domingo, 15 de noviembre de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 16 de Noviembre – LUNES – XXXIIIª – Semana del Tiempo Ordinario -Santas Margarita de Escocia y Gertrudis-





16 de Noviembre – LUNES –
XXXIIIª – Semana del Tiempo Ordinario
-Santas Margarita de Escocia y Gertrudis-

Evangelio: Lc 18,35-43

   En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: “Pasa Jesús Nazareno”.
  Entonces gritó: “Jesús, hijo de David, ten compasión de mí”.  Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte:“Hijo de David, ten compasión de mí”. Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: “¿ Qué quieres que haga por
ti?”. Él dijo: “Señor, que vea otra vez”. Jesús le contestó: ‘Recobra la vista, tu fe te ha curado”. Enseguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo al ver esto, alababa a Dios”.

1. Jesús se acerca ya a Jerusalén. Y antes de llegar, en Jericó, le devuelve la vista a un ciego. Esta curación se relata también en los otros sinópticos (Mc 10, 46-52; Mt 9, 27-31 y 20, 29-34). Estamos ante un hecho que interesó vivamente a la Iglesia primitiva. Sin duda porque indica que Jesús
hizo todo su camino, hacia el conflicto y la muerte, aliviando sufrimientos, dando luz y vida a quienes van por la vida sin posibilidad de ver la realidad que les rodea.

2. Además el relato termina diciendo que el mendigo que recobró la vista y “todo el pueblo”, al ver lo que Jesús había hecho, glorificaba y alababa a Dios. Como es bien sabido, la glorificación y la alabanza a Dios son dos experiencias y dos manifestaciones fundamentales de la religiosidad en casi todas las tradiciones religiosas de la humanidad. Pero lo notable, en este caso, es que la gloria y la alabanza no se expresan en el culto sagrado del templo, sino cuando la gente ve la alegría de quien se siente liberado de sus limitaciones y sufrimientos.

3. ¿No tendríamos que pensar la religión de otra manera y practicarla de forma distinta? Cada día que pasa, la gente es más insensible al culto sagrado y a las ceremonias rituales de los templos. Y esto ocurre de forma que, a medida que decrece el interés por lo sagrado, en esa misma
medida se acentúa y aumenta el interés por lo humano. Pues bien, si algo nos dejó claro Jesús, es que Él vio que la gente (la de entonces y la de ahora) alaba a Dios en experiencias que representan el desplazamiento de lo sagrado a lo humano.

                                
SANTA MARGARITA
Reina de Escocia
(1046-1093) 
Patrona de Escocia
Margarita era hija del rey San Eduardo. Luego de caer Inglaterra en poder de Guillermo el Conquistador, Margarita y sus hermanos se refugiaron en Escocia, donde era rey Malcon III, quien al reparar en las cualidades de la joven, se casó con ella, convirtiéndose en Reina de Escocia. Durante su reinado, se dedicó ardorosamente a las labores caritativas, especialmente con los más necesitados y pobres.
Tuvo seis hijos y dos hijas. Su esposo Malcon III era cruel y rudo, pero la amabilidad de Margarita lo fue volviendo amable y caritativo, tanto que él mismo le ayudaba a servir a los pobres que llegaban a pedir alimentos. De los hijos de Margarita, dos llegaron a ser santos y tres fueron reyes, y del esposo de una hija de ella, Enrique I, proviene la actual familia real de Inglaterra.
Hizo numerosas donaciones que permitieron la construcción de conventos y templos, y organizó una asociación de señoras para dedicarse con ellas a tejer y bordar ornamentos para las parroquias. A sus hijos los educó muy cuidadosamente en la religión católica y se esmeró porque aprendieran muy bien el catecismo y la doctrina cristiana. En su casa y entre la gente del pueblo hacía leer las vidas de santos, y puso bastante esmero y énfasis en conseguir sacerdotes fervorosos y preparados para las parroquias.
Santa Margarita falleció el 16 de noviembre del año 1093. Es recordada sobre todo por su admirable generosidad para con los pobres y afligidos.


Santa Gertrudis la Grande
(+1301)
Fiesta 16 de Noviembre
Religiosa de clausura, virgen, vidente del Sagrado Corazón,
Santa Gertrudis la Grande (1256-1301(2)). Religiosa benedictina alemana, de gran cultura filosófica y literaria, que destacó por su don de contemplación. Una de los primeros apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús.
Del su libro de las Insinuaciones de la divina piedad: Tuviste sobre mí designios de paz y no de aflicción
Nació el 6 de enero de 1256 en Eisleben (Turingia). A los cinco años de edad, fue enviada a estudiar al monasterio benedictino de Helfta donde su maestra, Santa Matilde, era su hermana de sangre y abadesa. Las dos santas eran muy unidas en el amor al Señor. Gertrudis era muy atractiva e inteligente.  Con el tiempo tomó el hábito en el mismo convento. Era amiga de Santa Mechtilde of Hackeborn +1298, quien era de la misma comunidad y también tenía una especial devoción al Corazón de Jesús.
Aun antes que Nuestro Señor se apareciera a Santa Margarita María, Santa Gertrudis la Grande tuvo una experiencia mística del Sagrado Corazón de Jesús.
Santa Gertrudis se adelantó a su tiempo en ciertos puntos, como la comunión frecuente, la devoción a San José y la devoción al Sagrado Corazón. Con frecuencia hablaba del Sagrado Corazón con Santa Matilde y se cuenta que en dos visiones diferentes reclino la cabeza sobre el pecho del Señor y oyó los latidos de su corazón.
Murió el 17 de Noviembre del 1301
Se discute si Santa Gertrudis fue benedictina o cisterciense ya que ambas órdenes reclaman la pertenencia de su convento en aquella época y ambas veneran a Santa Gertrudis.



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