24 - DE
ENERO – VIERNES –
2ª-
SEMANA DE T.O. – C
San Francisco de Sales y
Nuestra Señora de la Paz.
Lectura de la carta a los Hebreos (8,6-13):
HERMANOS:
Ahora a nuestro sumo Sacerdote, Cristo, le
ha correspondido un ministerio tanto más excelente cuanto mejor es la alianza
de la que es mediador: una alianza basada en promesas mejores.
Si la primera hubiera sido perfecta, no
habría lugar para una segunda.
Pero les reprocha:
«Mirad que llegan días —oráculo del Señor— en que haré con la casa de Israel y con la casa de
Judá una alianza nueva; no como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos
de Egipto.
Ellos fueron infieles a mi alianza y yo me desentendí de ellos —oráculo del Señor—.
Así será la alianza que haré con la casa de
Israel después de aquellos días —oráculo del
Señor—: pondré mis leyes en su mente y las escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá
que enseñar uno a su prójimo, el otro a su
hermano, diciendo: “Conoce al Señor”, porque todos me conocerán, del menor al
mayor, pues perdonaré sus delitos y no me acordaré ya de sus pecados».
Al decir alianza “nueva”, declaró antigua la
anterior; y lo que envejece y queda anticuado, está para desaparecer.
Palabra de Dios
Salmo: 84,8.10.11-12.13-14
R/. La misericordia y la fidelidad
se encuentran.
V/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
La salvación está cerca de los que lo teman y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad
brota de la tierra y la justicia mira desde el cielo. R/.
V/. El Señor nos dará la lluvia, y nuestra
tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él, la salvación
seguirá sus pasos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos
(3,13-19):
EN aquel
tiempo, Jesús subió al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él.
E instituyó doce para que estuvieran con él
y para enviarlos a predicar, y que tuvieran autoridad para expulsar a los
demonios:
Simón, a quien puso el nombre de Pedro,
Santiago el de Zebedeo, y Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso el
nombre de Boanerges, es decir, los hijos del trueno, Andrés, Felipe, Bartolomé,
Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el de Caná y Judas Iscariote,
el que lo entregó.
Palabra del Señor
1.- El Señor promete a su pueblo una
nueva alianza. “Mirad que llegan días oráculo del Señor en que haré con la Casa
de Israel y con la Casa de Judá una alianza nueva. Así será la alianza que haré
con la Casa de Israel después de aquellos días… pondré mis leyes en su mente y
las escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.
El sacerdocio
nuevo y excepcional de Cristo ha hecho surgir una ley nueva y una alianza
también nueva. La nueva alianza fundamenta las relaciones entre el hombre y
Dios en una base completamente distinta. La base nueva consiste en el nuevo
principio determinante de la alianza, un principio interno transformante del
hombre, el principio de la presencia operante de Dios en el corazón humano que
logra la verdadera comunión con Dios. En el fondo de todo esto está Jesús como
mediador de la alianza ideal, la última, la definitiva
2.- Los evangelios nos presentan siempre a
Jesús actuando con total libertad en todas sus actuaciones. También a la hora
de elegir a los doce que iban a continuar su obra y predicación después de su
muerte y resurrección.
Podemos afirmar que Dios hace una elección
común a todos los hombres. La elección a ser sus hijos. Dios es el Padre de
todos los hombres. Ningún hombre es superior a otro hombre en su condición de
ser humano e hijo de Dios. Pero desde esa común elección cada hombre tiene,
tenemos, distintos ministerios a la hora de seguir a Jesús. Jesús elige, como
acabamos de indicar, a “doce de sus compañeros para enviarlos a predicar, con
poder de expulsar demonios”. Y también nos ha elegido a cada uno de nosotros para
seguirle desde el ministerio que nos ha asignado.
