18 - DE
ENERO – SÁBADO –
1ª-
SEMANA DE T.O. – C
Santa Prisca
Lectura
de la carta a los Hebreos (4,12-16):
HERMANOS:
La palabra de Dios es viva y eficaz, más
tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma
y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón.
Nada se le oculta; todo está patente y
descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.
Así pues, ya que tenemos un sumo sacerdote
grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la
confesión de fe.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse
de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos
en el pecado.
Por eso, comparezcamos confiados ante el
trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un
auxilio oportuno.
Palabra de Dios
Salmo: 18.8.9.10.15
R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida
V/. La ley del Señor es perfecta y es descanso
del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye
a los ignorantes. R/.
V/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el
corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R/.
V/. El temor del Señor es puro y eternamente
estable; los mandamientos del Señor son
verdaderos y enteramente justos. R/.
V/. Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu
presencia el meditar de mi corazón, Señor, Roca
mía, Redentor mío. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Marcos (2,13-17):
EN aquel
tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y
les enseñaba.
Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al
mostrador de los impuestos, y le dice:
«Sígueme».
Se levantó y lo siguió.
Sucedió que, mientras estaba él sentado a la
mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus
discípulos, pues eran muchos los que lo seguían.
Los escribas de los fariseos, al ver que
comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
«¿Por qué come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y les dijo:
«No necesitan médico los sanos, sino los
enfermos. No he ven do a llamar a justos, sino a pecadores».
Palabra del Señor.
1.- En los 80 y 90 del pasado siglo, era
fácil encontrarse en las playas del Levante español, vendedores ambulantes con
sus maletas repletas de todo tipo de artilugios que, repetían sin cesar, como
si del repiqueteo de las olas del mar se tratase el encabezado de esta
reflexión.
En nuestro ahora, ese repiqueteo sigue
sonando a través de las Fake News que como tela de araña tejen sus redes en los
m.c.m., con decálogos mordazas que pretenden adiestrarnos en la sagacidad de
los mentideros, para así ser uno del grupo de los selectos según los cánones al
uso, aunque ello haya supuesto el secuestro del pensamiento y por ello de la
sana opinión. Y, tal vez, seguimos sentados al mostrador de los impuestos, con
eso peso de desesperanza y sin sentido que pulula por doquier bajo una sonrisa
postiza de anuncio de pasta dentífrica.
2.- Pues bien, frente a lo enumerado
anteriormente como tóxico, malsano, decir que hoy se nos
anuncia una Buena Noticia: el alma puede descansar y alegrarse el
corazón, que es lo mismo que afirmar que la vida tiene sentido porque
el sueño de Dios para ti, para cada ser humano, viene a través de la invitación
a acoger un proyecto personal e intransferible. Acogerlo es el primer
paso de un largo camino: en cada aquí y ahora convertir lo potencial en acto.
- ¿Es posible? Preguntará a hurtadillas el
fariseo -que llevamos dentro o quizá el que convive con nosotros en nuestros
ambientes. - ¿Cómo vas a osar subirte al carro de lo contra-cultural-, en
atreverte a disentir de las mayorías, en quedarte más solo que una seta…?
La respuesta es de Perogrullo: Escuchaste una
invitación hecha al corazón: Sígueme. - ¿Cómo resistirse al Maestro, al que
nada se le oculta? ¿Al que tiene palabras perfectas, acabadas?
Se nos invita a levantarnos de nuestras
postraciones, dependencias, prosternaciones. En definitiva: llamados a romper
con la dualidad que nos trae a mal traer y vivir como unidad.
3.- Comenzamos
hoy el Octavario por la Unidad de los Cristianos. Unificándonos
cada cual, unificaremos lo dividido. En sentido inverso, es, cerrar en falso.
Santa Prisca
En Roma,
conmemoración de santa Prisca o Priscila, nombre bajo el cual fue dedicada la
basílica edificada en la colina del Aventino (antes de 499).
En la literatura neotestamentaria
ya aparecen los nombres de Prisca y Priscila. Alguna vez agradece San Pablo la
entereza de alguna de ellas que puso su vida en peligro por defender la del
Apóstol. Con respecto al martirio de Prisca se entremezcla en el relato, como
veremos, la verdad y la ficción, la historia y la fábula.
Ha nacido en Roma
y tiene 13 años. Aún no ha dejado de ser una niña. Es de una familia ilustre.
El juez la ha recibido como cristiana descubierta y al verla tan niña piensa
que es fácil convencerla para que se convierta y apostate. Ante el templo de
Apolo le hace la sugerencia de ofrecer el sacrificio poniendo unos granos de
incienso en el fuego y todo el proceso habrá concluido. “Yo sólo soy de
Jesucristo” sale de sus labios con el suave timbre de voz de doncella y con la
firmeza de un curtido soldado.
En la cárcel la
ponen para que medite y haga el cambio. Corren los tiempos de Claudio.
El juez está ahora
en un apuro; es tan impopular ejecutar a una joven y tan difícil asimilar
perder la partida con quien tiene tan pocos años... Siempre habrá intercesores,
mediadores ante el juez y Prisca que está anclada en su decisión y va in
crescendo su voluntad de ser fiel.
Vienen conocidos
llenos de misericordia, prudentes llenos de compasión, amigos de la paz que
rechazan la violencia; todos ellos intentan bajarla de su propósito; le hablan
de la felicidad que le espera en la vida que sólo está empezando, le proponen
una existencia plagada de deleites, afirman sin rubor su belleza, restan
importancia al asunto del incienso e intentan suavizar la situación. Son los
mediocres de turno, los que se muestran como son por carencia de ideales; todo
es falso en su vida menos lo práctico que les reporta utilidad. Pero todo es
inútil.
Prisca termina su
corta vida con la cabeza cortada fuera de la ciudad. Fue enterrada en Vía Ostia
el 18 de Enero. Sus reliquias se conservan en Roma en la iglesia a la que da
nombre. La menciona en su lista el martirologio de San Gregorio y el
martirologio romano.
¡Qué más dan los
adornos posibles que la leyenda acumula en los siglos sobre los detalles de su
proceso y muerte! Que importa si hubo o no morbo en el forzado proceso de
reducción; si fue una o tres veces la que estuvo en la cárcel; si su carne fue
quemada con grasa derretida; si su cuerpo fue o no rasgado con uñas de acero,
ni si los azotes fueron emplomados o no; si el fuego llegó a quemarla o se
libró de modo milagroso. Ni siquiera interesa el león que se volvió manso en el
anfiteatro y le lamió las manos y los pies. No importa el tormento del hambre,
ni tampoco los huesos descoyuntados. Sólo resalta en la historia la actitud
altamente llamativa, decidida, de enamorada que mantiene hasta la muerte una
muchacha tan madura que pospone el triunfo de su vida a la fidelidad a su
Cristo, a su Dios.
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