jueves, 13 de octubre de 2016

Párate un momento: El Evangelio del dia 14 DE OCTUBRE - VIERNES 28ª . SEMANA DEL T. O.-C San Calixto I , papa y mártir




14 DE OCTUBRE - VIERNES
28ª . SEMANA DEL T. O.-C
San Calixto I , papa y mártir

Evangelio según san Lucas 12, 1-7
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros.
Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos:
“Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con la hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis de noche, se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano, se pregonará desde la azotea.
A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a decir a quien tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar en el fuego. A ese tenéis que temer, os lo digo yo.
¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios.
Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones”.

1.   El tema central de la denuncia, que hace aquí Jesús, es la hipocresía de los fariseos, que Jesús ve como la fuerza (el “fermento”) determinante de la perversión de aquellos hombres.
La “hipocresía” (“hypokrisis) pertenece, en su origen, al lenguaje teatral. La “representación teatral” vino a significar luego —en sentido negativo— “hipocresía”. Pero, en el N. T., enlaza (en la traducción de los LXX) con el término hebreo “hánéf” (Job 34, 30; 36, 13), que se refiere a una persona que no permite que su conducta esté determinada por Dios y que, por tanto, es un impío.
De ahí que “hypokrisis” puede traducirse por “impiedad” (H. Giesen; H. Frankemólle).

2.   La denuncia de Jesús, en este caso, es tremenda. A los hombres, que aparecían
ante la opinión pública como los más piadosos, las personas más cercanas a Dios, Jesús les dice que su vida es pura “teatralidad”, que no tiene ningún valor ante ese Dios del que ellos aseguran que lo buscan siempre. Son, por tanto, unos indeseables, que viven engañados y engañando. Eso es lo que saben hacer: ir por la vida como unos auténticos comediantes. Quizá sin darse cuenta, ni tomar conciencia, de
que semejante papel es el que desempeñan en este mundo.

3.   Por eso Jesús añade: “Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse” (Lc 12, 2).
En el evangelio de Lucas, esta sentencia invita a los discípulos, ante miles de gentes, a no actuar como los fariseos, cuya hipocresía quedará desenmascarada (F. Bovon).
La claridad, la transparencia, la ausencia de cualquier forma de ocultamiento, todo eso es lo propio del Evangelio.
Cuando una persona (o una institución) tiene que andar ocultando muchas cosas,
eso es el indicador más elocuente de que esa persona o esa institución están muy lejos de Jesús y su proyecto.
Si pensamos despacio en los discursos de Jesús, tal como los presentan los relatos evangélicos,
-¿no producen la impresión de que Jesús
fue un hombre imprudente y que, precisamente por eso, se metió en problemas y
se buscó complicaciones sin necesidad?
 No. Para Jesús, esta transparencia es constitutiva del Evangelio. Donde no hay transparencia, no hay Evangelio.

San Calixto I , papa y mártir


Nació en Roma en uno de los barrios pobres. Fue esclavo y como tal, pasó una dura juventud y mocedad. Recorrió varios lugares donde llevó una vida muy dura. Una vez puesto en libertad se retiró cerca de Roma a una especie de desierto y allí pasó unos diez años entregado al estudio y a la meditación.
Maduró Calixto durante aquellos años y su nombre empezó a sonar entre los ambientes cristianos. Llegó hasta los oídos del Papa San Ceferino, quien le llamó a su presencia Quedó prendado de aquellas cualidades que aparecían visiblemente en aquel hombre maduro y conocedor profundo de la fe cristiana.
Reconociendo estas cualidades y su gran ingenio, le encomendó la ampliación y construcción en la Vía Appia del Cementerio o Catacumbas que después y para siempre llevarían su nombre.
Los cristianos de su tiempo reconocieron las ilustres cualidades que adornaban al diácono Calixto y no sólo en cuestiones financieras o de construcción de catacumbas, sino en el terreno de la ciencia, de prudencia, de piedad y de dotes de gobierno. Por ello al morir el Papa Ceferino pusieron los ojos en Calixto y lo eligieron para sucederle como Obispo de Roma y Sumo Pontífice.
Algunas herejías empezaban a pulular por aquel entonces y contra ellas luchó con valentía el nuevo Papa. Las dos principales eran éstas:
El "SABELIANISMO" que casi no ponía distinción entre las Personas de la Santísima Trinidad, con confusiones que rayaban en la herejía y los "MONTANISTAS" que eran los que defendían un rigorismo exagerado de costumbres y, sobre todo, con los que habían sido algo débiles durante las persecuciones y ahora querían volver, arrepentidos, a la Iglesia Católica. San Calixto siempre quiso ser más padre que juez. Más defensor que condenador. Esto le atrajo muchos insultos y contradicciones, pero siempre los soportó con gran entereza y gran caridad.

San Calixto estaba convencido de una verdad sobre todo: la bondad de Dios y su gran misericordia para con los pecadores arrepentidos. Tertuliano y sus secuaces se levantaron contra el Papa y le hicieron sufrir muchísimo, hasta que fue coronada su preciosa vida con la palma del martirio, que recibió probablemente el año 222.

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