domingo, 12 de noviembre de 2017

Párate un momento: El Evangelio del dia 13 DE NOVIEMBRE - LUNES 32ª- SEMANA DEL T.O.-A SAN DIEGO DE ALCALA




13  DE NOVIEMBRE  - LUNES
32ª- SEMANA DEL T.O.-A

      Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 1-6
     En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar.
Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: "lo siento", lo perdonarás'.
Los apóstoles le pidieron al Señor: 
"Auméntanos la fe".
El Señor contestó:
"Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a esta morera:  "Arráncate de raíz y plántate en el mar", y os obedecería'.

 1.  El "escándalo", tal como se suele entender en   nuestra cultura, tiene sobre todo un sentido social: todo lo que representa un tropiezo que hace caer, algo así como una trampa.  Por eso, el problema del escándalo depende del sentido que tenga la caída.
Según los evangelios, Jesús fue motivo de "escándalo" (Mt 11, 6; 13, 57; 26, 31. 33...). De ahí que pueden darse situaciones en las que sea bueno el escándalo: cuando a alguien le hace caer de sus ideas   equivocadas, de sus falsas seguridades, de sus sentimientos de superioridad o de estados de ánimo parecidos.

2.   Jesús rechaza frontalmente el escándalo que se les puede causar a los "pequeños", es decir, a los débiles, a los sencillos, a los que, mediante el escándalo, se les aleja de la rectitud, de la justicia y la honestidad.
Es indignante el comportamiento de aquellas personas que, por el cargo que ocupan o por el ejemplo   que deben dar, escandalizan a tantas buenas personas.     Hablamos aquí de quienes empujan a otros a formas de conducta aberrantes, que les hunden para siempre en la culpa, la humillación, el resentimiento, la desesperanza, la desconfianza y la decepción total.

3.  Pero también es cierto que pueden darse circunstancias en las que el escándalo sea conveniente, incluso necesario. Escandalizar a los poderosos, para  que se caigan de sus pedestales de falsa gloria, de engañosa dignidad, y así abandonen sus  poltronas de  instalación, eso puede ser excelente.  Sin duda, eso es lo que hacía Jesús.
Cuando Jesús cita a Is 26, 19, en respuesta a los
emisarios de Juan Bautista, afirmando que él se dedicaba a dar vida a los ciegos, a limpiar leprosos, a resucitar muertos, a dar la buena noticia a los pobres,
el mismo Jesús termina diciendo: "¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!" (Mt 11, 6).
Es evidente que a quienes se escandalizan de que se les abran los ojos a los que van como ciegos por la vida, a esos les viene divinamente el escándalo. Lo necesitan. En este sentido, no deberíamos tener miedo a escandalizar a los puritanos, los prepotentes y los intolerantes.

SAN DIEGO DE ALCALA


En la Catedral de Alcalá de Henares, España, cada 13 de noviembre, se exponen los restos de San Diego, con motivo de la fiesta de este santo que llegó a ser patrono de los hermanos franciscanos legos y a realizar milagros con ayuda de la Virgen María.
San Diego nació en una familia pobre de San Nicolás del Puerto, Sevilla (1400). Siendo joven se decidió a vivir como ermitaño. Más adelante sería recibido como hermano lego (no sacerdote) en los Franciscanos Frailes Menores de la Observancia.
Fue de peregrino a Roma por el jubileo de 1450 y la canonización de Bernardino de Siena. En ese tiempo una epidemia azotó la ciudad romana y San Diego ayudó como enfermero por tres meses. Muchos sanaron milagrosamente.
Cierto día, un niño sufrió graves quemaduras por quedarse dormido dentro de un horno que luego fue encendido. Tras la intercesión de San Diego, el niño apareció sin quemaduras. El santo solía atribuir los milagros a la Madre de Dios.
De vuelta a España fue portero y jardinero en el convento de Santa María de Jesús en Alcalá de Henares, donde partió a la Casa del Padre un 12 de noviembre de 1463.
Se dice que, al morir, expedía una milagrosa fragancia. Sus restos fueron visitados por cardenales y miembros de la realeza, como Felipe II que llevó el cuerpo de San Diego al palacio, obteniendo así la curación del príncipe Carlos que se había accidentado.
La ciudad estadounidense de San Diego, al sur de California, lleva su nombre debido a la misión que establecieron los franciscanos por esa zona.

Con motivo de esta celebración, la Catedral Magistral de Alcalá de Henares permanecerá abierta desde las 8 hasta las 14 horas y desde las 16 hasta las 21. 

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