viernes, 22 de enero de 2016

Párate un momento: Evangelio del día 23 de enero – sábado- San INDELFONSO, obispo




23 de enero – sábado-
San INDELFONSO, obispo
2ª Semana del Tiempo Ordinario

EVANGELIO
Su familia decía que estaba fuera de sí

Lectura del santo evangelio según san Marcos 3, 20-21

En aquel tiempo, Jesús llega a casa con sus discípulos y de nuevo se junta tanta gente que no los dejaban ni comer.
      Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.

1.- Lo más fuerte y duro, que aquí queda patente, es que los parientes de Jesús pensaban de él que estaba loco. Por otra parte, en Juan, le dicen a Jesús: “Tienes un demonio dentro y estás loco”. Como algo semejante les dijeron a los primeros cristianos (Hch 26,24-25; 2Cor 5,13..).

2.- ¿Estaba Jesús realmente loco? ¿Qué motivo podían tener los que le conocían de cerca para pensar, de Jesús, semejante cosa? Loco está (o se piensa que está) el que, en su conducta y en sus formas de comportamiento, no se adapta ni se ajusta a lo que, en una sociedad y en una cultura determinada, se tiene y se considera como “normal”. El que hace eso es el “anormal”. Y, por tanto, el que da pie a que se piense y se diga de él que está loco. Ahora bien, ¿qué significa esto en el caso concreto de Jesús?

3.- Para responder a esta cuestión, hay que afrontar una pregunta: ¿No ocurrirá, más bien, que el que está loco de remate es el mundo en que vivimos y el modelo de civilización y de sociedad que hemos organizado? En pocas palabras, este mundo se ha ido “desarrollando” de manera que, según el último informe de Intermón-Oxfam, los 85 individuos más ricos del mundo tienen el mismo dinero que la mitad más pobre del planeta. Y conste que el acaparamiento de los ricos y el despojo de los pobres crecen cada semana. De ahí que cerca de la mitad de la riqueza mundial ya está en manos del uno por ciento de la población, que acumula 110 billones de dólares (81 billones de euros). No es de extrañar que ahora mismo haya más de mil millones de seres humanos abocados a una muerte rápida e inevitable. ¿No es de locos un mundo que funciona así? Así las cosas, Jesús se puso de parte de los pobres y unió su suerte al destino de los subversivos. ¿quién estaba loco? ¿Jesús? ¿Quiénes vemos como “normal” este estado de cosas? El evangelio es inquietante. Pero es lo que nos puede salvar.

San INDELFONSO, obispo



Nació en Toledo el año 606 o el 607, hijo de

Esteban y Lucía, nobles visigodos, parientes del Rey Atanagildo; educado desde niño al lado de su tío san Eugenio III, pasó, ya entrado en la pubertad, a Sevilla, confiado a san Isidoro, en cuya Escuela cursó, con gran aprovechamiento, la Filosofía y las Humanidades, llegando a tanto el amor que su maestro le profesaba, que cuando quiso volver a Toledo, aquél se lo impidió por algún tiempo, llegando hasta encerrarle para obligarle a desistir.
      Llegó por fin a Toledo, y la fama que entonces tenía el monasterio Agaliense le arrastró a aquel retiro, impulsado además por su fuerte vocación. Sabedor su padre de esta resolución, reúne algunos amigos e invade en su compañía el convento, teniendo san Ildefonso que ocultarse para escapar a una violencia. La intercesión de su madre y de san Eugenio hicieron por fin al padre consentir, y san Ildefonso, monje, pudo dedicarse a la oración y al estudio, recibiendo las sagradas ordenanzas mayores de manos de san Eladio, y san Eugenio le nombró después arcediano de su iglesia.
      Los monjes del monasterio de san Cosme y san Damián le nombraron su abad, dignidad que también obtuvo a la muerte de Deusdedit en el monasterio donde había profesado, haciéndose admirar por el celo que desplegó en la reforma de su Orden, por su fe y su inagotable caridad. Muertos sus padres fundó con su pingüe herencia un convento de monjas en cierto heredamiento que le pertenecía en el pago llamado Deibia o Deisla, no conociéndose hoy en qué parte del término de Toledo estaba situado.
A la muerte de su tío, san Eugenio III, fue nombrado Arzobispo de Toledo, cuya silla ocupó el 1 de diciembre del año 659, no sin haberla con insistencia rehusado. Compuso, apenas elevado a la nueva dignidad, un libro que tituló "De virginitate perpetua Sanctae Mariae adversus tres infidelis", para combatir los errores de la secta joviniana. La tradición asegura que la Virgen María se le apareció y le impuso una casulla.
     Su cuerpo fue sepultado en la iglesia de Santa Leocadia, por haber nacido en santo en unas casas pertenecientes a aquella colación, no lejos de la parroquia de san Román, en lo que fue luego casa de los jesuitas. Cuando la invasión de los árabes, los toledanos, que con las reliquias de sus santos y los sagrados vasos huyeron hacia las montañas de Asturias trasladaron el cuerpo del santo a Zamora.
      Dejó escritos, además del tratado "De virginitate", antes mencionado, otro con el título "De cognitione baptismi, De itinere vel progresso espirituali diserti quo pergitur post baptismum", la continuación de libro de los "Ilustres varones", de san Isidoro, y dos cartas, respuestas a otras que le dirigió Quirico, Obispo de Barcelona.

