28 DE DICIEMBRE -
JUEVES
Lectura del santo evangelio según san Mateo 2, 13-18
Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor
se apareció en sueños a José y le dijo:
"Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate
allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para
matarlo".
José se levantó, cogió al niño y a su
madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se
cumplió lo que dijo el Señor por el profeta:
"Llamé a mi hijo, para que saliera de
Egipto".
Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó
matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores,
calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.
Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías:
"Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes, es Raquel
que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven".
1.
Resulta chocante y llamativo que, de este extraño relato, haya quedado
sobre todo el recuerdo de los regalos al niño. Y, en contraste con este hecho
patente, no haya quedado la memoria hiriente y brutal del poder criminal que
utiliza a los niños, abusa de ellos, los mata en las guerras, no los educa
debidamente, no respeta sus derechos, no los quiere, no los cuida, no se
preocupa de su salud, etc.
No podemos ni imaginar la abrumadora cantidad de sufrimientos que nuestras
sociedades más avanzadas causan a la infancia. Es un crimen mundial que revela
uno de los hechos más brutales de nuestra brutalidad inhumana.
2. Es
verdad que mucha gente, que se ve a sí misma como "gente normal" o
incluso como "buena gente", por eso mismo no se ve como responsable
de las atrocidades que se hacen hoy contra cientos de miles de niños. Y eso es
cierto.
Pero no vendría mal caer en la cuenta de que el
problema de la educación de los niños es muy delicado y muy complejo. Por ejemplo:
- ¿por qué educamos a los niños
de forma que, si se portan bien, les hacemos un regalo?
Así los educamos a "portarse bien"
con la intención de "conseguir una ganancia o un
capricho".
Eso equivale a educar, no en el sentido del deber, sino en la ambición del
egoísmo.
3. Pero
este recuerdo de los "inocentes" nos viene a decir otra cosa de
enorme actualidad:
- ¿nos importan de verdad los "refugiados",
los que tienen que huir de sus países, de sus casas, de sus familias, de sus
culturas... para irse a países extraños y lejanos, sin papeles, sin derechos,
sin seguridad ni futuro?
Esto es lo que nos cuenta la leyenda de
"los inocentes". Y esto es lo que nos dicen casi todos los días las
"Noticias" de los informativos de la radio
y
de la tele.
- ¿Estamos seguros de que estamos haciendo lo
que tendríamos que hacer ante los gobernantes del mundo en esta espantosa
situación?
El papa Francisco no cesa de clamar en defensa
de estas criaturas, que nuestra "vergüenza", es la
"vergogna", que clamó el Papa en Lampedusa. Pero, por desgracia, a
nosotros no se nos cae la cara de vergüenza.
Urge modificar la educación. Porque urge
modificar la cultura. Vivimos una cultura de la violencia y de la muerte. Pero,
como es sabido, solamente mediante una educación distinta, podremos lograr una
cultura distinta. Una cultura que nos humanice y haga posible un mundo distinto y mejor.
LOS SANTOS INOCENTES
Cada 28 de Diciembre se recuerda la matanza que ordenó el rey Herodes en
Belén, para acabar con todos los niños menores de dos años y así liquidar al
futuro Rey de Israel. La tradición popular lo ha convertido también en día de
bromas, y la Iglesia aprovecha esta jornada para rezar por todos los niños
asesinados inocentemente antes de nacer, en una "Eucaristía por la
vida".
No se sabe de verdad cuántos fueron, pero la tradición establece que unos 30
niños menores de dos años murieron a manos de los soldados romanos.
El rey Herodes los mandó a matar, en un intento desesperado por asesinar al
Mesías, al verse burlado por los Reyes Magos, que habían venido para saludar al
recién nacido que sería el nuevo rey de los judíos.
Ellos le indicarían que lugar exacto estaba el Mesías. Pero, sospechando del
rey Herodes, los magos se volvieron a sus tierras por otro camino. Loco de
furia, Herodes mandó a matar a todos los niños menores de dos años de Belén y
sus alrededores.
Desde entonces, la Iglesia Católica celebra cada 28 de diciembre la fiesta
de los Santos Inocentes, para recordar esas crueles muertes de niños.
Y desde hace algunos años, la Iglesia Católica realiza también oficios
especiales, para rezar por todos los niños víctimas de la violencia mortal que
existe en nuestros días junto a los niños que no han podido nacer y han muerto
víctimas del aborto.
La tradición ha transformado este día también en el elegido para hacer
"bromas inocentes".
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