7 DE OCTUBRE - VIERNES
27a SEMANA DEL TIEMPO
Nuestra Señora del Rosario
Evangelio según san Lucas 11,
15-26
En aquel tiempo, habiendo echado
Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:
“Si echa los
demonios es por arte de Belcebú, el príncipe de los demonios.
Otros, para ponerlo
a prueba, le pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo:
“Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa
tras casa.
Si también Satanás está en
guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino?
Vosotros decís que
yo echo los demonios con el poder de Belcebú; y si yo echo los demonios con el poder
de Belcebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan?
Por eso, ellos
mismos serán vuestros jueces.
Pero si yo echo los
demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a
vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes
están seguros. Pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas
de que se fiaba y reparte el botín.
El que no está
conmigo, está contra mí; el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando un espíritu
inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para
descansar; pero
como no lo encuentra, dice: “Volveré
a la casa de donde salí. Al volver se la encuentra barrida y arreglada.
Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir
allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio”.
1. El cristianismo naciente
tuvo que defender a su Maestro contra un ataque preciso: la acusación de
practicar la magia.
Jesús tenía en su poder “fuerzas satánicas” y no un “poder
divino”. Fue el ataque capital contra Jesús y sus seguidores (F. Bovon).
Lo que
equivalía a plantear la más grave de todas las acusaciones contra Jesús, a saber:
“si traía la salvación o tenía un demonio dentro” (E. Schillebeeckx).
¿Era eso lo que se podía esperar (y temer) de los cristianos y, en
última instancia, del Evangelio?
“Es por el príncipe de los demonios como echa a los demonios” (Mt
9, 34).
¿Jesús estaba endemoniado?
2. En el siglo segundo, el
enfrentamiento con los cristianos como “endemoniados”, pasó a ser el
enfrentamiento con los cristianos como “herejes”. Porque los “grupos humanos
diferentes entre sí por diversas razones, terminan por transformarse en “religiones”
mediante los discursos sobre la ortodoxia y la herejía” (Daniel Boyarín).
Es decir, las “desviaciones doctrinales” cumplen ahora el papel
que antiguamente
cumplían los
“demonios”. O sea, el cristianismo, al constituirse como religión, necesitó la
diferencia religiosa, necesitó que el judaísmo fuera su “otro”: la “religión
falsa”
(Denis
Guénoun).
Una religión sin herejes dentro de ella es una religión que se
difumina y pierde nitidez y precisión.
3. Jesús expulsaba “demonios”. Ahora, el Santo Oficio expulsa
“herejes”.
La diferencia es esta: los demonios dañaban a “seres humanos”. Los
herejes dañan “doctrinas”.
En la medida en que, en la Iglesia, tiene más presencia la
religión que el Evangelio,
en esa misma
medida las personas religiosas necesitan herejes y herejías a las que enfrentarse,
para verse ellos mismos como los auténticos, los verdaderos cristianos. Pero,
por eso también, pueden hacerse insensibles al sufrimiento humano.
Nuestra Señora del Rosario
Memoria
de la santísima Virgen María del Rosario. En este día se pide la ayuda de la
santa Madre de Dios por medio del Rosario o corona mariana, meditando los
misterios de Cristo bajo la guía de aquélla que estuvo especialmente unida a la
encarnación, pasión y resurrección del Hijo de Dios.
El
rezo del Santo Rosario es una de las devociones más firmemente arraigada en el
pueblo cristiano. Popularizó y extendió esta devoción el papa san Pío V en el
día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla de
Lepanto (1571), victoria atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración
del Rosario.
Santo Domingo de
Guzmán.
La
Madre de Dios, en una aparición a Santo Domingo le enseño a rezar el rosario,
en el año 1208. Le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma
poderosa en contra de los enemigos de la Fe.
Domingo
de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para
convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense.
Esta enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó
todo lo espiritual. El malo, todo lo material. Como consecuencia, para los
albingenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el
cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.
También
negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios. Se rehusaban
a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias. Durante
años los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de
convertirlos, pero sin mucho éxito. También había factores políticos envueltos.
Domingo
trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación,
sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo,
por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por
vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes
convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla
dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó
a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.
La
Virgen pide a Santo Domingo le ayuda a propagar la devoción.
La
Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó
a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole
que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.
Domingo
salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo
predicó, y con gran éxito porque muchos albingenses volvieron a la fe católica.
Lamentablemente
la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la
política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el
dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste
enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de
su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había
sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud,
De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.
Promesas de Nuestra
Señora del Rosario,
Según
los escritos del Beato Alano.
1. Quien rece constantemente mi Rosario,
recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y
grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno,
destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para
que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye
en
el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a
desear las cosas
celestiales
y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario
no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario,
considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido porla desgracia, ni
morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en
gracia si
es
justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no
morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en
vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los
méritos bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las
almas devotas a mi Rosario.
10.
Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11.
Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12.
Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13.
He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos
tengan en vida y en muerte como hermanos
a todos los bienaventurados de la corte celestial.
14.
Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi
Unigénito Jesús.
15.
La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de
gloria.
Los Pontífices.
A
lo largo de los siglos los Papas han fomentado la pía devoción del rezo del
rosario y le han otorgado indulgencias.
Dijo
Nuestro Señor: "Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy
yo en medio de ellos" (Mt 18:20). El rosario en familia es algo
maravilloso. Es un modo práctico de fortalecer la unidad de la vida familiar.
Es una oración al alcance de todos. Los Papas, especialmente los más recientes,
han hecho gran énfasis sobre la importancia del rosario en familia.
El
Papa dominico, San Pío V (1566 - 1572) dio el encargo a su congregación de
propagar el santo rosario. Desde entonces los Papas han sido grandes devotos
del rosario y de su propagación.
S.S
León XIII escribió doce encíclicas referentes al rosario. Insistió en el rezo
del rosario en familia, consagró el mes de octubre al rosario e insertó el
título de "Reina del Santísimo Rosario" en la Letanía de la Virgen.
Por todo esto mereció el título de "El Papa del Rosario"
Todos los Papas del
siglo XX han sido hijos devotísimos del
Santo Rosario.
Su
Santidad Juan Pablo II insiste en el rezo del Santo Rosario en familia, en
grupos, en privado. Pide que se invite a todos a rezar, a no temer el compartir
tan hermosa devoción, que es una catequesis de la fe. Nos alerta a que el mundo
está en crisis y nuestras fuerzas humanas no bastan. La victoria, dice el Papa,
vendrá nuevamente de la mano de Virgen María. Es la victoria de Su Hijo
Jesucristo, el Señor, Rey del Universo.
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