http://www.aciprensa.com/santos/images/SanIldefonso.jpgNacido en el 607, durante el reinado de Witerico en Toledo, de estirpe germánica, era miembro de una de las distintas familias regias visigodas. Según una tradición que recoge Nicolás Antonio (Bibliotheca Hispana Vetus, PL 96,11), fue sobrino del obispo de Toledo San Eugenio III, quien comenzó su educación. Por el estilo de sus escritos y por los juicios emitidos en su De viris illustribus sobre los personajes que menciona, se deduce que recibió una brillante formación literaria. Según su propio testimonio fue ordenado de diácono (ca. 632-633) por Eladio, obispo de Toledo (De vir. ill. 7: PL 96,202). En un pasaje interpolado del Elogium, se dice que siendo aún muy niño, ingresó en el monasterio Agaliense, en los arrabales de Toledo, contra la voluntad de sus padres.

Más adelanté se afirma que «se deleitaba con la vida de los monjes», frase que debe interpretarse siguiendo a Flórez (V,276) en el sentido de que desde niño se inclinó al estado religioso. Ildefonso estuvo muy vinculado a este monasterio, como él mismo recuerda al hablar de Eladio, y como se deduce del De vir. ill. con el que pretende exaltar la sede toledana y quizá mostrar el papel privilegiado que correspondía al monasterio Agaliense. Estando ya en el monasterio, funda un convento de religiosas dotándolo con los bienes que hereda, y en fecha desconocida (650?), es elegido abad. Firma entre los abades en los Concilios VIII y IX de Toledo, no encontrándose su firma, en cambio, en el X (656). Muerto el obispo Eugenio III es elegido obispo de Toledo el a. 657, y según el Elogium obligado a ocupar su sede por el rey Recesvinto. En la correspondencia mantenida con Quirico, obispo de Barcelona, se lamenta de las dificultades de su época. A ellas atribuye el Elogium que dejase incompletos algunos escritos.

Muere el 667, siendo sepultado en la iglesia de Santa Leocadia de Toledo, y posteriormente trasladado a Zamora. Su fiesta se celebra el 23 de enero.


Es patrón de la ciudad Zamora, en cuya Iglesia Arciprestal de San Pedro y San Ildefonso, reposan sus restos; de Toledo y de Herreruela de Oropesa, en la misma provincia, donde sus fiestas se celebran cada año con bastante fervor. También es el santo patrón de la ciudad de Mairena del Aljarafe en la provincia de Sevilla. La Orden de Caballeros Cubicularios se encarga de la custodia de sus reliquias en la citada iglesia zamorana.

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