jueves, 9 de febrero de 2017

Párate un momento: El Evangelio del dia 10 de Febrero – Viernes – 5ª Semana T.O.-A Santa Escolástica, virgen




10 de Febrero – Viernes –
5ª Semana T.O.-A
Santa Escolástica, virgen

Evangelio según san Marcos 7, 31-37
        En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar, pidiéndole que le impusiera las manos Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: "Effetá" (esto es, "ábrete"). Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro, decían:
"Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos".

1. Llama la atención la cantidad de detalles y ponderaciones que se hacen en el relato de este episodio: la petición de que le imponga las manos al sordomudo; el hecho de meterle el dedo y untarle con la saliva; la mirada al cielo;
el suspiro; la palabra "éffetá", en su lengua original, con su correspondiente traducción; la reacción del "colmo del asombro"; y, sobre todo, el comentario "Todo lo ha hecho bien", referido precisamente a hacer oír a los sordos y hablar a los mudos.
Además, de nuevo en este caso, la prohibición de contar lo que había hecho.
¿Por qué, en este caso, tantos datos y tan ponderativos?
¿Qué hay de particular en este episodio?
¿Es realmente tan importante?

2. Al curar a un sordo que además apenas podía hablar, lo que en realidad se dice es que Jesús remedia el espantoso problema de la incomunicación humana.
Un sordo, que no habla, es un ser que no se comunica. Es verdad que, seguramente desde  que existe el problema de la sordomudez entre seres humanos, por eso mismo han existido  sistemas de comunicación mediante signos visuales, ya que los signos fonéticos no son los únicos mediante los que los humanos nos comunicamos. 
Pero, siendo eso muy verdadero, no es menos cierto que la dificultad para hablar y para oír es la expresión más clara de la incomunicación.

3.  Cuando más medios de comunicación tenemos, menos nos comunicamos y más aislados vivimos. Tenemos cada día más "técnicas" para comunicarnos. Pero no caemos en la cuenta de que eso precisamente es lo que más nos complica la comunicación. Porque la comunicación se produce cuando hay escucha y además atención y sobre todo transparencia. Entonces es cuando existe verdadera información y diálogo.
Nos han abrumado con tanta información -y además con una información siempre manipulada- que ya no tenemos ni tiempo, ni ganas, ni disposición para abrirnos y ser transparentes ante los demás.
La comunicación comercial es un negocio tan fabuloso, que lo ha invadido todo, y lo ha llenado todo. Y ya no tenemos tiempo para estar con los demás, para compartir lo que somos, para disfrutar la indecible felicidad del "estar con".
Por no hablar de la espantosa soledad en que viven tantas personas. Jesús nos sitúa a unos junto a otros, a los unos con los otros, a cada cual pendiente de los demás. Así rompe nuestra sordera y desata nuestra lengua. Donde no hay diálogo, no pueden ser buenas las relaciones humanas, Menos aún, la amistad.
Y nada en absoluto el respeto y sobre todo el cariño y la auténtica bondad.

Santa Escolástica, virgen 

Nació en el año 480, en Nursia, Italia. Su madre murió de parto. Es hermana gemela de San Benito. Ambos se entregaron a Dios desde muy jóvenes y alcanzaron la santidad en la vida religiosa.
Después que su hermano se fuera a Montecasino a establecer el famoso monasterio, ella se estableció a unas cinco millas de distancia, en Plombariola, donde fundó un monasterio y la orden de las monjas benedictinas la cual gobernó siguiendo la regla de su hermano.
Hermana de San Benito, se consagró a Dios desde su más tierna edad. Mientras su hermano residió en Monte Casino, ella se hallaba en Plombariola, fundando y gobernando un monasterio.
Tenía la costumbre de visitar a San Benito una vez al año y como no estaba permitido que entrar al monasterio, él salía a su encuentro para llevarla a una casa de confianza, donde los hermanos pasaban la velada orando, cantando himnos de alabanza a Dios y discutiendo asuntos espirituales. Sobre la última visita, San Gregorio hace una notable descripción, en la cual, la santa presintiendo que no volvería ver más a su hermano, le rogó que no partiera esa noche sino al día siguiente, pero San Benito se sintió incapaz de romper las reglas de su monasterio.
Entonces, Santa Escolástica apeló a Dios con una ferviente oración para que interviniera en su ayuda, y acto seguido, estalló una fuerte tormenta que impidió que su hermano regresara al monasterio. Los dos santos pasaron la noche hablando de las cosas santas y de asuntos espirituales. Tres días después, la santa murió, y su hermano que se encontraba absorto en la oración tuvo la visión del alma de su hermana ascendiendo al cielo en forma de paloma.
Murió hacia el año 547. San Benito murió poco después.


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