sábado, 11 de enero de 2025

Párate un momento: El Evangelio del dia 13 - DE ENERO – LUNES – 1ª- SEMANA DE T.O. – C – San Hilario de Poitiers

 

 


13 - DE ENERO – LUNES –

1ª- SEMANA DE T.O. – C –

San Hilario de Poitiers

 

  Comienzo de la carta a los Hebreos (1,1-6):

  EN muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a los padres por los profetas.

  En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha realizado los siglos.

  Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de la Majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues ¿a qué ángel dijo jamás:

  «Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy»; y en otro lugar:

  «Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo?».

  Asimismo, cuando introduce en el mundo al primogénito, dice:

      «Adórenlo todos los ángeles de Dios».

 

Palabra de Dios

 

  Salmo: 96,1.2b.6.7c.9  

  R/. Adorad a Dios todos sus ángeles.

 

  V/. El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables.

       Justicia y derecho sostienen su trono. R/.

 

   V/. Los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria.

       Adoradlo todos sus ángeles. R/.

 

   V/. Porque tú eres, Señor, Altísimo sobre toda la tierra, encumbrado sobre todos los dioses. R/.

 

  Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,14-20):

DESPUÉS de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:

  «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios.

  Convertíos y creed en el Evangelio».

  Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.

  Jesús les dijo:

  «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».

       Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

  Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación, los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

 

Palabra del Señor     

 

  1.- La carta a los Hebreos trata de poner de relieve el fundamento que tiene Jesucristo dentro de todo el plan de salvación que el Padre ha trazado sobre la historia humana. Va haciendo un recorrido sobre el origen de todo. Y, en ese origen ya estaba el Hijo junto al Padre para crearlo todo. Un origen inmemorial y eterno el de este Dios.

  Los profetas van hablando de parte de Dios a un pueblo que es de dura cerviz. Con lo cual se va mostrando que el seguimiento de Cristo no es nada fácil. El pueblo elegido de Israel se va enfrentando a la fragilidad de la fe. Conocen otros pueblos, otras tradiciones, al igual que otros dioses, en los que alguna que otra vez el pueblo se relaja y corrompe la relación con su Dios. La tarea de los profetas es llamar al pueblo a que mire al verdadero Dios.

  Por ello, en la etapa última, envía a su Hijo, que es Palabra: «El Verbo se hizo carne». Y la Palabra en los orígenes de la humanidad fue lo que dio consistencia a la creación entera. Al inicio solo aparece el caos que se cernía sobre todo hasta que se comienza a pronuncia una palabra: «que exista la luz»... Es interesante el juego que aparece entre origen y palabra. Jesucristo lo sostiene todo mediante su poderosa Palabra. Lo que va a dar consistencia a todo es la misma Palabra hecha carne.

   Así también se ve la estrecha relación que existe en las relaciones trinitarias. Padre, Hijo y Espíritu Santo se relacionan desde el amor. Es su amor lo que da consistencia al universo y lo que da plenitud al ser humano. El amor circula regenerándolo todo, haciéndolo nuevo todo, fecundando aquello que no tiene vida. Ahora no hace falta que hablen los profetas, sino que tanto amó Dios al mundo que ha enviado a su Hijo para que obtengamos la salvación.

 

  2.- Se nos presenta en el pasaje del evangelio la densidad que debe tener la vida del discipulado. La llamada que Jesús hace para su Proyecto del Reino es concreta, en la que se necesitan las actitudes de autenticidad, ya que hay que enfrentarse a determinadas experiencias a las que no se puede responder con medias tintas. La disponibilidad, la libertad y el ser capaz de estar desprendidos de todo, son la columna vertebral del seguimiento. Todo ello, lleva a seguir profundizando en las pautas necesarias para el seguimiento, como lo son la continua revisión de vida, es decir, cada mañana, se necesita un espíritu de conversión. De reconocimiento de la miseria para trabajarla y de la gracia que se recibe para tener un corazón agradecido.

  Estar despiertos para reconocer el paso de Jesús por tu vida, como la apertura suficiente para saber leer la fragilidad de tu vida a la luz de la voz del amor del que te llama a ponerte en camino. La llamada exige coherencia y fidelidad, sin las cuales, no se llegaría muy lejos por los caminos áridos de la rutina, del desánimo, del conflicto, del ser perseguidos, del abandono. El que grita al interior de tú corazón habla de un mandato, que muestra la exigencia del amor desde la clave de dar la propia vida, por ello, se necesita un convencimiento personal para abrazar libremente ese estado de vida. El arte de pesca del que habla Jesús tiene como telón de fondo la compasión, echar las redes, es un arte un tanto arriesgado si no va impregnado de la mirada de ternura con la que mira Jesús a los discípulos cuando pasa por el mar de Galilea y le pide que se dediquen a sus hermanos los hombres necesitados.

