21 - DE
ENERO – MARTES –
2ª-
SEMANA DE T.O. – C
Santa Inés
Lectura de la carta a los Hebreos
(6,10-20):
HERMANOS:
Dios no es injusto como para
olvidarse de vuestro trabajo y del amor que le habéis demostrado sirviendo a
los santos ahora igual que antes.
Deseamos que cada uno de vosotros
demuestre el mismo empeño hasta el final, para que se cumpla vuestra esperanza;
y no seáis indolentes, sino imitad a los que, con fe y perseverancia, consiguen
lo prometido.
Cuando Dios hizo la promesa a
Abrahán, no teniendo a nadie mayor por quien jurar, juró por sí mismo,
diciendo:
«Te llenaré de bendiciones y te multiplicaré abundantemente»; y así,
perseverando, alcanzó lo prometido.
Los hombres juran por alguien
mayor, y, con la garantía del juramento, queda zanjada toda discusión.
De la misma manera, queriendo Dios
demostrar a los beneficiarios de la promesa la inmutabilidad de su designio, se
comprometió con juramento, para que, por dos cosas inmutables, en las que es
imposible que Dios mienta, cobremos ánimos y fuerza los que buscamos refugio en
él, aferrándonos a la esperanza que tenemos delante. La cual es para nosotros
como anda del alma, segura y firme, que penetra más allá de la cortina, donde
entró, como precursor, por nosotros, Jesús, Sumo Sacerdote para siempre según
el rito de Melquisedec.
Palabra de Dios
Salmo: 110,1-2.4-5.9.10c
R/. El Señor recuerda siempre su
alianza.
V/. Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía
de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman. R/.
V/. Ha hecho maravillas memorables, el Señor es
piadoso y clemente.
Él da alimento a los que lo temen recordando siempre su alianza. R/.
V/. Envió la redención a su pueblo, ratificó para
siempre su alianza.
Su nombre es sagrado y temible.
La alabanza del Señor dura por
siempre. R/.
Lectura del santo evangelio según
san Marcos (2,23-28):
SUCEDIÓ que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos,
mientras caminaban, iban arrancando espigas.
Los fariseos le preguntan:
«Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que
no está permitido?».
Él les responde:
«¿No habéis leído nunca lo que hizo
David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, cómo entró en la
casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la
proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio
también a quienes estaban con él?».
Y les decía:
«El sábado se hizo para el hombre y
no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del
sábado».
Palabra del Señor
1.-
Nos recuerda el autor de la carta a
los Hebreos, que Dios tiene siempre presente todos los esfuerzos realizados en
favor de los demás, movidos por el amor, que se expresa en el servicio a todos
los seres humanos. Un servicio perseverante que encuentra su fundamento en las
palabras del Señor: El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a
servir y dar la vida en rescate por todos. Y esto en toda circunstancia.
Una palabra de aliento, cuando
pareciera desaparecer del horizonte de nuestra vida la esperanza, somos
urgidos, por el deseo expresado por el autor sagrado, a demostrar el mismo
empeño de los que nos han precedido en la fe. Hacerlo hasta el final con el mismo
empeño de ellos, sin dar margen a la indolencia, imitando a los que, con fe y
perseverancia, consiguen lo prometido. Detrás está siempre el Señor sosteniendo
a los que, de corazón, le siguen.
La mirada del discípulo está puesta
en la promesa inquebrantable por parte del Señor, de estar siempre a nuestro
lado, todos los días, hasta su vuelta. Y esta determinación es inmutable, por
los mismo genera una esperanza firme, “como ancla del alma, segura y firme,
dice el autor de esta carta. Confesando la fe en Jesucristo, que entró más allá
de la cortina del santuario, como precursor, por nosotros, abriéndonos el
camino que nos lleva a Dios, su Padre.
2.- El Señor
recuerda siempre su alianza.
Confesamos nuestro convencimiento
de la fidelidad de Dios a la alianza establecida para siempre, mediante la
sangre de Cristo, cuya amorosa entrega está siempre ante el Padre, al tiempo
que intercede por todos ante él.
El salmista canta su alabanza desde lo más profundo de sí mismo, unido a
todos lo que, con una misma fe y una misma esperanza, reconocen las obras del
Señor y se aplican a su más perfecto y creciente conocimiento, de modo que
abran su existencia a los efectos de la benevolencia de Dios.
No se trata de un mero recuerdo, sino que revelan cómo Dios provee y
alimenta a los que le temen y esperan en él. Esta actitud por parte del
creyente se torna recuerdo vivo para todos los seres humanos, a los cuales les
hace presente las obras de amor realizadas en favor de la humanidad, a la que
Dios ama siempre.
3.- “Mira, ¿por qué hacen en sábado
lo que no está permitido?"
Jesús y el grupo de los discípulos
atraviesan los sembrados, abriéndose camino. Los fariseos acechan siempre y
directamente le dicen a Jesús: Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está
permitido? Cosechar no estaba permitido. Los discípulos no están cosechando,
van arrancado las espigas que impiden el paso. Quitan lo que estorbaba el paso.
Los fariseos no distinguen entre ambas acciones, sino que reducen todo a
“trabajar”.
Una llamada de atención les hace
Jesús, para que recuerden hechos acaecidos en tiempos de David: comieron de los
panes presentados, reservados exclusivamente para los sacerdotes. Con esa
alusión los llama a reflexionar sobre los preceptos y cómo toda la ley está al
servicio del ser humano, no al contrario. Necesitamos entender que todas las
acciones de Dios buscan el bien y perfeccionamiento del ser humano y en ello se
pone de manifiesto la gloria de Dios.
4.- Cuando se habla del envío de su
Hijo al mundo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que
estaban bajo la ley y que viniéramos a ser hijos por adopción, implícitamente
se está indicando la interpretación deformada de la ley, al invertir los
términos. No está el ser humano al servicio de la ley, sino al contrario, la
ley al servicio de todo ser humano.
Pero además conviene destacar la
corrección que hace sobre la interpretación del sábado. “El sábado se hizo para
el hombre y no el hombre para el sábado”. La razón para depurar la
interpretación que se venía haciendo del sábado, era el bien del ser humano. Y
puesto que ella fue dada por medio de Moisés, Jesucristo es más que Moisés.
Ello se desprende de la afirmación hecha en este pasaje: “El Hijo del hombre es
señor también del sábado”. La gracia y la verdad fueron dadas por Jesucristo,
se nos dice en el prólogo del evangelio de San Juan. El señorío sobe el sábado
revela que todo encuentra su sentido en Jesús y por medio de él alcanza su
plena realización.
¿Es Jesucristo norma de nuestra
vida? ¿Cómo se hace presente en la existencia individual y social de cada
persona?
Santa Inés
Memoria de
santa Inés, virgen y mártir, que, siendo aún adolescente, ofreció en Roma el
supremo testimonio de la fe, consagrando con el martirio el título de la
castidad. Obtuvo victoria sobre su edad y sobre el tirano, suscitó una gran
admiración ante el pueblo y adquirió una mayor gloria ante el Señor. Patrona de
los adolescentes.
El 21 de enero se
celebra la Fiesta de Santa Inés, patrona de las jóvenes, las novias, las
prometidas en matrimonio, de la pureza y de los jardineros. En relación a la
Santa surgió la costumbre de los corderos blancos, cuya lana se utiliza para
hacer los palios de los arzobispos.
Su nombre latino
es “Agnes”, asociado a “agnus” que significa cordero. Según la leyenda más
conocida, Santa Inés era una joven hermosa, rica y pretendida por muchos nobles
romanos. No aceptó a ninguno, aduciendo que ya estaba comprometida con Cristo,
y la acusaron de ser cristiana.
Fue llevada a un
prostíbulo, pero unos ángeles y señales celestes la protegieron. Entonces la
pusieron en una hoguera que no la quemó. Finalmente, fue decapitada en el año
304.
Constantina, la
hija de Constantino, le edificó una basílica en la Vía Nomentana y su fiesta se
comenzó a celebrar a mediados del siglo IV.
En el tratado de
San Ambrosio sobre las vírgenes, se lee que por tradición se sabe que Santa
Inés murió a los doce años. Antes de su martirio se mantuvo “inalterable al ser
arrastrada por pesadas y chirriantes cadenas”.
“No tenía aún edad
de ser condenada, pero estaba ya madura para la victoria… Resultó así que fue
capaz de dar fe de las cosas de Dios una niña que era incapaz legalmente de dar
fe de las cosas humanas, porque el Autor de la naturaleza puede hacer que sean superadas
las leyes naturales”, dijo San Ambrosio.
Se dice que el
verdugo hizo lo posible para asustarla y atraerla con halagos porque muchos
desearon casarse con ella, pero Santa Inés respondió: “sería una injuria para
mi Esposo esperar a ver si me gusta otro; él me ha elegido primero, él me
tendrá. ¿A qué esperas, verdugo, para asestar el golpe? Perezca el cuerpo que
puede ser amado con unos ojos a los que no quiero”.
La Santa oró y
doblegó la cerviz ante el verdugo que le temblaba la diestra para dar el golpe,
pero ella permanecía serena. “En una sola víctima tuvo lugar un doble martirio:
el de la castidad y el de la fe. Permaneció virgen y obtuvo la gloria del
martirio”, concluyó San Ambrosio.
A Santa Inés
se le representa como una niña o señorita orando, con diadema en la cabeza y
una especie de estola sobre los hombros, en alusión al palio. Va acompañada de
un cordero a sus pies o en sus brazos y rodeada de una pira, espada, palma y
lirios.
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