15 DE DICIEMBRE – VIERNES -
2ª - SEMANA DE ADVIENTO - B
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,
16-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: “¿A
quién se parece esta generación?
Se
parece a los niños sentados en la plaza que gritan a otros:
"Hemos tocado la flauta y no habéis bailado, hemos cantado
lamentaciones y no habéis llorado”.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen:
"Tiene un demonio".
Vino
el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen:
"Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y
pecadores”.
Pero los hechos dan razón a la Sabiduría de Dios".
1.
Cuando los evangelios utilizan la expresión esta generación, con eso
hacen un reproche a la gente que oyó a Juan y que oía también a Jesús. Pero el
hecho
es
que aquella gente no le hizo caso ni a Juan ni a Jesús. Y buscaron excusas para
justificar el rechazo de Juan, del que dijeron que estaba endemoniado y el
rechazo de Jesús, del que dijeron que era un comilón y un borracho.
Es frecuente, en la vida de mucha gente, maquillar
nuestros rechazos inconfesables utilizando insultos y ofensas. Cuando no
estamos de acuerdo con alguien,
pero
no tenemos argumentos para refutarle, lo que hacemos es insultarle o, de alguna
manera, ofenderlo.
2. El
Evangelio explica la diferencia entre Juan Bautista y Jesús contando el juego que
hacían dos grupos de niños en la plaza de un pueblo.
Uno de los grupos tocaba la flauta, imitando
una boda; el otro grupo cantaba lamentaciones, imitando un entierro. Pero en el
centro de la plaza había otros chiquillos que no querían entrar en el juego, ni
en el de la boda ni en el del entierro.
Es decir, había "una generación", un grupo
perverso, malo, que no quería ni boda ni entierro. Estos no querían nada más
que ser ellos mismos y hacer lo
que
a ellos les interesaba. De manera que, como no podían dar explicaciones de por
qué no querían nada con nadie, lo que hacían era insultar y ofender, tanto a
los que jugaban a boda como a los que imitaban un entierro.
¿Por qué contó Jesús esta historia que, a
primera vista, no parece tener importancia?
3. Jesús
echó mano de este cuento para dejar clara la diferencia entre la religión que predicó
Juan Bautista y la que vivió y explicó él mismo.
La boda es la fiesta de la vida. El entierro es
la memoria de la muerte.
La humanidad de Jesús es vida, gozo, alegría y disfrute
de vivir. La figura y la predicación tremenda
y dura de Juan es dolor, lágrimas y muerte. La felicidad y la tristeza se
contagian. Y lo que Jesús quiere es que nuestra forma de ser y de vivir contagiando
felicidad y haciendo dichosos a quienes conviven con nosotros.
La religión de Juan Bautista se centró en el problema
del pecado y los castigos contra los pecadores.
La religión de Jesús se centró en la felicidad
y el gozo de vivir, que contagió siempre Jesús, curando enfermos, comiendo con toda clase de personas,
acogiendo con bondad y cariño a los marginados y excluidos. Y nunca olvidemos que hacer lo que hizo Jesús
es mucho más duro y costoso que ponerse una
vestimenta extraña y comer poco y de mala manera.
SAN VALERIANO
Conmemoración de san Valeriano, obispo de Abbensa, en África
Proconsular, que, siendo más que octogenario, en la persecución vandálica fue
conminado por el rey arriano Genserico a que entregara los utensilios de la
Iglesia y, al rehusar constantemente hacerlo, fue expulsado de la ciudad con
orden de que nadie le dejara vivir ni en su casa ni en el campo, y durante
mucho tiempo estuvo a la intemperie, en la vía pública, acabando así su vida
bienaventurada como confesor de la verdad ortodoxa (c. 460).
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