jueves, 30 de enero de 2025

Párate un momento: El Evangelio del dia 1 - DE FEBERO – SÁBADO – 3ª- SEMANA DE T.O. – C Santa Brígida de Irlanda

 

 

 


 

1 - DE FEBERO – SÁBADO –

3ª- SEMANA DE T.O. – C

Santa Brígida de Irlanda

 

  Lectura de la carta a los Hebreos (11,1-2.8-19):

 

  HERMANOS:

   La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve.

   Por ella son recordados los antiguos.

  Por la fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba.

  Por fe vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas, y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.

  Por la fe también Sara, siendo estéril, obtuvo “vigor para concebir” cuando ya le había pasado la edad, porque consideró fiel al que se lo prometía.

  Y así, de un hombre, marcado ya por la muerte, nacieron hijos numerosos, como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.

  Con fe murieron todos estos, sin haber recibido las promesas, sino viéndolas y saludándolas de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra.

  Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver. Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo. Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad.

  Por la fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac: ofreció a su hijo único, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: «Isaac continuará tu descendencia». Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para resucitar de entre los muertos, de donde en cierto sentido recobró a Isaac.

 

Palabra de Dios

 

        Salmo: Lc 1,69-70.71-72.73-75

 

  R/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.

 

  V/. Suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. R/.

 

  V/. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza. R/.

 

  V/. Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán, para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. R/.

 

  Lectura del santo evangelio según san Marcos 4,35-40

         Aquel día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:

  "Vamos a la otra orilla'.

         Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas los acompañaban. Se levantó un fuerte huracán y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón.

  Lo despertaron, diciéndole:

  "Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?".

  Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago:   "¡Silencio, cállate!".

  El viento cesó y vino una gran calma.

  Él les dijo:

 "¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?".

  Se quedaron espantados y se decían unos a otros: "Pero ¿quién es este? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!".

 

Palabra del Señor

 

     1.-  Machaconamente, el autor de la carta a los Hebreos nos repite hoy “por la fe, por la fe, por la fe”. Es la enseñanza que quiere mover nuestros corazones a hacer lo mismo, vivir de fe. Que la fe sea el sustento y el apoyo de todas nuestras decisiones, de todos nuestros proyectos, de todas nuestras acciones. Que la fe nos ayude a atravesar todas las noches oscuras que nos puedan sobrevenir. Que la fe sea, en definitiva, la que nos permita aceptar la voluntad de Dios y ponernos en camino con una obediencia confiada en Dios, autor de todas las promesas.

 

     2.- Hoy tendríamos que preguntarnos, ¿qué es lo que esperamos? ¿En dónde está puesta nuestra fe? Todos los ejemplos que cita la carta a los hebreos, nuestros padres en la fe pusieron su mirada en el cielo, por eso fueron capaces de arrostrar todas las dificultades, fueron capaces de salir de su tierra, incluso salir de sí mismos y dirigirse a la tierra que Dios les prometió. Y, ¿por qué lo hicieron? No porque ellos fueran unos súper hombres, todo lo contrario, sino porque Dios es fiel, y en Él ponemos toda nuestra confianza.

 

     3.- Jesús nos ha invitado hoy a pasar a la otra orilla; me gusta pensar que ir a la otra orilla es emprender el camino sinuoso de la fe. Por eso dice Jesús “pasemos”, porque este paso entra en el terreno de lo pascual, de la muerte y la vida, del paso del no creer y estar en la muerte, a creer y recobrar la vida.

   Jesús nos invita y Él se duerme, ¡qué bonito!, ¿nos deja solos en este camino? Eso puede parecer, pero incluso cuando Jesús duerme, como en esta travesía por el lago, incluso entonces, “el guardián de Israel” está cuidando de su pueblo, está sosteniendo nuestra fe, está a la espera de que todos los signos y milagros que hemos visto, toda la enseñanza que hemos escuchado mueva nuestros corazones y los inunde de confianza, de abandono, de disponibilidad hacia la voluntad de Dios. ¿Por qué sois tan cobardes? La pregunta de Jesús resuena en nuestro corazón, porque, es verdad, ¡qué cobardes somos, Señor! ¡Cuánto nos cuesta creer! ¡Qué poca fe tenemos en Ti!

 

   4.- Estamos más preocupados por no morir y seguir sobreviviendo, que por entregar la vida hasta el extremo y recobrarla para la vida eterna. La pregunta de Jesús atraviesa los siglos y llega hasta ti y hasta mí para que despertemos de una vez y comencemos esta travesía hacia la otra orilla, confiados en su promesa, la promesa de una patria mejor, la futura, la del cielo.

  ¿En qué tienes puesta la fe? ¿Dónde se apoya y cimienta tu vida? ¿Qué cosas te impiden creer y abandonarte en Dios? Cuando la cobardía te esclaviza y te impide vivir en la voluntad de Dios, ¿a quién o a qué acudes para salir de esa situación? 

 

Santa Brígida de Irlanda

 


Vida de Santa Brígida de Irlanda

  Patrona de Irlanda junto con San Patricio y Santa Columba.

  Parece una contradicción, pero a pesar de su gran fama que la hace pasar por la santa más conocida de Irlanda y de estar unidos a su figura gran cantidad de elementos festivos y folclóricos se conocen muy pocos hechos históricos sobre su vida.

  Fue Cogitosus que vivió del 620 al 680 su primer biógrafo, pero -lastimosamente- poco escribe acerca de la vida terrena de la santa; su escrito se pierde en descripciones sociales y religiosas en torno al monasterio de Kindale, probablemente mixto y con jurisdicción quasi-episcopal, fundado por Brígida.

  También existen himnos y poemas irlandeses de los siglos VII y VIII que en sí mismos testimonian el culto que se tributaba a la santa irlandesa.

  Un poco más adelante, el obispo de Fiésole, Donatus, a mitad del siglo IX, escribe su vida en verso y este debió ser el vehículo de la rápida difusión de su culto por Europa.

  Pero de esta carencia de datos que impiden el diseño de un perfil hagiográfico completo; la religiosidad popular y el calor de las gentes por su santa ha suplido con creces la grandeza de su vida fiel al Evangelio y entregada a su vocación religiosa.

  Del hecho de pertenecer Brígida a una tribu inferior en su tiempo, concretamente la de Forthairt, la fantasía la hace nacer del fruto de la unión -extraña al matrimonio- de su padre, Duptaco, con una bellísima esclava, con todos los problemas que esto produce en el entorno familiar legítimo, desde el disgusto de la esposa hasta la proposición de su venta. Claro que de esto se sacará la noble lección de que Dios puede tener planes insospechados para los espúreos inculpables que pueden llegar a las cimas más altas de la santidad y dejar tras de sí una estela de bien para la gente.

  Heredada la extrahermosura de su madre, para no ser ocasión de pecado y no ser ya más pedida en matrimonio, pide a Dios que la haga fea. ¿Para qué quiere la hermosura quien sólo piensa en Dios? Ha decidido entrar en religión. Derrama lágrimas abundantes y son escuchados sus ruegos con un reventón del ojo; por este favor da gracias a Dios que luego le devuelve todo su esplendor. La lección está clara: quien posee al Amor desprecia lo que a tantas vuelve locas y vanas para alcanzar un amor.

  También los pobres están presentes en el relato; no podría concebirse santidad sin caridad. Y ahora es la vaca su cómplice; nunca se secaron las ubres, una y otra vez ordeñadas por Brígida, cuando había que remediar a un menesteroso. La vaca ha quedado presente, como emblema, en las representaciones pictóricas de los artistas, junto a la imagen de la santa.

  Y aún hay más; sí, son inagotables los relatos de bondades. Se habla de leprosos curados y de monjas tibias descubiertas; la muda Doria comienza a hablar y termina sus días como religiosa en el convento; frustra asesinatos; da vista a ciegos y... como expresión del estilo de un pueblo ¡convierte el agua de su baño en cerveza para apagar la sed!

  Los himnos, versos, poemas y canciones populares -con sencillez y regocijo- muestran el calor de un pueblo por su santa y dice con sus leyes lo que las de la crítica histórica ni puede ni debe decir.

 

 


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