30 de Noviembre –
Viernes –
34ª – Semana del T.O. –
B
Fiesta de San Andrés apóstol
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
(10,9-18):
Si tus labios profesan
que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los
muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por
la profesión de los labios, a la salvación. Dice la Escritura: «Nadie que cree
en él quedará defraudado.» Porque no hay distinción entre judío y griego; ya
que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues
«todo el que invoca el nombre del Señor se salvará.»
Ahora bien, ¿cómo van a invocarlo, si no creen en
él?; ¿cómo van a creer, si no oyen hablar de él?; y ¿cómo van a oír sin alguien
que proclame?; y ¿cómo van a proclamar si no los envían? Lo dice la Escritura:
«¡Qué hermosos los pies de los que anuncian el Evangelio!»
Pero no todos han prestado oído al Evangelio; como
dice Isaías: «Señor, ¿quién ha dado fe a nuestro mensaje?» Así pues, la fe nace
del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo. Pero yo pregunto: «¿Es
que no lo han oído?» Todo lo contrario: «A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta
los límites del orbe su lenguaje.»
Palabra de Dios
Salmo: 18,2-3.4-5
R/. A toda la tierra alcanza su pregón
El cielo proclama la
gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R/.
Sin que hablen, sin que
pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (4,18-22):
En aquel tiempo, pasando
Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman
Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues
eran pescadores.
Les dijo:
«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y,
pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a
Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús
los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Palabra del Señor
1. ¿Cómo te encuentras en
tus tareas o, si la tienes, en tu profesión?
Andrés, de quién hoy celebramos su fiesta, parece que se
encontraba a gusto. Ahí le tenemos, echando el copo en el lago. Lo que había
visto hacer a su padre, lo que antes había hecho el padre de su padre… Una
tarea útil, que aporta alimento para otros… Una forma honrada de ganarse la
vida. No era un alto cargo, pero te permitía vivir.
Pero he aquí que pasa Jesús y le llama. Y le ofrece un nuevo
oficio: ser “pescador de hombres”. Seguirá siendo pescador: habrá que seguir
esforzándose, madrugar y embarcar; habrá que seguir teniendo una sensibilidad
fina como para saber cuándo y dónde echar la red; habrá que seguir teniendo
fuerza como para tirar cuando haga falta; habrá que seguir repartiendo el fruto
del trabajo, unos días más y otros menos… Pero ya no serán los peces el centro
de la vida, sino las personas. Ya no habrá redes, sino palabras. Y ya no habrá
una pequeña barca, sino que se trata de que todos vayamos en el mismo barco en
las cosas importantes, en las cosas de Dios.
2. ¿Cómo les sonaría a
aquellos primeros discípulos la llamada a ser “pescadores de hombres”? -¿Qué tendría la mirada y la llamada de Jesús,
para que lo dejaran todo y le siguieran?
Jesús también hoy sigue llamando. Como hace dos mil años, a
algunos les pide que cambien de oficio. A otros, que sigan en el que están,
pero de otra manera. Seamos lo que seamos, el evangelio nos invita a percibir
la mirada que hoy Jesús nos dirige y la llamada que nos hace. Desde donde
estemos. Contando con lo que somos y tenemos. Y tenerlo como patrón del nuevo
negocio que nos ofrece.
3. Escucharle y
responderle. Es algo que no se hace de una vez para siempre, sino que se repite
una y otra vez a lo largo de la vida. Eso es el seguimiento de Jesús. En ello
estamos.
SAN ANDRES, APOSTOL
Uno de los doce Apóstoles, hermano de
Simón Pedro.
Murió mártir en una cruz en forma de
X
Patrono de Rusia y Escocia
SAN ANDRES nació en Betsaida,
población de Galilea situada a orillas del lago de Genesaret. Era hijo del
pescador Jonás y hermano de Simón Pedro. La Sagrada Escritura no especifica si
era mayor o menor que éste. La familia tenía una casa en Cafarnaún y en ella se
alojaba Jesús cuando predicaba en esa ciudad.
Discípulo de Juan
Bautista
Cuando San Juan Bautista empezó a
predicar la penitencia, Andrés se hizo discípulo suyo. Precisamente estaba con
su maestro, cuando Juan Bautista, después de haber bautizado a Jesús, le vio
pasar y exclamó: "¡He ahí al cordero de Dios!" Andrés recibió luz del
cielo para comprender esas palabras misteriosas. Inmediatamente, él y otro
discípulo del Bautista siguieron a Jesús, el cual los percibió con los ojos del
Espíritu antes de verlos con los del cuerpo. Volviéndose, pues, hacia ellos,
les dijo: "¿Qué buscáis?" Ellos respondieron que querían saber dónde
vivía y Jesús les pidió que le acompañasen a su morada.
Apóstol de Jesús
Andrés y sus compañeros pasaron con
Jesús las dos horas que quedaban del día. Andrés comprendió claramente que
Jesús era el Mesías y, desde aquel instante, resolvió seguirle. Así pues, fue
el primer discípulo de Jesús. Por ello los griegos le llaman
"Proclete" (el primer llamado). Andrés llevó más tarde a su hermano a
conocer a Jesús, quien le tomó al punto por discípulo, le dio el nombre de
Pedro. Desde entonces, Andrés y Pedro fueron discípulos de Jesús.
