martes, 26 de enero de 2016

Párate un momento: evangelio del día 27 DE ENERO – MIÉRCOLES – Santa Ángela de Mérici




27 DE ENERO – MIÉRCOLES –
Santa Ángela de Mérici
3ª Semana del Tiempo Ordinario

Mc 4, 1-20

En aquel tiempo Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca; se sentó y el gentío se quedó en la orilla. Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: “Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida, pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron y lo ahogaron y no dio grano. El resto cayó en tierra buena nació, creció y dio grano; la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno”. Y añadió: “El que tenga oídos para oír que oiga”. Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas. Él les dijo: “A vosotros se os han comunicado los secretos del Reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta e
parábolas para que por más que miren, no vean, por más que oigan y no entiendan no sea que se conviertan y los perdonen”. Y añadió: “¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso y al escucharla la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; estos son los que escuchan la Palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas deseo de lo demás los invaden, ahogan la Palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la Palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno”.

1.   En tiempos de crisis económica, recortes, carencias y escasez, resulta de enorme interés la lectura sosegada de esta parábola. Una parábola en la que, a juicio de Jesús, la abundancia se presenta asociada al reinado de Dios. Al tiempo que la baja
productividad se relaciona con la ausencia de ese reinado. El hecho de la abundancia y sus causas se menciona en la Biblia (Jer 31, 12; Os 2, 21-22; Joel 2,22; Zac 8,). Igual que la escasez se relaciona con el juicio negativo de Dios (Gen 3, 17-18 Jen13; Joel 1, 12) (J. MarCus cf. D. Stern M. Sternberg).

2.   Es importante caer en la cuenta de que, al explicar la parábola, el texto de Marcos relaciona la escasez con “los inconstantes que no soportan la dificultad (v. 17), los que oyen el mensaje, pero las preocupaciones de este mundo, la seducción de la riqueza y los deseos de todo lo demás” (v. 19). La crisis se explica por las conductas humanas que avergüenzan.

3.   La raíz actual de la crisis económica está en que el poder capitalista neo-liberal nos engaña. Nos hace pensar que somos libres, cuando en realidad somos más dependientes de lo que pensamos. Estamos atrapados por la “seducción”. Es la ruina.

Santa Ángela de Mérici

Es la fundadora de las Hermanas Ursulinas. Su
nombre significa "Mensaje de Dios".
Nació en Italia en 1474 y tiene el mérito de haber fundado la primera comunidad religiosa femenina para educar niñas.
Se crió en una familia campesina muy creyente, donde cada noche leían la vida de un Santo, y esto la enfervorizaba mucho y la entusiasmaba por la religión.
Quedó huérfana de padre y madre cuando aún era muy niña y esto la impresionó muchísimo. Después durante toda su vida le pediría perdón a Dios por no haber confiado lo suficientemente en su juventud en la Providencia Divina que a nadie abandona.
Su infancia es muy sufrida y tiene que trabajar duramente, pero esto la hace fuerte y la vuelve comprensiva con las niñas pobres que necesitan ayuda para poderse instruir debidamente.
Se hace Terciaria Franciscana y sin haber hecho sino estudios de primaria, llega a ser Consejera de gobernadores, obispos, doctores y sacerdotes. Es que había recibido del Espíritu Santo el Don del Consejo, que consiste en saber lo que más conviene hacer y evitar en cada ocasión.
Viendo que las niñas no tenían quién las educara y las librara de peligros mortales, y que las teorías nuevas llevaban a la gente a querer organizar la vida como si Dios no existiera, fundó la Comunidad de Hermanas Ursulinas (en honor a Santa Úrsula, la santa mártir del siglo IV, que dirigía el grupo de muchachas llamadas "Las once mil vírgenes, que murieron por defender su religión y su castidad).
Lo que más le impresionaba era que las niñas de los campos y pueblos que visitaba no sabían nada o casi nada de religión. Sus papás o no sabían o no querían enseñarles catecismo. Por eso ella organizó a sus amigas en una asociación dedicada a enseñar catecismo en cada barrio y en cada vereda.
Ángela era de baja estatura, pero tenía todas las cualidades de líder y de guía para influir en los demás. Y además tenía mucha simpatía y agradabilidad en su trato.
En Brescia fundó una escuela y de allí se extendió su Comunidad de Ursulinas por muchas partes. Un grupo de 28 muchachas muy piadosas se vino a vivir en casa de Ángela y con ellas fundó la Comunidad. En una visión contempló un enorme grupo de jóvenes vestidas de blanco que volaban hacia el cielo, y una voz le dijo: "Estas son tus religiosas educadoras".
La gente consideraba a Santa Úrsula como una gran líder o guía de mujeres. Por eso Ángela puso a sus religiosas el nombre de Ursulinas.
La Comunidad de Ursulinas fue fundada en 1535, y cinco años después murió su fundadora, Santa Ángela, el 27 de enero de 1540. Fue canonizada en 1807.
Un hombre le preguntó un día en plena calle: ¿Qué consejo me recomienda para comportarme debidamente? Y ella le respondió: "Compórtese cada día como deseara haberse comportado cuando le llegue la hora de morirse y de darle cuenta a Dios".
Sus últimas palabras fueron: "Dios mío, yo te amo".
Que estas sean también las palabras que nosotros digamos no sólo al tiempo de morir, sino muchísimas veces durante toda nuestra vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario