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DE NOVIEMBRE - SÁBADO
31ª-
SEMANA DEL T.O.-A
SAN
MARTIN DE TOUR
Lectura del Santo evangelio segun san Lucas
16,9-15
En aquel tiempo, decía Jesús a sus
discípulos:
"Ganaos amigos con el dinero injusto, para que cuando os
falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de
fiar; el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo
que vale de veras?
Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro quién os lo
dará?
Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá
a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del
segundo.
No podéis servir a Dios y al dinero".
Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de
él.
Jesús les dijo:
"Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero
Dios os conoce por dentro.
La arrogancia con los hombres, Dios la
detesta".
1. La
afirmación con que empieza este evangelio es sobrecogedora, cuando se entiende
en su verdadero significado. Y confirma lo que se ha dicho en la parábola
anterior.
El dinero es necesario como instrumento de cambio.
Y el capital es bueno, si se entiende como medio y proceso para la
productividad y el progreso. Pero progreso de todos, no de algunos solamente.
El capital es criminal cuando se organiza y se
gestiona para que solo algunos acumulen, a costa de las carencias, el hambre y
la muerte de otros. Eso es lo que está ocurriendo ahora: la crisis de la
economía mundial ha sido causada por personas y grupos muy concretos, pero las
consecuencias las están pagando los más
débiles,
los que se han quedado sin trabajo y
todos aquellos a quienes la vida se les ha hecho imposible.
2. Jesús
no fue un "comunista prematuro".
Jesús fue un hombre honesto y libre. El término "mamona" aparece en los evangelios solo en boca de
Jesús; y
siempre
asociado a la injusticia o la iniquidad (Mt 6, 24 par; Lc 16, 9. 11. 16).
Es el dinero que se asocia con la adquisición
no honrada de bienes o con el afán de obtener ganancias lucrativas, que no
rinden para bien de la colectividad,
sino
del propio interesado.
3. La
Iglesia, la gente religiosa, especialmente la gente rica, todos los que vivimos
en tales ámbitos de creencias y modos de vida, tendríamos que entender que el
afán de lucro y beneficios es incompatible con la fe en Dios.
Hasta que llegue el día en que los cristianos
entendamos, así las cosas, este mundo no tiene arreglo. Los cristianos somos muchos
millones. Y vivimos (la
mayoría)
en los países más poderosos del mundo, al menos hasta ahora. O cambiamos de mentalidad en el tema del
capital y las ganancias, o el número de gente que se muere de hambre irá en aumento
cada año. Esto es duro. Pero es así.
Por eso, ahora tiene más sentido que nunca la
pregunta: - ¿qué pintamos los cristianos en el mundo?
SAN MARTIN
DE TOUR
San Martín nació en Panonia, Hungría, el 316. Sus padres eran
paganos. Estudia en Pavía, donde conoce el Cristianismo. Su padre, que era
tribuno militar, para desviarle del cristianismo, le obliga a ingresar en el
ejército. Martín concilia sus deberes militares con sus aspiraciones
cristianas. Vida ejemplar de monje y soldado: valentía y vida santa y
caritativa.
Siendo militar sucedió el hecho tan tratado en la iconografía. Era
invierno, y al entrar en Amiens, encuentra un mendigo casi helado, sin ropa.
Divide su clámide en dos partes y entrega una al pobre. Cristo se le aparece
vestido con la media capa: "Martín, catecúmeno, me ha cubierto con este
vestido".
Pronto recibe el bautismo. Deja la milicia para seguir a Cristo. San
Hilario de Poitiers quiere ordenarle de diácono. Él se queda de exorcista.
Vuelve a su patria, convierte a su madre. De nuevo en Poitiers, funda Ligugé,
auténtico monasterio misional. Allí pasa once años, feliz en su ambiente.
Preguntado más adelante por qué profesiones había ejercido respondía: "fui
soldado por obligación y por deber, y monje por inclinación y para salvar mi
alma". Por eso hay quien resume la vida de Martín así: "soldado por
fuera, obispo a la fuerza, monje por gusto".
Sulpicio Severo escribió Cartas y Diálogos y sobre todo la Vida de
San Martin. Pocos libros habrán sido más leídos que éste, que ha servido de
fuente para llevar por todas partes a través de cantares y poemas,
representaciones teatrales, la pintura y la escultura la imagen de este Santo
"el más popular y conocido de toda Europa".
Un historiador ha contado en Francia 3.667 parroquias dedicadas a él
y 487 pueblos que llevan su nombre. Un buen número hay también en Alemania,
Italia y España. Es simpático el párrafo en que Don Quijote enseña a Sancho la
imagen de San Martín y le explica el caso de la capa.
Martín vivía feliz en Ligugé. Pero Tours se había quedado sin obispo.
Un día del año 371, fue invitado a Tours con el pretexto de que lo necesitaba
un enfermo grave, pero era que el pueblo quería elegirlo obispo. Apenas estuvo
en la catedral toda la multitud lo aclamó como obispo de Tours, y por más que
él se declarara indigno de recibir ese cargo, lo obligaron a aceptar. Establece
cerca, para su humilde residencia, el monasterio de Marmoutiers, centro misionero
de donde saldrán San Patricio y San Paulino de Nola. Desde allí parte para sus
agotadoras correrías apostólicas, durante 35 años, por toda la Galia. Nada le
retiene. Acusa a emperadores, reprime a los herejes, defiende a los débiles y a
los condenados a muerte, realiza innumerables milagros, y entre ellos se le
atribuye la resurrección de varios muertos. Su fama es indescriptible. Es
llamado "el apóstol de las Galias" nadie hizo tanto como él por
Francia católica y San Gregorio de Tours le invoca como "Patrón especial
del mundo entero".
Tan intensos viajes apostólicos, tanta obra de caridad, hasta
vaciarse totalmente, agotaron sus fuerzas físicas. Se veía morir. Sus
discípulos le piden que no les deje huérfanos. Martín contestó: "Señor, si
aún soy necesario, no rehúso el trabajo. Sólo quiero tu voluntad". La
liturgia comenta: "¡Oh feliz varón, que ni temió morir, ni recusó la
vida”!
Los discípulos querían colocarle más cómodo. "Dejadme así, les
dijo, mirando al cielo, para dirigir mi alma en dirección hacia Dios". El
demonio no dejaba de importunarle. "¿Qué haces ahí, gritó Martín, bestia
sanguinaria? No hay nada en mí que te pertenezca, maldito. El seno de Abrahán
me espera". Y entregó su alma a Dios. Era el 8 de noviembre del año 397.
Martín fue un asceta, un apóstol, un hombre de oración, muy
influyente en toda la espiritualidad medieval. Su faceta principal, la caridad.
El gesto de Amiens, dar media capa, fue superado, cuando siendo obispo, entregó
su túnica entera a un mendigo gesto menos conocido. Sus mismos milagros, como
los de Cristo, fueron milagros de caridad. Pasó haciendo el bien.
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