domingo, 13 de agosto de 2017

Párate un momento: El Evangelio del dia 14 DE AGOSTO - LUNES – 19a SEMANA DEL T. O. - A San Maximiliano Colbe




14  DE AGOSTO  -  LUNES –
19a SEMANA DEL T. O. - A

Evangelio según san Mateo 17, 21-26
      En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la Galilea, les dijo Jesús:
"Al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día".
Ellos se pusieron muy tristes.
      Cuando llegaron a Cafarnaúm, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: “¿Vuestro maestro no paga las dos dracmas?"
Contestaron:
"Sí".
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle:
“¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?"
Contestó:
"A los extraños".
Jesús le dijo:
"Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti".

1.  Supuesto el segundo anuncio de la pasión, que Jesús hace a los discípulos, Mateo habla enseguida del pago del impuesto al Templo, que tenían que pagar los judíos en tiempo de Jesús. Por tanto, aquí no se habla del pago de los impuestos civiles, cosa que han defendido algunos autores (W. Carter), sino del impuesto religioso. Lo extraño es que Mateo se pusiera a relatar un asunto que ya no tenía actualidad cuando se publicó este evangelio.
El Templo quedó destruido el año 70. Pero el evangelio de Mateo es posterior a ese año.  - ¿Qué
explicación puede tener el hecho de recordar a los cristianos algo que ya no tenía actualidad, ni ya podía ser ejemplo de nada?

2.  En contra de lo que pueda parecer a primera vista, este relato -recordado a destiempo-  tiene una fuerza impresionante.  - ¿En qué está esa fuerza?
Sencillamente, en que Jesús afirma que la relación filial con el Padre del cielo está por encima del Templo. Y, por tanto, está también por encima de lo sagrado, de lo sacerdotal, de la religión en general. Como ha dicho un conocido exegeta, se trata de "la libertad de Jesús frente al Templo, el sábado y la ley de Moisés" (J. Schniewind).

3.  De esta manera, y no obstante que el hecho ya no tenía actualidad cuando ni existía el templo de Jerusalén, el evangelio nos quiso dejar claro que Jesús tuvo conciencia de que lo importante en la vida es nuestra relación con Dios, no nuestra relación con el templo, los sacerdotes, el culto y las observancias legales.
 Esto, que parece tan simple y tan lógico, es de una importancia capital para la formación cristiana de la gente. Porque son muchos los que piensan que Dios es un componente más de la religión. Y hasta sucede con
frecuencia que hay demasiadas personas que le conceden más importancia a cumplir con el templo que cumplir con Dios. Hasta ese extremo de descomposición hemos llegado en el cristianismo, en la Iglesia, en tantos ambientes y en tantas personas. Por eso ocurre que se cuida más la belleza del templo, de las imágenes, de los altares..., que lo que se cuida la coherencia y la honradez ética.
-       ¿Se puede tolerar semejante trastorno?

San Maximiliano Colbe


“No hay amor más grande que éste: dar la vida
por sus amigos" (Jn 15, 13).

Martirologio Romano: Memoria de san Maximiliano María (Raimundo) Kolbe, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales y mártir, que fue fundador de la Milicia de María Inmaculada. Deportado a diversos lugares de cautiverio, finalmente, en el campo de exterminio de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, se ofreció a los verdugos para salvar a otro cautivo, considerando su ofrecimiento como un holocausto de caridad y un ejemplo de fidelidad para con Dios y los hombres († 1941).

Fecha de beatificación: 17 de octubre de 1971 por S.S. Pablo VI
Fecha de canonización: 10 de octubre de 1982 por S.S. Juan Pablo II

Breve Biografía

Maximiliano María Kolbe nació en Polonia el 8 de enero de 1894 en la ciudad de Zdunska Wola, que en ese entonces se hallaba ocupada por Rusia. Fue bautizado con el nombre de Raimundo en la iglesia parroquial.
A los 13 años ingresó en el Seminario de los padres franciscanos en la ciudad polaca de Lvov, la cual a su vez estaba ocupada por Austria. Fue en el seminario donde adoptó el nombre de Maximiliano. Finaliza sus estudios en Roma y en 1918 es ordenado sacerdote.
Devoto de la Inmaculada Concepción, pensaba que la Iglesia debía ser militante en su colaboración con la Gracia divina para el avance de la fe católica. Movido por esta devoción y convicción, funda en 1917 un movimiento llamado "La Milicia de la Inmaculada" cuyos miembros se consagrarían a la bienaventurada Virgen María y tendrían el objetivo de luchar mediante todos los medios moralmente válidos, por la construcción del Reino de Dios en todo el mundo. En palabras del propio San Maximiliano, el movimiento tendría: "una visión global de la vida católica bajo una nueva forma, que consiste en la unión con la Inmaculada."
Verdadero apóstol moderno, inicia la publicación de la revista mensual "Caballero de la Inmaculada", orientada a promover el conocimiento, el amor y el servicio a la Virgen María en la tarea de convertir almas para Cristo. Con una tirada de 500 ejemplares en 1922, en 1939 alcanzaría cerca del millón de ejemplares.
En 1929 funda la primera "Ciudad de la Inmaculada" en el convento franciscano de Niepokalanów a 40 kilómetros de Varsovia, que con el paso del tiempo se convertiría en una ciudad consagrada a la Virgen y, en palabras de San Maximiliano, dedicada a "conquistar todo el mundo, todas las almas, para Cristo, para la Inmaculada, usando todos los medios lícitos, todos los descubrimientos tecnológicos, especialmente en el ámbito de las comunicaciones."
En 1931, después de que el Papa solicitara misioneros, se ofrece como voluntario y viaja a Japón en donde funda una nueva ciudad de la Inmaculada ("Mugenzai No Sono") y publica la revista "Caballero de la Inmaculada" en japonés ("Seibo No Kishi").
En 1936 regresa a Polonia como director espiritual de Niepokalanów, y tres años más tarde, en plena Guerra Mundial, es apresado junto con otros frailes y enviado a campos de concentración en Alemania y Polonia. Es liberado poco tiempo después, precisamente el día consagrado a la Inmaculada Concepción. Es hecho prisionero nuevamente en febrero de 1941 y enviado a la prisión de Pawiak, para ser después transferido al campo de concentración de Auschwitz, en donde a pesar de las terribles condiciones de vida prosiguió su ministerio.
En Auschwitz, el régimen nazi buscaba despojar a los prisioneros de toda huella de personalidad tratándolos de manera inhumana e impersonal, como un simple número: a San Maximiliano le asignaron el 16670. A pesar de todo, durante su estancia en el campo nunca le abandonaron su generosidad y su preocupación por los demás, así como su deseo de mantener la dignidad de sus compañeros.
La noche del 3 de agosto de 1941, un prisionero de la misma sección a la que estaba asignado San Maximiliano escapa; en represalia, el comandante del campo ordena escoger a diez prisioneros al azar para ser ejecutados. Entre los hombres escogidos estaba el sargento Franciszek  Gajowniczek, polaco como San Maximiliano, casado y con hijos.
San Maximiliano, que no se encontraba entre los diez prisioneros escogidos, se ofrece a morir en su lugar. El comandante del campo acepta el cambio, y San Maximiliano es condenado a morir de hambre junto con los otros nueve prisioneros. Diez días después de su condena y al encontrarlo todavía vivo, los nazis le administran una inyección letal el 14 de agosto de 1941.
Es así como San Maximiliano María Kolbe, en medio de la más terrible adversidad, dio testimonio y ejemplo de dignidad. En 1973 Pablo VI lo beatifica y en 1982 Juan Pablo II lo canoniza como Mártir de la Caridad. Juan Pablo II comenta la influencia que tuvo San Maximiliano en su vocación sacerdotal: "Surge aquí otra singular e importante dimensión de mi vocación. Los años de la ocupación alemana en Occidente y de la soviética en Oriente supusieron un enorme número de detenciones y deportaciones de sacerdotes polacos hacia los campos de concentración. Sólo en Dachau fueron internados casi tres mil. Hubo otros campos, como por ejemplo el de Auschwitz, donde ofreció la vida por Cristo el primer sacerdote canonizado después de la guerra, San Maximiliano María Kolbe, el franciscano de Niepokalanów." (Don y Misterio).
San Maximiliano nos legó su concepción de la Iglesia militante y en febril actividad para la construcción del Reino de Dios. Actualmente siguen vivas obras inspiradas por él, tales como: los institutos religiosos de los frailes franciscanos de la Inmaculada, las hermanas franciscanas de la Inmaculada, así como otros movimientos consagrados a la Inmaculada Concepción. Pero, sobre todo, San Maximiliano nos legó un maravilloso ejemplo de amor por Dios y por los demás.
Con motivo de los veinte años de la canonización del padre Maximiliano Kolbe (10 de octubre de 1982), los Frailes Menores Conventuales de Polonia abrieron el archivo de Niepokalanow (Ciudad de la Inmaculada, a 50 kilómetros de Varsovia), construido por el mismo mártir de Auschwitz. Entre los manuscritos del santo, destaca la última carta que escribió y que acaba con besos a su madre. Una carta que refleja una ternura que no aparecía en otros escritos, y que hace pensar que el sacrificio con el que ofreció la vida voluntariamente en sustitución de un condenado a muerte fue algo que maduró a lo largo de su vida. Este es el texto del escrito: «Querida madre, hacia finales de mayo llegué junto con un convoy ferroviario al campo de concentración de Auschwitz. En cuanto a mí, todo va bien, querida madre. Puedes estar tranquila por mí y por mi salud, porque el buen Dios está en todas partes y piensa con gran amor en todos y en todo. Será mejor que no me escribas antes de que yo te mande otra carta porque no sé cuánto tiempo estaré aquí. Con cordiales saludos y besos, Raimundo Kolbe».
Juan Pablo II, un año después de su elección, en Auschwitz, dijo: «Maximiliano Kobe hizo como Jesús, no sufrió la muerte, sino que donó la vida». La expresión remite a unas palabras escritas por el padre Kolbe unas semanas antes de que los nazis invadieran Polonia (1 de septiembre de 1939): «Sufrir, trabajar y morir como caballeros, no con una muerte normal sino, por ejemplo, con una bala en la cabeza, sellando nuestro amor a la Inmaculada, derramando como auténtico caballero la propia sangre hasta la última gota, para apresurar la conquista del mundo entero para Ella. No conozco nada más sublime».
Los radioaficionados lo consideran su santo patrón, ya que San Maximiliano durante 30 años estuvo activo con el indicativo SP3RN.




No hay comentarios:

Publicar un comentario