San Francisco de Sales
Es el patrono
de los periodistas. Fue un escritor nacido en el año 1567 en Saboya que buscaba
la transmisión de la verdad evangélica. Durante su infancia su madre le narraba
el Catecismo y a los 14 años ingresó en la Universidad de París. Destacó en
retórica y filosofía, se entregó al estudio de Teología y se consagró a Dios. A
los 24 años obtuvo el Doctorado en Leyes y en 1593 fue ordenado sacerdote.
Predicó por muchas ciudades y participó en la reconquista del Chablais. En esta
ardua tarea comenzó su carrera de escritor elaborando una serie de panfletos de
la Doctrina de la Iglesia. Gracias a su labor el número de conversiones aumentó
y restableció la fe Católica en la provincia. Ocupó el cargo de Obispo de
Ginebra durante 21 años y murió en 1622. Su última palabra fue el nombre de
Jesús.
Nuestra Señora de la Paz.
El origen de
esta advocación mariana se halla en el siglo XI, y el lugar en que fue
proclamada, Toledo, España. Luego de la reconquista de la ciudad por los
cristianos, luego de la combinación mora, aunque estos habían perdido la
ciudad, querían conservar la otra basílica cristiana como mezquita. Lo lograron
del rey Alfonso VI, que firmó un tratado mediante el cual se las concedía para
este uso. Pero los cristianos vieron esto como una barbaridad y se propusieron
recuperarla para el culto cristiano, como había sido anteriormente. Y así fue:
se lanzaron a conquistar la catedral. Los moros defendieron su plaza, pensando
que el rey los había traicionado. En medio de la batalla, la reina y el
arzobispo aclararon que había sido un ataque contrario a los deseos del rey,
ante el cual, establecida una tregua, denunciaron el hecho. Este decidió
castigar a los cristianos, empezando por la reina Constanza y el arzobispo Don
Rodrigo (al parecer alentaron la sublevación). Una comitiva salió a su
encuentro pidiendo su perdón, al que accedió el rey, aunque confirmando su
anterior entrega de la basílica a los moros.
Pero entonces,
el 23 de enero de 1085, los moros, inesperadamente, en un acto inteligente,
decidieron entregarla pacíficamente. Este hecho fue celebrado con gran regocijo
y funciones religiosas solemnes, dentro de las cuales estuvo la proclamación de
María, la Madre de Dios, como Nuestra Señora de la Paz. Este título se hizo más
conocido y celebrado (pasó incluso a América) por el hecho de la Descensión de
María e imposición de la casulla a San Ildefonso (23 de enero). Dice la leyenda
que, yendo San Ildefonso a celebrar los maitines, la Virgen María apareció,
sentada en la cátedra del obispo, con una casulla en las manos, la cual impuso
al santo como recompensa de todos sus esfuerzos en predicar las excelencias y
privilegios de la misma Virgen María, en especial el hecho de la Virginidad
Perpetua, dogma de fe. Hay que decir que el hecho era tan conocido de todos que
durante el período que los moros se apoderaron de la basílica, este sitio fue
perfectamente conservado y respetado por ellos, por ser un lugar sagrado, ya
que María había estado allí. Aún podemos venerar la piedra en la cual estuvo la
Santísima Virgen. Aunque este milagro a San Ildefonso había sido el 18 de
diciembre del año 645, la celebración para España es el 24 de enero, día
posterior del santo y memoria de la “reconquista” de la catedral, uniendo ambos
hechos.
La advocación
“de la Paz”, pasó a América, casi siempre unida al 24 de enero, pero hay otras,
como la patrona de El Salvador, bella talla hallada en 1682, el 21 de
noviembre, día de su festividad allí. Una advocación más moderna ignora el
hecho de Toledo, presentándose como nueva, cuando hay un título mucho más
antiguo. Iconográficamente las representaciones son bastante diferentes:
algunas visten de blanco, azul o rojo; unas llevan niño Jesús y otras no. Un
elemento bastante común suelen ser las palomas y las ramas de olivo, ambos
símbolos de la paz.
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