio litúrgico que es vuestra fe, yo estoy alegre y me asocio a vuestra
alegría; por vuestra parte estad alegres y alegraos conmigo.
Palabra de Dios
Salmo 26, 1. 4. 13-14
El Señor es mi luz y mi Salvación. R/.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién
me hará temblar? R/.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del
Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su
templo. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente, ten
ánimo, espera en el Señor. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (14,25-33):
En aquel
tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno se viene conmigo y no pospone a
su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus
hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede
ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir
una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para
terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a
burlarse de él los que miran, diciendo: "Este hombre empezó a construir y
no ha sido capaz de acabar.
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro
rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al
paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía
lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Lo mismo vosotros: el que no renuncia a
todos sus bienes no puede ser discípulo mío.»
Palabra del Señor
1.-
Este fragmento de la carta a los Filipenses nos invita a trabajar en la
obra de la Salvación. Esto, tal como suena, hace pensar que esa salvación
depende de nuestro esfuerzo y empeño, pero no, nada más lejos de eso, el mismo
San Pablo nos dice “que es Dios quien, por su benevolencia, realiza en
nosotros el querer y el poder hacerlo.”
La exhortación de San Pablo junto con
las palabras del salmista, nos dan la clave de cómo trabajar en la obra de la
salvación, pues El Señor es nuestra luz y nuestra salvación, por
eso, cuando los demás quieren extorsionarnos o derribarnos con sus conductas
depravadas, nuestra respuesta es la de sencillos hijos de
Dios que todo lo hacen sin murmuraciones ni discusiones, sin
tacha y con una vida resplandeciente, dando testimonio de la fe que
profesamos.
2.-
Por otra parte el texto me hace pensar la satisfacción y el sano orgullo
de los evangelizadores y evangelizadoras, de nuestros pastores, misioneros y
misioneras, nuestros catequistas, al comprobar que nuestra vida es según Dios,
que hemos acogido el mensaje y lo hemos hecho vida, esto hace que ellos se
sientan fecundos y buenos administradores de la múltiple gracia de Dios en
favor nuestro. Esto tiene que estimularnos al bien y a no frustrar el Plan
Salvífico de Dios.
3.-
El que no lleve su cruz en pos de mí, no puede ser discípulo mío
El seguimiento y el discipulado exige
renuncia y cruz porque seguimos a un Maestro que se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo…se sometió incluso a la muerte y una muerte de
cruz (Flp 2,6-11). El mismo Jesús nos hace reflexionar si somos
capaces de vivir según las exigencias de su Evangelio con esos dos ejemplos que
nos pone: el que quiere edificar una torre y se sienta a calcular sus
posibilidades económicas para acabarla, y el rey que delibera si con su
ejército puede enfrentarse al enemigo.
4.-
No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria (Sal
115,1) No podemos
pensar que es con nuestro esfuerzo y voluntarismo como vamos a ser capaces de
renunciar a todo para seguirle. La clave está en ese acto de humildad de enviar
una embajada para pedir condiciones de paz. Necesitamos reconocer,
humildemente, que no podemos vivir esas exigencias, esas renuncias, y no
podemos cargar con la cruz sin Él, sin su ayuda. Él es nuestro “embajador”,
nuestro mediador ante el Padre, el que nos alcanza gracia y misericordia que
nos auxilian para poder llevar a cabo ese morir a uno mismo, cargar la cruz y
ser discípulo.
Oración
Señor, quiero
seguirte, quiero ser tu discípulo y que nada sea más fuerte en mi vida que tú.
Pero siento mi debilidad, me asusta la cruz y me aferro a las personas, a las
cosas y hasta a mi propio pecado, por eso, “dame lo que me pides y pídeme lo
que quieras”.
San Pedro Poveda Castroverde
San Pedro
Poveda nació en Linares (Jaén) el 3 de diciembre de 1874. Ordenado sacerdote,
creó las Escuelas del Sagrado Corazón para evangelizar a los pobres del barrio
de las cuevas de Guadix y confió a mujeres su proyecto educativo, fundando la
Institución Teresiana.
Murió mártir el 28 de julio de 1936.