Al principio no le seguían constantemente,
como habían de hacerlo más tarde, pero iban a escucharle siempre que podían y
luego regresaban al lado de su familia a ocuparse de sus negocios. Cuando el
Salvador volvió a Galilea, encontró a Pedro y Andrés pescando en el lago y los
llamó definitivamente al ministerio apostólico, anunciándoles que haría de ellos
pescadores de hombres. Abandonaron inmediatamente sus redes para seguirle y ya
no volvieron a separarse de EI.
Al año siguiente, nuestro Señor
eligió a los doce Apóstoles; el nombre de Andrés figura entre los cuatro
primeros en las listas del Evangelio.
También se le menciona a propósito de
la multiplicación de los panes (Juan, 6, 8-9) y de los gentiles que querían ver
a Jesús (Juan, 12, 20-22)
Después de Pentecostés
Aparte de unas cuantas palabras de
Eusebio, quien dice que San Andrés predicó en Scitia, y de que ciertas
"actas" apócrifas que llevan el nombre del apóstol fueron empleadas
por los herejes, todo lo que sabemos sobre el santo procede de escritos
apócrifos. Sin embargo, hay una curiosa mención de San Andrés en el documento
conocido con el nombre de "Fragmento de Muratori", que data de
principios del siglo III: "El cuarto Evangelio (fue escrito) por Juan, uno
de los discípulos. Cuando los otros discípulos y obispos le urgieron (a que
escribiese), les dijo: "Ayunad conmigo a partir de hoy durante tres días,
y después hablaremos unos con otros sobre la revelación que hayamos tenido, ya
sea en pro o en contra. Esa misma noche, fue revelado a Andrés, uno de los
Apóstoles, que Juan debía escribir y que todos debían revisar lo que
escribiese".
Teodoreto cuenta que Andrés estuvo en
Grecia; San Gregorio Nazianceno especifica que estuvo en Epiro, y San Jerónimo
añade que estuvo también en Acaya. San Filastrio dice que del Ponto pasó a
Grecia, y que en su época (siglo IV) los habitantes de Sínope afirmaban que
poseían un retrato auténtico del santo y que conservaban el ambón desde el cual
había predicado en dicha ciudad. Aunque todos estos autores concuerdan en la
afirmación de que San Andrés predicó en Grecia, la cosa no es absolutamente
cierta.
En la Edad Media era creencia general
que San Andrés había estado en Bizancio, donde dejó como obispo a su discípulo
Staquis (Rom. 14,9). El origen de esa tradición es un documento falso, en una
época en que convenía a Constantinopla atribuirse un origen apostólico para no
ser menos que Roma, Alejandría y Antioquía. (El primer obispo de Bizancio del
que consta por la historia, fue San Metrófanes, en el siglo IV).
Martirio
El género de muerte de San Andrés y
el sitio en que murió son también inciertos. La "pasión" apócrifa
dice que fue crucificado en Patras de Acaya. Como no fue clavado a la cruz,
sino simplemente atado, pudo predicar al pueblo durante dos días antes de
morir. Según parece, la tradición de que murió en una cruz en forma de "X"
no circuló antes del siglo IV.
En tiempos del emperador Constancio
II (+361), las presuntas reliquias de San Andrés fueron trasladadas de Patras a
la iglesia de los Apóstoles, en Constantinopla. Los cruzados tomaron
Constantinopla en 1204, y, poco después las reliquias fueron robadas y
trasladadas a la catedral de Amalfi, en Italia.
San Andrés es el patrono
de Rusia y de Escocia.
Según una tradición que carece de
valor, el santo fue a misionar hasta Kiev. Nadie afirma que haya ido también a
Escocia, y la leyenda que se conserva en el Breviario de Aberdeen y en los
escritos de Juan de Fordun, no merece crédito alguno. Según dicha leyenda, un
tal San Régulo, que era originario de Patras y se encargó de trasladar las
reliquias del apóstol en el siglo IV, recibió en sueños aviso de un ángel de
que debía trasportar una parte de las mismas al sitio que se le indicaría más
tarde. De acuerdo con las instrucciones, Régulo se dirigió hacia el noroeste,
"hacia el extremo de la tierra"". El ángel le mandó detenerse donde
se encuentra actualmente Saint Andrews, Régulo construyó ahí una Iglesia para
las reliquias, fue elegido primer obispo del lugar y evangelizó al pueblo
durante treinta años. Probablemente esta leyenda data del siglo VIII. El 9 de
mayo se celebra en la diócesis de Saint Andrews la fiesta de la traslación de
las reliquias.
El nombre de San Andrés figura en el
canon de la misa, junto con los de otros Apóstoles. También figura, con los
nombres de la Virgen Santísima y de San Pedro y San Pablo, en la intercalación
que sigue al Padrenuestro. Esta mención suele atribuirse a la devoción que el
Papa San Gregorio Magno profesaba al santo, aunque tal vez data de fecha
anterior.
-Vidas de los Santos de Butler, Vol. IV.
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