29 DE OCTUBRE - SÁBADO
30ª - SEMANA DEL T.O.-C
San Narciso de Jerusalén
Evangelio según san Lucas14, 7-11
En
aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos
para comer, y ellos le estaban espiando.
Notando que los convidados escogían los primeros
puestos, les propuso este ejemplo:
"Cuando te conviden a una boda, no te
sientes en el puesto
principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría
que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro, y te dirá:
"Cédele el puesto a este".
Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés,
cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga
el que te convidó, te diga:
"Amigo, sube más
arriba".
Entonces
quedarás muy bien ante todos los comensales.
Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se
humilla será enaltecido”.
1. Como ya se ha
dicho, repetidas veces, el banquete ("simposio") era, en las culturas
mediterráneas de la Antigüedad, el acto social más significativo y elocuente a
la hora de fijar el puesto que cada cual ocupaba en la sociedad, la importancia
que tenía una persona o su capacidad de influencia en los asuntos públicos.
Esto es lo que explica, en gran medida, la significación y la importancia que
representa este relato.
Por tanto, los que
se reclinaban (en divanes) en un banquete estaban indicando su status social en
general. Así consta en el Banquete de Platón, en el de Luciano o en las
discusiones de Plutarco sobre los diferentes modos en que griegos y
romanos manifestaban la posición que
cada cual desempeñaba en la sociedad (Dennis E. Smith).
2. Estas costumbres
y hábitos de convivencia social fueron también determinantes en la sociedad de
Israel, en tiempos de Jesús. Por eso, en lo que se refiere a este evangelio, lo
que tenemos delante no es simplemente un problema de soberbia o humildad. Se trata, sobre todo, de
que los criterios de Jesús sobre la importancia social y el papel que cada cual desempeña en
una sociedad determinada, eran criterios opuestos a los que tenían las clases
sociales más altas entre los judíos.
3. Pues bien,
estando así las cosas, se comprende que
este relato trasciende la
ascética, la espiritualidad, la religiosidad y, en
general, los problemas y los temas que se suelen tratar en un retiro espiritual
o en una casa de espiritualidad.
Lo que Jesús
afirma, cuando habla de irse al último puesto en la mesa, lo que en realidad
estaba diciendo es que quienes están abajo, en la
escala social, son los más influyentes y determinantes, para bien o para mal,
en una sociedad determinada.
Jesús opta por los
últimos. Porque ve claramente que es desde ellos de donde se producen las transformaciones
sociales que más condicionan la prosperidad o la desgracia de un pueblo o de un
país entero. Y lo más importante de todo está en comprender aquí
la felicidad o la desgracia de un pueblo es un tema
central en el mensaje de Jesús. Porque es así, y mediante eso, como los humanos
tenemos que buscar y encontrar, Dios y el futuro de nuestra esperanza en toda
su plenitud y todas sus dimensiones
San Narciso de Jerusalén
San Narciso Jerusalén obispo abogado contra habladurias
Obispo
de Jerusalén. Presidió un consejo en donde se decidió que la fiesta de
celebración de la Pascua debía ser siempre en Domingo
San Narciso de Jerusalén. Patrono contra
las habladurías
Fiesta: 29 de octubre
Martirologio
romano: Conmemoración de San Narciso, obispo de Jerusalén, con una santidad
ejemplar, paciencia y fe de que, en total acuerdo con el Papa San Víctor en la
fecha de la celebración de la Pascua, dijo que el misterio de la Resurrección
del Señor sólo podía celebrarse el día Domingo y en la madurez de su vida, a
los ciento dieciséis años, pasó felizmente a la Gloria del Señor.
Biografía
San
Narciso desde su juventud se dedicó con gran cuidado al estudio de las
disciplinas religiosas y humanas. Él luego, decidió ingresar a la vida
eclesiástica, y en él se vieron todas las virtudes sacerdotales en su
perfección; fue llamado el santo sacerdocio.
Estuvo
rodeado de gran estima en su pueblo, pero fue consagrado obispo de Jerusalén
alrededor del año 180, cuando ya era un octogenario.
Gobernó
la Iglesia con un vigor que era como el de un hombre joven, y su vida austera y
penitente estuvo totalmente dedicada al bienestar de la iglesia.
En el año
195, con Teófilo de Cesarea, presidió un consejo sobre la fecha de la
celebración de la Pascua; se decidió entonces que esta gran fiesta siempre se
debería celebrar el día domingo y no en el día de la antigua Pascua.
Los
milagros en su vida
Dios
le hizo testigo de sus méritos con muchos milagros, los cuales, los cristianos
de Jerusalén, celebraron en su memoria por largo tiempo.
Un sábado
Santo los fieles fueron puestos en apuro, porque no se podía encontrar aceite
para las lámparas de la iglesia que iban a ser utilizados en la vigilia
pascual. San Narciso ordenó que extrajeran agua de un buen vecino y después de
que él la bendijera, la pusieran en las lámparas. Inmediatamente el agua se
transformó en aceite. Mucho tiempo después, algunos de estos aceites aún se
conservan en Jerusalén en memoria de este milagro.
El
momento de la prueba
La
virtud de este Santo, con el tiempo le trajo enemigos. Tres hombres miserables,
afanados por el poder, lo acusaron de un crimen atroz. Alimentaron su falso
testimonio con imprecaciones terribles. Los tres de ellos juraron ante Dios que
lo que decían era cierto y cada uno se impuso un castigo si las acusaciones
contra el obispo eran encontrada falsas. El primero rogó a Dios que lo dejase
morir por el fuego, el segundo juró que se muriera infestado por la lepra y el
tercero dijo que quedase ciego. El santo obispo, quien desde hacía tiempo había
deseado una vida de soledad, tomó esta prueba con humildad y decidió que lo
mejor era retirarse al desierto y dejar a la Iglesia en paz.
Poco
tiempo después, Dios intervino en nombre de Su amado siervo, cuando los tres
acusadores del obispo sufrieron las penalidades que ellos mismos habían
invocado.
Desde ese entonces, Narciso no
pudo resistir las peticiones de su pueblo; quienes lo llamaban con gran
vehemencia para que regresara a Jerusalén y volviera a tomar las riendas de la
Iglesia. Y así lo hizo por muchos años, hasta que, ya entrado en años, murió en
la vejez extrema
Oración
Dios,
Tú hizo San Narciso un ejemplo sobresaliente de amor divino y la fe que vence
al mundo, y lo agrega al papel de pastores santos. Concesión por su intercesión
para que podamos perseverar en la fe y el amor y ser partícipes de su gloria.
Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario