31 DE
AGOSTO - JUEVES –
21ª- SEMANA DEL T. O. - A
Evangelio según san Mateo 24,42-51
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro
Señor.
Comprended que si supiera el dueño de la casa a qué hora de la
noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su
casa.
Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos
penséis viene el Hijo del Hombre.
- ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de
dar a su servidumbre la comida a sus horas?
Pues dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra
portándose así.
Os aseguro que le confiará la administración de todos sus
bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza
a pegar a sus compañeros, y a comer y beber con los borrachos, el día y la hora
que menos se lo espere, llegará el amo y lo hará pedazos, como se merecen los
hipócritas.
Allí
será el llanto y el rechinar de dientes'.
1. Este
evangelio tiene claramente dos partes:
1) La llamada a estar "vigilantes".
2) El "comportamiento" ético que debe
acompañar esa vigilancia.
En cuanto a lo primero, Jesús dice: "Estad
vigilantes". ¿Qué significa esto? El verbo "gregorein", con el
que se expresa el imperativo de la vigilancia, es llamativamente frecuente en
el Nuevo Testamento. Aparece en la
oración de Getsemaní (Mc 14,34-38 par). También se encuentra en los
llamamientos para estar preparados ante un posible final inminente (Mc 13, 34-37;
1 Tes 5, 6; Hech 16, 15). Y además se repite para indicar la actitud cristiana
propia de los creyentes en Jesús (1 Cor 16, 13; Col 4, 2; 1 Pe 5, 8; Ap 3, 2 s;
Hech 20, 31).
- ¿Por qué esta insistencia?
2. El
uso de este verbo es una "novedad cristiana", ya que antes apenas se
había utilizado en la literatura religiosa (cf. Prov 8, 34; Edo 33, 36: LXX)
(U. Luz).
La explicación más razonable de este uso
frecuente parece ser la que relaciona la utilización de este verbo con la
costumbre de "vigilias de oración", que practicaban los cristianos y
que luego pasaron a ser como una expresión de la actitud que debe tener el creyente
en el comportamiento general de su vida.
Esto quiere decir que la fe en Jesús, si es
auténtica, lleva directamente a dos cosas:
1) Orar en la comunidad cristiana.
2) Con tal que sea una oración que lleva a vivir
en actitud de una conducta vigilante, para que sea siempre una actitud coherente y justa.
3. Esto
es lo que explica Jesús mediante la parábola del "criado fiel y cuidadoso".
La parábola está redactada de forma que la "vigilancia"
del creyente se traduce en no tolerar jamás degenerar en la forma de vida
propia de un "canalla", que se dedica a la buena vida ("comer y
beber") y a maltratar a quienes están con él ("pegar a sus compañeros").
Jesús, por tanto, resume en este evangelio los
componentes de la vida cristiana: la oración vigilante en comunidad; y la
conducta honrada con los que convivimos.
SAN RAMON NONATO
San Ramón Nonato - Cardenal -Año 1240
San Ramón Nonato: te rogamos
por todos los católicos que tienen que sufrir
por defender nuestra santa religión.
Se le llama Nonato (no-nacido)
porque nació después de morir su madre. Ella murió al dar a luz. Después de la
muerte le hicieron cesárea para que el niño pudiera nacer.
Ramón significa: "protegido
por la divinidad" (Ra=divinidad. Mon=protegido).
San Ramón nació en Cataluña,
España, en 1204. Muy joven entró en la Congregación de Padres Mercedarios que
se dedicaban a rescatar cautivos que los mahometanos habían llevado presos a
Argel. Lo recibió el mismo San Pedro Nolasco, fundador de la Comunidad.
Pocos años después de haber
entrado de religioso fue enviado con una gran cantidad de dinero a rescatar a
los católicos que estaban esclavizados por los musulmanes en África. Allá gastó
todo el dinero en conseguir la libertad de muchos cristianos y enviarlos otra
vez a su patria, de donde habían sido llevados secuestrados por los enemigos de
nuestra religión.
Cuando se le acabó el dinero se
ofreció el mismo a quedarse como esclavo, con tal de que libertaran a algunos
católicos que estaban en grave peligro de perder su fe y su religión por causa
de los atroces castigos que los mahometanos les infligían.
Como entre los musulmanes está
absolutamente prohibido hablar de la religión católica, y Ramón se dedicó a
instruir en la religión a sus compañeros de esclavitud y aun hasta a algunos
mahometanos, le dieron terribles tormentos y lo azotaron muchas veces hasta
dejarlo casi muerto. Y al fin, como no se callaba, le amarraron la cara a una
correa a la cual le echaron candado, para que no pudiera hablar, y no abrían el
candado sino cuando iba a comer.
El jefe musulmán, con la esperanza
de que Ramón volviera a España y le llevara más dinero para rescatar
cristianos, lo dejó en libertad. Pero se dedicó a hablar de nuestra religión a
cuantas más personas podía. Esto hizo arder en cólera a los mahometanos y lo
volvieron a encarcelar y a atormentar. Al fin San Pedro Nolasco envió a algunos
de sus religiosos con una fuerte suma de dinero y pagaron su rescate y por
orden de sus superiores volvió a España.
Como premio de tantos heroísmos,
el sumo Pontífice Gregorio IX lo nombró Cardenal. Pero San Ramón siguió
viviendo humildemente como si fuera un pobre e ignorado religioso.
El Santo Padre lo llamó a Roma
para que le colaborara en la dirección de la Iglesia, y el humilde Cardenal
emprendió el largo viaje a pie. Pero por el camino lo atacaron unas altísimas
fiebres y murió. Era el año 1240. Apenas tenía 36 años. Pero había sufrido y
trabajado muy intensamente, y se había ganado una gran corona para el cielo.
A San Ramón le rezan las mujeres
que van a tener un hijo, para que les conceda la gracia de dar a luz sin
peligro ni tormentos.
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