Fecha de canonización: 4 de mayo de 2003
por S.S. Juan Pablo II
Breve Biografía
Nacido en Linares (Jaén) en 1874 en el seno de una familia muy cristiana,
Pedro José Luis Francisco Javier Poveda Castroverde era el mayor de seis
hermanos. De temprana vocación sacerdotal, ingresa joven en el Seminario de
Jaén, aunque por motivos económicos se traslada con una beca al Seminario de
Guadix (Granada). Compagina los estudios eclesiásticos con los civiles. Fue
ordenado sacerdote en 1897 y, al tiempo que continúa sus estudios, da clases,
atiende catequesis, predica misiones populares, dirige a seminaristas… Su
preocupación por los niños que vivían en las Cuevas de Guadix le lleva a fundar
las Escuelas del Sagrado Corazón, donde ofrece enseñanza gratuita, alimento y
vestido a los más necesitados de esta zona suburbial de la ciudad.
En 1906 es nombrado canónigo de la Basílica de Covadonga (Asturias), donde
permanece hasta 1913. Allí, estudia la situación educativa de la España de
principios de siglo, pensando qué respuesta puede dar desde el humanismo
cristiano para la educación de los niños y la formación de los educadores en el
momento histórico que le toca vivir. Así, en 1911 funda en Oviedo la primera
Academia de la Institución Teresiana. En 1913 regresa a Jaén, donde conocerá a
Josefa Segovia, quien será su fiel colaboradora y cofundadora de la
Institución. En 1921 las Academias, Centros de formación de educadores, cuyo
campo principal de actuación será la escuela pública, estaban en doce
poblaciones de importancia. En 1917 la Institución Teresiana obtiene la
aprobación eclesiástica y civil en Jaén, y en 1924 la aprobación pontificia
como Pía Unión.
El Padre Poveda se
traslada a Madrid en 1921, al ser nombrado Capellán de la Casa Real. Sigue
trabajando en la consolidación y expansión de la Institución Teresiana,
participa en la fundación de la FAE (Federación de Amigos de la Enseñanza), y
colabora con proyectos e instituciones a favor del profesorado católico. El 27
de julio de 1936 es detenido en su casa de Madrid. Muere mártir, como sacerdote
de Jesucristo, el 28 de julio de 1936.
¿Cuáles son los rasgos personales del Padre Poveda?
Convencido de que
la fuerza del Evangelio puede transformar la realidad, se preocupa por la
formación de la persona humana y promueve la educación como medio de
transformación social. Su contacto con realidades de pobreza, hambre,
enfermedad, paro, e injusticia, en su infancia, le lleva a luchar contra ello y
a trabajar por la dignidad humana mediante la formación de las clases
populares; confía en la capacidad de la juventud para transformar el mundo;
reclama y promueve la presencia de la mujer en el campo de la educación, de la
ciencia, de la investigación. Le preocupa la actualización pedagógica del
profesorado, la asociación profesional de los maestros y su promoción social,
así como su compromiso con la realidad desde su ser creyente. Humanista y pedagogo,
educador de educadores, impulsor del laicado, maestro de oración, hombre de
paz, audaz y solidario con los más desfavorecidos, creyó que la renovación de
la educación, de la cultura y de las relaciones entre los hombres eran posibles
desde la fe.
Sacrificado y
paciente, manso y humilde, sencillo, afable y respetuoso, de fino sentido del
humor y gran fortaleza interior. Con una entrega entusiasta a Dios, gran
devoción a la Virgen, y filial amor a la Iglesia. Austero para sí y tolerante
con todo excepto con el pecado. El trabajo, la oración, el estudio, el amor
entregado a los demás, el hacer la voluntad de Dios, fueron constantes en su
vida. Poveda es ante todo sacerdote y apóstol de Jesucristo. Y la Eucaristía,
el centro de su existir. Testigo fiel, acaba dando la vida en testimonio de su
fe. Su grandeza se basa en la coherencia de su vida con el Evangelio, en la
intuición de los signos de su tiempo y en la radicalidad de su entrega a Dios,
a los hombres y al mundo que le tocó vivir.
Fue beatificado
por S.S. Juan Pablo II el 10 de octubre de 1993 y canonizado el 4 de mayo de
2003.
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