13 DE NOVIEMBRE
- LUNES
32ª- SEMANA DEL T.O.-A
Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 1-6
En aquel
tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los
provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le
encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar.
Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se
arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve
a decirte: "lo siento", lo perdonarás'.
Los apóstoles le pidieron al Señor:
"Auméntanos la fe".
El Señor contestó:
"Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a esta
morera: "Arráncate de raíz y
plántate en el mar", y os obedecería'.
1. El "escándalo", tal como se suele
entender en nuestra cultura, tiene
sobre todo un sentido social: todo lo que representa un tropiezo que hace caer,
algo así como una trampa. Por eso, el
problema del escándalo depende del sentido que tenga la caída.
Según los evangelios, Jesús fue motivo de
"escándalo" (Mt 11, 6; 13, 57; 26, 31. 33...). De ahí que pueden
darse situaciones en las que sea bueno el escándalo: cuando a alguien le hace
caer de sus ideas equivocadas, de sus
falsas seguridades, de sus sentimientos de superioridad o de estados de ánimo parecidos.
2.
Jesús rechaza frontalmente el escándalo que se les puede causar a los "pequeños",
es decir, a los débiles, a los sencillos, a los que, mediante el escándalo, se
les aleja de la rectitud, de la justicia y la honestidad.
Es indignante el comportamiento de aquellas
personas que, por el cargo que ocupan o por el ejemplo que deben dar, escandalizan a tantas buenas
personas. Hablamos aquí de quienes
empujan a otros a formas de conducta aberrantes, que les hunden para siempre en
la culpa, la humillación, el resentimiento, la desesperanza, la desconfianza y
la decepción total.
3. Pero
también es cierto que pueden darse circunstancias en las que el escándalo sea
conveniente, incluso necesario. Escandalizar a los poderosos, para que se caigan de sus pedestales de falsa
gloria, de engañosa dignidad, y así abandonen sus poltronas de
instalación, eso puede ser excelente.
Sin duda, eso es lo que hacía Jesús.
Cuando Jesús cita a Is 26, 19, en respuesta a
los
emisarios
de Juan Bautista, afirmando que él se dedicaba a dar vida a los ciegos, a
limpiar leprosos, a resucitar muertos, a dar la buena noticia a los pobres,
el
mismo Jesús termina diciendo: "¡Y dichoso el que no se escandalice de
mí!" (Mt 11, 6).
Es evidente que a quienes se escandalizan de
que se les abran los ojos a los que van como ciegos por la vida, a esos les
viene divinamente el escándalo. Lo necesitan. En este sentido, no deberíamos
tener miedo a escandalizar a los puritanos, los prepotentes y los intolerantes.
SAN DIEGO DE ALCALA
En la Catedral de Alcalá de Henares, España, cada 13 de noviembre, se
exponen los restos de San Diego, con motivo de la fiesta de este santo que
llegó a ser patrono de los hermanos franciscanos legos y a realizar milagros
con ayuda de la Virgen María.
San Diego nació en una familia pobre de San Nicolás del Puerto,
Sevilla (1400). Siendo joven se decidió a vivir como ermitaño. Más adelante
sería recibido como hermano lego (no sacerdote) en los Franciscanos Frailes
Menores de la Observancia.
Fue de peregrino a Roma por el jubileo de 1450 y la canonización de
Bernardino de Siena. En ese tiempo una epidemia azotó la ciudad romana y San
Diego ayudó como enfermero por tres meses. Muchos sanaron milagrosamente.
Cierto día, un niño sufrió graves quemaduras por quedarse dormido
dentro de un horno que luego fue encendido. Tras la intercesión de San Diego,
el niño apareció sin quemaduras. El santo solía atribuir los milagros a la
Madre de Dios.
De vuelta a España fue portero y jardinero en el convento de Santa
María de Jesús en Alcalá de Henares, donde partió a la Casa del Padre un 12 de
noviembre de 1463.
Se dice que, al morir, expedía una milagrosa fragancia. Sus restos
fueron visitados por cardenales y miembros de la realeza, como Felipe II que
llevó el cuerpo de San Diego al palacio, obteniendo así la curación del príncipe
Carlos que se había accidentado.
La ciudad estadounidense de San Diego, al sur de California, lleva su
nombre debido a la misión que establecieron los franciscanos por esa zona.
Con motivo de esta celebración, la Catedral Magistral de Alcalá de
Henares permanecerá abierta desde las 8 hasta las 14 horas y desde las 16 hasta
las 21.
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