jueves, 27 de octubre de 2016

Párate un momento: El Evangelio del día 28 DE OCTUBRE - VIERNES 30ª - SEMANA DEL T. O.- C San Judas Tadeo y San Simón, apóstoles




28 DE OCTUBRE    - VIERNES
30ª - SEMANA    DEL T. O.- C
San Judas Tadeo y San Simón, apóstoles

Evangelio según san Lucas 14, 1-6
       Un sábado entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.
Jesús se encontró delante un hombre enfermo de hidropesía y, dirigiéndose a los letrados y fariseos, preguntó:
"¿Es lícito curar los sábados o no?"
    Ellos se quedaron callados.
Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió. Y a ellos les dijo:
"Si a uno de vosotros se la cae al pozo el burro o el buey, ¿no lo saca enseguida, aunque sea sábado?"
Y se quedaron sin respuesta.

1.  Nos encontramos aquí con  Jesús, con un notable y con un  enfermo anónimo sin importancia   (F. Bovon).
Los tres reunidos en una misma casa y en un mismo banquete. Todo ello en un sábado.   
- ¿Cómo reacciona Jesús en una situación así?
- ¿De parte de quién se pone?
- ¿Cómo actúa?
El breve relato lo deja todo claro, meridianamente claro:
1) Jesús cura al enfermo, por más que  eso estuviera prohibido  en sábado. 
2) Los fariseos estaban espiando, lógicamente a Jesús y para actuar contra él.
3) Jesús les plantea a los observantes religiosos la misma  pregunta que  planteó en la sinagoga   cuando  curó al hombre  del brazo atrofiado  (Mc 3, 1-6; Mt 12, 9-14; Lc 6, 6-11).
4) Los fariseos, ante la pregunta de Jesús, enmudecen, no tienen nada que decir y, además, no dan la cara.

2.  Por tanto, el fondo del asunto está en el enorme y  escandaloso contraste  que recorre  una  notable mayoría de los  relatos de curaciones de  enfermos.   
Sabemos que, en  no  pocos de esos relatos, se insiste en dos puntos capitales:
1) Jesús está siempre a favor de la vida.
2) La religión y sus representantes más cualificados anteponen siempre  las normas religiosas y los rituales religiosos a la plenitud de la vida y a la felicidad de la vida.
Además, las situaciones se fueron presentando, a lo largo de los relatos evangélicos, de forma que los defensores de la religión no tienen nada que decir. 
En consecuencia:  Jesús da vida y felicidad.
Los hombres de la religión "espían", "denuncian" y  "anteponen" las "observancias" y "rituales" religiosos a la vida y a la felicidad humana.

3.  Conclusión: Jesús se identifica con la vida, con la plenitud de la vida y la felicidad de la vida.
La religión, representada por sacerdotes, maestros de la Ley, fariseos (cada  uno de estos grupos  desde   sus diversas posiciones e intereses) se identifica con la sumisión, la obediencia, el desinterés por el pueblo y hasta el desprecio  del pueblo.
Esto supuesto (en el   conjunto de lo que se  acaba de indicar), la cuestión capital, que plantean los evangelios, no es la aceptación o el rechazo de la religión.
La cuestión está en saber dónde  y en qué ponemos lo central y determinante de la religión.
- ¿Lo ponemos en la "sumisión" a los jerarcas?
¿Lo ponemos en "el comportamiento ético" con los demás, especialmente con los que se ven peor tratados por la vida?
Sin olvidar que, si asumimos como "proyecto de vida" el mismo proyecto que determinó la vida de Jesús, eso representa un "proyecto revolucionario" que inevitablemente entra en conflicto con el sistema establecido.
Es el conflicto que puede cambiar este mundo,
En suma, humanizar esta vida. Esta es la forma de vida que nos abre al horizonte de la esperanza.

San Simón, y San Judas Tadeo apóstoles

Fiesta de los santos Simón y Judas, apóstoles, el primero apellidado Cananeo o Zelotas, y el segundo, hijo de Jacob, llamado también Tadeo, y que en la última cena preguntó al Señor acerca de su manifestación, recibiendo esta respuesta: El que me ame, observará mi palabra, y el Padre mío le amará, y vendremos a él y haremos nuestra mansión en él.

Vida de San Judas Tadeo apóstol

Judas Tadeo aparece último en la lista de los doce Apóstoles de Jesucristo (Mateo 10:3, Marco 3:18). No sabemos cuándo ni cómo entró a formar parte de los discípulos. Lucas le llama "Judas de Santiago" (Hechos 1:13). Juan aclara: "Judas, no el Iscariote" (Juan 14:22). Esta distinción es necesaria dado a que el Judas Iscariote fue quien traicionó a Jesús.

"Judas" es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios". Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe"
El Apóstol Judas Tadeo, "el hermano de Santiago", era probablemente el hermano de Santiago el Menor, se lo menciona así por la notoriedad de Santiago en la Iglesia primitiva "¿No es éste -se preguntan maravillados los habitantes de Nazaret, ante la fama que acompaña a Jesús- el carpintero . . . el hermano de Santiago y de Judas?".
Después de la Ultima Cena, cuando Cristo prometió que se manifestaría a quienes le escuchasen, Judas le preguntó por qué no se manifestaba a todos. Cristo le contestó que El y su Padre visitarían a todos los que le amasen: "Vendremos a él y haremos en él nuestra morada" (Juan, 14, 22-23). No sabemos nada de la vida de San Judas Tadeo después de la Ascensión del Señor y la venida del Espíritu Santo.
Se atribuye a San Judas una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular y exhorta a los cristianos a "luchar valientemente por la fe que ha sido dada a los santos. Porque algunos en el secreto de su corazón son . . . hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Señor Dios en ocasión de riña y niegan al único soberano regulador, nuestro Señor Jesucristo". Es una severa amonestación contra los falsos maestros y una invitación a conservar la pureza de la fe. Termina su carta con esta bella oración: "Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría".
San Judas Tadeo es uno de los santos más populares a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe, especialmente en cuanto a conseguir empleo o casa. San Brígida cuenta en sus Revelaciones que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo.
Con frecuencia se ha confundido a San Judas Tadeo con el San Tadeo de la leyenda de Abgar y se ha dicho que murió apaciblemente en Beirut de Edessa. Según la tradición occidental, tal como aparece en la liturgia romana, se reunió en Mesopotamia con San Simón y que ambos predicaron varios años en Persia y ahí fueron martirizados. Existe un presunto relato del martirio de los dos Apóstoles; pero el texto latino no es ciertamente anterior a la segunda mitad del siglo VI. Dicho documento se ha atribuido a un tal Abdías, de quien se dice que fue discípulo de Simón y Judas y consagrado por ellos primer obispo de Babilonia. Según dice la antigua tradición, a San Simón lo mataron aserrándolo por medio, y a San Judas Tadeo le cortaron la cabeza con un hacha y por eso lo pintan con un hacha en la mano. Por ello, la Iglesia de occidente los celebra juntos, en tanto que la Iglesia de oriente separa sus respectivas fiestas.
Hay varias leyendas sobre San Judas Tadeo propagadas por Eusebio que son poco confiables.

El devoto debe cuidarse de no caer ciertos abusos, como la "novena milagrosa" a Judas Tadeo que ofrece al devoto grandes recompensas económicas con la condición de que se hagan copias de ella y sean enviadas a un número de personas. Esta novena raya en la superstición y está centrada más en interés económico que en la búsqueda de la santidad.

Oración a San Judas Tadeo apóstol
Oración para suplicar la intercesión del Apóstol San Judas sobre algún problema grave, en la soledad, o en casos desesperados.

¡Santo Apóstol, San Judas fiel siervo y amigo de Jesús! El nombre del traidor que entregó a tu amado Maestro en las manos de sus enemigos, ha sido la causa de que tú hayas sido olvidado por muchos; pero la Iglesia te honra e invoca universalmente, como el patrón de los casos difíciles y desesperados.
Ruega por mí. Estoy sin ayuda y tan solo. Haz uso, te imploro, del privilegio especial a ti concedido, de socorrer pronto y visiblemente cuando casi se ha perdido toda esperanza.
Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que pueda recibir consuelo y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente (haga aquí su petición), y para que pueda alabar a Dios contigo y con todos los elegidos por siempre.


Vida de San Simón apóstol

 El nombre de Simón el Cananeo figura en undécimo lugar en la lista de los apóstoles. Lo único que sabemos de él es que nació en Caná de Galilea y que se le daba el apodo de "Zelotes".
Simón el Cananeo. También llamado el Zelote, es uno de los doce apóstoles. Antes de unirse a Jesús habría pertenecido al grupo de los zelotes, que luchaban contra Roma. Predicó en Egipto, Libia y, posiblemente, en Persia. Su atributo el serrucho y una cruz

Historia
Simón el cananeo fue uno de los doce discípulos de Jesucristo. También se le conoce como Simón, llamado Zelotes. Su nombre aparece en Mateo 10 y Marcos 3 como Simón el Cananeo y en Lucas 6, Simón, llamado Zelotes. La única otra mención de él es después de que Jesús ascendió al Cielo, cuando los discípulos, entre ellos Simón el Cananeo, los hermanos de Jesús, y varias mujeres que incluía a la madre de Jesús, María, se reunieron en el alto aposento para orar.
Los doce discípulos fueron llamados a predicar el Evangelio de Jesucristo, pero se les prohibió ir a los gentiles o samaritanos. (Una visión dada a Pedro más tarde permitiría que el evangelio sea enseñado a todos.) En lugar de eso, fueron en busca de las ovejas perdidas de Israel. Ellos podían curar a los enfermos y, a través del sacerdocio, realizaban muchos milagros.
Cuando los discípulos viajaban, no llevaban nada con ellos, sino que debían depender de Dios para conducirlos a los alimentos, vestido y vivienda o a los que se los proporcionarían. Los que los aceptaban y les daban lo que necesitaban o escuchaban sus enseñanzas iban a recibir las bendiciones de la paz en sus hogares. Si eran rechazados, debían sacudir el polvo de sus pies al salir de la casa.
Jesús les advirtió que a menudo serían perseguidos a causa de su trabajo al servicio de Jesucristo. Él les aseguró que los que perseveraban hasta el fin serían salvos, y que eran de más valor que los gorriones. Dios conocía todos los detalles del gorrión, por lo que no dejaba lugar a dudas que Él también era consciente de ellos y de sus necesidades.
La raíz hebrea para Zelote es Qana, y Jerónimo creyó erróneamente que esta palabra venía de Caná o Canaán. Esta es la fuente de Canaán utilizado en las traducciones de la Biblia para distinguir a este Simón de Simón Pedro. La Biblia no tiene más información acerca de él, convirtiéndolo en el apóstol de quien sabemos menos. Si bien hay leyendas de que sirvió en misiones a Egipto y Glastonbury, y que fue asesinado, no hay ninguna evidencia real que nos diga algo más sobre su vida aparte de que se desempeñó como uno de los doce discípulos originales.

Su muerte
San Judas Tadeo y Simón Zelote llegaron a Suamyr, gran ciudad de Persia. Los dos Apóstoles se alojaron en casa de un discípulo llamado Semme. A la mañana siguiente a su llegada, los sacerdotes idólatras de aquella ciudad, seguidos por una gran multitud del pueblo, azuzados por las venenosas presiones de Zaroes y de Artexat, rodearon la casa de Semme pidiendo a gritos la entrega de los dos Apóstoles.
“Entréganos, oh Semme, inmediatamente a los enemigos de nuestros dioses, o si no te quemaremos la casa”. Ante estas amenazas que no admitían réplica, San Judas y San Simón se pusieron en manos de aquellos malvados que los obligaron inútilmente a adorar a sus falsos dioses; golpeados hasta la sangre, encontraron aún fuerzas para mirarse a los ojos y San Judas, dirigiéndose a su compañero de martirio le dijo: “Hermano, veo a Nuestro Señor Jesucristo que nos llama”.
La turba de los idólatras, ignorando estos coloquios celestiales, movida por un insano furor, se arrojó con mayor encarnizamiento sobre los cuerpos ya sangrantes de los dos Santos Apóstoles hasta destrozarlos: ¡la corona del martirio brillaba sobre sus cabezas gloriosas! A San Simón lo mataron aserrándolo por el medio, y a San Judas Tadeo le cortaron la cabeza con un hacha y por eso lo representan con un hacha en la mano. Se cree que el martirio ocurrió en el año 70 de la era cristiana, es decir, 36 años después de la Ascensión de Jesucristo al Cielo. Como fueron martirizados juntos, la Iglesia celebra la festividad el mismo día de su martirio para ambos: 28 de octubre.
Mientras sus santas almas eran acogidas en la Patria celestial y colocadas a la derecha del Padre, por el que habían ofrecido su vida en holocausto, el cielo de Suamyr, escenario de aquel bárbaro martirio, se quebraba con terribles fulgores, el templo idólatra se derrumbó y los dos sacerdotes, Zaroes y Arfexat, autores del hecho, fueron fulminados por la justicia divina.

Oración de Simón el Cananeo
¡Oh glorioso San Simón, que eres primo de Jesús y también un fiel seguidor devoto! Te llaman "el Zelote" (el defensor) indicando que estaban dispuestos a entregar tu vida por defender tu religión y dar tu libertad como persona humana. Te pedimos nos obtenga la gracia de estar dispuestos a dar nuestra vida por Cristo y a trabajar por la libertad y la paz que solamente Dios puede dar. Ayúdanos a entregarnos a nosotros mismos a Dios aquí en la tierra y ser recibido por él para gozar de la dicha eterna en el cielo. Amén.



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