26 DE OCTUBRE -
MIÉRCOLES
30ª - SEMANA DEL T. O.- C
San Evaristo papa
Evangelio según san Lucas 13,
22-30
En aquel tiempo, Jesús, de
camino hacia Jerusalén, recorría
ciudades y aldeas
enseñando. Uno le preguntó:
"Señor, ¿serán pocos los que se salven?"
Jesús le dijo:
"Esforzaos en entrar por la puerta
estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.
Cuando el amo de la casa se levante y cierre la
puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: "Señor,
ábrenos" y él os replicará: "No sé quiénes
sois".
Entonces comenzaréis a decir: "Hemos comido y
bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas', Pero él os replicará:
"No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados". Entonces será el
llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a
todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera.
Y vendrán de Oriente y
Occidente, del Norte y del Sur, y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.
Mirad, hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos'.
1. La clave para
entender lo que Jesús quiso enseñar, cuando iba de camino, acercándose al fracaso final de su propia muerte en
Jerusalén, está en comprender lo que el evangelio de Lucas quiere decir cuando habla de "salvarse" ("sozómenoi") (Lc 13, 23).
El verbo griego
"sózo", "salvar", se refiere, en el evangelio de Lucas, a
la salvación de un peligro mortal (Lc
23, 35. 37. 39; Hech 27, 30. 31) o la devolución de un difunto a esta vida (Lc
8, 50).
Pero sobre todo
este verbo se utiliza para hablar de las curaciones de enfermos (Lc 6, 9; 8, 48; 17, 19; 18, 42; 23, 35; cf.
Hech 4, 9; 14, 9)
y del perdón de pecadores y del pueblo (Lc 7, 50; 19, 10; Hech 2, 40) (W.
Radl). Y en este contexto de
significados, que ninguno se refiere a la "otra vida", se habla de la
"salvación" como la admisión en el "reinado de Dios", que
es justamente a lo que se refiere en
este evangelio (Lc 13, 29).
2. Por tanto, aquí
no se plantea el problema de
la salvación "eterna". Al menos
directamente
no es eso lo que Jesús dice aquí. El "reinado de Dios" es,
ante todo, la situación que Jesús quiere que se viva en esta vida. Y que tendrá
su plenitud definitiva en el "más allá". Pero debe quedar claro que
el "reinado de Dios" nos habla, ante todo, de la vida de este mundo,
tal como Jesús quiere que se viva y se
realice. A eso se refieren las parábolas del Reino o reinado. Y, en general,
las constantes afirmaciones del propio Jesús en las que, de distintas maneras,
repite cómo tenemos que vivir ya, y desde ahora mismo, para que podamos ser
admitidos en el Reino de Dios.
3. Pues bien, así
las cosas, estos dichos de Jesús vienen a decir que las falsas seguridades
de quienes se creen que ellos son los "elegidos",
los "selectos", los "preferidos" de Dios, todo eso se ha
terminado.
Para el subversivo
criterio de Jesús, los preferidos y los selectos son "los últimos",
los "nadies". Y por tanto los que nadie se imagina
que esos son
los primeros que entran en el reinado de Dios, que es el proyecto de Dios para
este mundo.
El Evangelio
trastorna nuestra visión de las cosas y de la realidad. Es —valga la expresión—
el "mundo al revés".
El mundo en el que,
precisamente porque nadie quiere estar por encima de los demás, por eso será un
mundo más pacífico, más humano y más
solidario. En esto está el punto capital.
San Evaristo papa
Nació
por los años 60, de una familia judía asentada en tierras griegas. Recibió
educación judía y aprendió en los liceos helénicos.
No
se conocen datos de su conversión al cristianismo, pero se le ve ya en Roma
como uno de los presbíteros muy estimados por los fieles que, lleno de celo,
eleva el nivel de la comunidad de cristianos de la ciudad, entregándose por
completo a mostrarle a Jesucristo. Amplio conocedor de la Sagrada Escritura, es
docto en la predicación y humilde en el servicio.
Muerto
mártir el Papa Anacleto, sucesor de Clemente, la atención se fija en Evaristo.
Por humildad se resistió con todas las fuerzas posibles a asumir la dignidad
que comportaba tan alto servicio. El día 27 de Julio del año 108 tuvo la
Iglesia por Papa a Evaristo.
Atendió
cuidadosamente las necesidades del rebaño: Defiende la verdadera fe contra los
errores gnósticos. Establece normas que afectan a la consagración y trabajo
pastoral de los Obispos y de los diáconos. Manda la celebración pública de los
matrimonios. Se ocupa de la vida de los fieles, esbozándose ya una cierta
administración territorial, para su mejor atención y gobierno. También escribió
cartas a los fieles de África y de Egipto.
Murió
mártir, siendo Trajano emperador, hacia el 117.
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