 

  3.- Sin el entusiasmo y la alegría que brotan del encuentro interpersonal con Jesús la misión fracasará. Lo vemos después de la pasión, muerte del Maestro, el desanimó se apoderó de los pescadores, que volvieron a la labor de toda la vida. Fue necesario un proceso de tiempo para acomodar cada cosa en su sitio de lo vivido.  Y otro encuentro. Esta vez, Cristo se presenta vivo, y les ofrece unos peces. Lo reconocen, vuelven a sentir en sus vidas el fuego del encuentro, el amor primero, y, en adelante, ya no habrá obstáculos para anunciar la Buena Noticia del Reino hasta la entrega de la vida en el martirio.

 

San Hilario de Poitiers

 




  Nació en Poitiers, Francia, a principios del siglo IV; Sus padres eran nobles gentiles. Fue bautizado el año 345 y desde entonces vivió santamente. Fue elegido obispo de Poitiers el año 350.

  Gran defensor de la fe en la divinidad de Cristo frente a los arrianos. En su tratado sobre la Trinidad «De Trinitate» defiende la doctrina del Concilio de Nicea y demuestra que las Sagradas Escrituras dan testimonio claro de la divinidad del Hijo. En otros libros interpreta también los sucesos del Antiguo Testamento como prefiguraciones de la venida de Cristo al mundo.

  El punto de partida de la reflexión de Hilario es la fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, recibida en el bautismo. Dios Padre, que es amor, comunica plenamente su divinidad al Hijo. Éste compartió nuestra condición humana, de tal manera que sólo en Cristo, Verbo encarnado, la humanidad encuentra la salvación. Asumiendo la naturaleza humana, Él ha unido a sí a todo hombre. Por eso, el camino hacia Cristo está abierto para todos, aunque por nuestra parte se requiere siempre la conversión personal.

  San Hilario combatió herejías del arriano Auxencio de Milán. Los arrianos lograron que el emperador Constancio, también arriano, desterrase a Hilario a Frigia, provincia romana de Asia, a fines del año 356. Su comentario fue: "Permanezcamos siempre en el destierro con tal que se predique la verdad".  Desde el destierro envió a Occidente su tratado de los Sínodos y en 359 los doce libros Sobre la Trinidad, que se considera su mejor obra.

  Asistió al concilio de Seleucia de Isauria, ciudad del Asia Menor, en la región de Tauro. Allí trató Hilario sobre misterios de la fe. Después pasó a Constantinopla, donde en un escrito presenta al emperador como un anticristo.

  Sus enemigos, convencidos de que Hilario les era más problema en el Oriente, le permitieron regresar a Poitiers. San Jerónimo comenta sobre el gran júbilo con que fue recibido por los católicos. Allí realizó una importante labor de exégesis, escribiendo tratados sobre los grandes misterios de la fe, sobre los salmos y sobre san Mateo. Compuso también himnos y algunos le atribuyeron el "Gloria in excelsis".

  Según san Isidoro de Sevilla, Hilario fue el primero que introdujo los cánticos en las iglesias de Occidente. Años más tarde San Ambrosio introducirá esa costumbre en su catedral de Milán y los herejes lo acusarán ante el gobierno diciendo que por los cantos tan hermosos que entona en su iglesia le quita a ellos sus clientes que se van a donde los católicos porque allá cantan más y mejor.

  San Hilario murió el 13 de enero del año 367.

  Sus reliquias estuvieron en Poitiers hasta el año 1652, en que fueron sacrílegamente quemadas por los hugonotes.

  Se le ha dado el título de Atanasio de Occidente.

  Entre sus ilustres discípulos está San Martín de Tours. San Jerónimo y san Agustín lo llaman gloriosísimo defensor de la fe.

  El Papa Pío IX, a petición de los obispos reunidos en el sínodo de Burdeos, declaró a san Hilario Doctor de la Iglesia por sus enseñanzas sobre la divinidad de Cristo.

 

  Oración

  Señor Jesucristo: Te pedimos que, así como tu amigo San Hilario nosotros empleemos también nuestra vida y nuestras fuerzas en hacerte conocer y amar más y más. Amén.

 

 

 

 

 

 

 


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