6 DE DICIEMBRE - MIÉRCOLES
1ª SEMANA DE
ADVIENTO - B
Lectura del santo evangelio según san Mateo 15,
9-37
En aquel
tiempo Jesús, bordeando el lago de Galilea, subió al monte y se sentó en él.
Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y
muchos otros; los echaban a sus pies y él los curaba. La gente se admiraba al
ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista
a los ciegos, y dieron gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
"Me
da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué
comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el
camino".
Los discípulos le preguntaron:
"¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes
para saciar a tanta gente?".
Jesús les preguntó:
"¿Cuántos panes tenéis?".
Ellos contestaron:
"Siete y unos pocos peces'.
Él mandó que la gente se sentara en el suelo.
Tomó los siete panes y los peces, dijo la acción de gracias, los
partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Comieron
todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete cestas llenas.
1. Las
tres preocupaciones fundamentales que
ocuparon prácticamente toda la vida de Jesús, fueron:
1) La salud de los enfermos.
2) La alimentación de la gente, especialmente
de los pobres.
3) Las relaciones humanas de las personas.
Por eso, en los evangelios se habla
constantemente de las curaciones de
quienes padecían enfermedades, de las comidas de Jesús con toda clase de
personas y de las mejores relaciones posibles que podemos (y debemos)
tener
con los demás. En este relato, se nos recuerda la actividad de Jesús con los
enfermos y con los que no tenían qué comer.
De las relaciones humanas habla Jesús ampliamente
en sus discursos, por ejemplo, en el Sermón del Monte: el perdón, la
misericordia, la generosidad, la bondad
con todos y en todo momento, etc.
2. Es
importante caer en la cuenta de que estas tres grandes y fundamentales
preocupaciones de Jesús no son preocupaciones "religiosas", sino
preocupaciones "humanas". Es
decir, son problemas que interesan y preocupan normalmente a cualquier ser
humano, sea o no sea religioso y tenga las ideas o convicciones que tenga.
Porque, si nos atenemos a su conducta, lo importante para Jesús no era la
"religiosidad", sino la "humanidad".
Jesús fue un hombre profundamente religioso,
como quedó patente en su intensa y
frecuente relación con el Padre del Cielo. Lo mismo que en su insistente
oración al Padre, de la que con frecuencia nos informan los evangelios (Mt 14,
23; 19, 13; 26, 36. 39. 42. 44; Mc 1, 35; 6,46; 14, 32. 35. 39; Lc 3, 21; 5,
16; 6, 12; 9, 18. 28. 29; 11, 1; 22, 41. 44. 45).
Pero la religiosidad de Jesús no le llevó al
templo y al culto. Su religiosidad le llevó a ser bondadoso con todos. Y así es
como encontró al Padre.
3. Esta
multiplicación de los panes es la segunda que relata el evangelio de
Mateo. La primera se encuentra en Mt
14,13-21. Este segundo relato quiere
destacar
la importancia de este hecho en la vida de Jesús y en la vida de la Iglesia
(cf. J. C. Anderson).
El Evangelio destaca así que Dios quiere, sobre
todo, que nos preocupemos de los que pasan necesidad, de la injusticia del
sistema que nos domina, un sistema que
privilegia a unos pocos a costa del sufrimiento y la humillación de la inmensa
mayoría de los hijos de Dios. Y conste que este desequilibrio mundial tiende a
hacerse más enorme cada año, cada mes, cada día. Cortar esta dinámica de muerte
tiene que ser la preocupación mayor
de todo ser humano en este momento. Y en los próximos años.
SAN NICOLAS
Origen de la figura de Papá Noel o Santa Claus. Patrono de Rusia, de
Grecia y de Turquía.
San Nicolás de Mira (o Myra) o San Nicolás de Bari, obispo de Mira,
en Licia, famoso por su santidad y por su intercesión ante el trono de la
divina gracia (s. IV).
Este santo fue tan popular en la antigüedad, que se le han consagrado
en el mundo más de dos mil templos. Era invocado en los peligros, en los
naufragios, en los incendios y cuando la situación económica se ponía difícil,
y la gente conseguía por su intercesión favores admirables.
Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces
y regalos a los niños, y prácticamente con esta fecha se empezaban las
festividades de diciembre. Como en alemán se llama "San Nikolaus", lo
empezaron a llamar Santa Claus, y lo pintan como un anciano vestido de rojo,
con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y
dulces a los niños (entre nosotros lo llamaron Papá Noel).
De San Nicolás escribieron muy hermosamente San Juan Crisóstomo y
otros grandes santos. Su biografía la escribió San Metodio, Arzobispo de
Constantinopla, y de ella sacamos los siguientes datos curiosos.
Nació en Licia, Turquía, de padres muy ricos. Desde niño se
caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Decía a
sus padres: "sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos ha
dado tanto".
Tenía un tío que era obispo y este lo consagró como sacerdote. Al
morir sus padres atendiendo a los enfermos en una epidemia, él quedó heredero
de una inmensa fortuna. Entonces repartió sus riquezas entre los pobres y se
fue de monje a un monasterio. Después quiso visitar la Tierra Santa donde vivió
y murió Jesús, y al volver de allá llegó a la ciudad de Mira (en Turquía) donde
los obispos y sacerdotes estaban en el templo discutiendo a quién deberían
elegir como nuevo obispo de la ciudad, porque el anterior se había muerto. Al
fin dijeron: "elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo". Y
en ese momento sin saber esto, entró Nicolás y por aclamación de todos fue
elegido obispo. Por eso se le llama San Nicolás de Mira.
La especialidad de este santo fueron los milagros tan numerosos que
logró conseguir de Dios. Lo pintaban con unos niños, porque los antiguos
contaban que un criminal hirió a cuchillo a varios niñitos, y el santo al rezar
por ellos obtuvo su curación instantánea. También pintan junto a él a una
señorita, porque en su ciudad había un anciano muy pobre con tres hijas y no
lograba que se casaran por ser en tan extremo pobres. Entonces el santo por
tres días seguidos, cada noche le echó por la ventana una bolsa con monedas de
oro, y así el anciano logró casar a sus hijas muy bien.
Es Patrono de los marineros, porque estando unos marineros en medio
de una terribilísima tempestad en alta mar, empezaron a decir: "Oh Dios,
por las oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos". Y en ese
momento vieron aparecer sobre el barco a San Nicolás, el cual bendijo al mar,
que se calmó, y en seguida desapareció.
Otro día iban a condenar injustamente a tres amigos suyos que estaban
muy lejos. Ellos rezaron pidiendo a Dios que por la intercesión de Nicolás su
obispo los protegiera. Y esa noche en sueños el santo se apareció al juez y le
dijo que no podía condenar a esos tres inocentes. Y fueron absueltos.
El emperador Licino decretó una persecución contra los cristianos y
Nicolás fue encarcelado y azotado, pero siguió aprovechando toda ocasión que se
le presentaba, para enseñar la religión a cuantos trataban con él. Más tarde
llegó el emperador Constantino y lo liberó a él junto con todos los demás
prisioneros cristianos.
Luego apareció la herejía de Arrio que decía que Jesucristo no es
Dios. San Nicolás se opuso con toda su sabiduría y con su gran ascendiente y no
permitió que los arrianos entraran a su ciudad de Mira.
Dicen que el santo murió el 6 de diciembre del año 345.
En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde estuvo de
obispo, pero en occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los
mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí en secreto
las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia. En esa
ciudad se obtuvieron tan admirables milagros al rezarle a este gran santo, que
su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es Patrono de Rusia, de
Grecia y de Turquía. En Roma ya en el año 550 le habían construido un templo en
su honor.
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