jueves, 31 de octubre de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 1 de NOVIEMBRE – VIERNES – 30ª – SEMANA DEL T. O. – C –




1 de NOVIEMBRE – VIERNES –
30ª – SEMANA DEL T. O. – C –

Lectura del libro del Apocalipsis (7,2-4.9-14):
Yo, Juan, vi a otro Ángel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes había encomendado causar daño a la tierra y al mar:
«No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.»
Y oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel.
Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
Y gritan con fuerte voz:
«La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»
Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios diciendo:
«Amén, alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos, amén.»
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo:
«Esos que están vestidos con vestiduras blancas quiénes son y de dónde han venido?»
Yo le respondí:
«Señor mío, tú lo sabrás.»
Me respondió:
«Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la Sangre del Cordero.»

Palabra de Dios

Salmo: 23,1-2.3-4ab.5-6

R/. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,1-3):
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es.
Todo el que tiene esta esperanza en él se purificará a sí mismo, como él es puro.

Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12):
Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»

Palabra del Señor

1.  La primera impresión que se tiene, al leer las bienaventuranzas, es una
impresión desconcertante.   Porque se trata de un texto contradictorio y "contracultural".
¿En qué cultura se puede afirmar que los "dichosos" son todos los desgraciados   de este mundo?
Es verdad que Jesús dijo las bienaventuranzas pensando en su comunidad de discípulos y, por tanto, dirigiéndose a ellos. Pero, cuando se leen los evangelios hasta el final, nos    encontramos con la inesperada sorpresa de constatar que, en el juicio último y definitivo de Dios sobre la historia, las naciones y los seres humanos, entonces     encontramos la clave del mensaje que contienen las bienaventuranzas.  Y esa clave nos dice que Dios se identifica con todo el que sufre.
El que encuentra el dolor y el desamparo, lo que realmente encuentra   es a Dios. En esto consiste el mensaje    más profundo de las bienaventuranzas.

2.  Pero, además de eso, las   bienaventuranzas expresan los efectos sorprendentes y las inesperadas consecuencias que produce el mensaje del Evangelio cuando este llega a ser la "convicción" que determina la vida de un   grupo dijo Jesús, es un espacio humano en el que se producen hechos increíbles: los pobres dejan de ser unos desgraciados y se sienten felices; los que sufren y lloran encuentran el remedio para sus males; los perseguidos y calumniados se dan cuenta  de que el odio y la maldad de los demás no les hacen daño y que vale la pena pasar por encima de todo eso. Porque la dicha que se vive en la comunidad de discípulos vale más que cualquier otra cosa.   

3.  Si, efectivamente, las bienaventuranzas expresan los frutos que   se producen en una comunidad de personas que "creen" en Jesús y lo "siguen", entonces hay que llegar a la conclusión según la cual Jesús no pensó, ni pudo pensar, en que su mensaje podría (y tendría que) abarcar a toda la sociedad.  Porque es absurdo pensar que toda la sociedad va a pensar así y va a vivir así.
Un "mensaje profético" puede configurar a una sociedad entera, a una cultura, a millones de personas.  Las bienaventuranzas no pueden abarcar tanto.  Para eso sería necesario modificar la condición humana.
El cristianismo y la Iglesia han preferido la "extensión" a costa de la "autenticidad".
Hablamos de más de mil millones de cristianos. Pero, realmente, ¿somos tantos? 
Los pobres "cristianos" ¿son felices?; ¿y los que sufren y lloran?, ¿qué hemos   hecho del Evangelio? 
Mera palabrería, vacía de contenido, si nos atenemos a nuestras conductas.
   Lo más urgente -ahora y siempre- es que la Iglesia crea en el Evangelio. Y viva de acuerdo con él. Esto es lo primero y principal.  

Fiesta de todos los santos


La Iglesia peregrina en la tierra celebra, en un único gozo, la memoria de los que alegran el cielo; recibe de ello estímulo y ejemplo, a la espera de alcanzar la corona del triunfo en la visión eterna de Dios.

Se hicieron santos por los medios que también nosotros podemos emplear, y que por los méritos de Jesucristo se nos ha prometido la misma gloria que ellos gozan en el cielo.   
Hoy, primero de noviembre se celebra la fiesta de Todos los Santos. Para toda la Iglesia es una gran celebración porque hay gran fiesta en el cielo. Para nosotros es una gran oportunidad de agradecer todos los beneficios, todas las gracias que Dios ha derramado en personas que han vivido en esta tierra y que han sido como nosotros, con las mismas debilidades, y con las fortalezas que vienen del mismo Dios. Celebremos este día con un corazón agradecido, porque Dios ha estado grande con nosotros y estamos alegres.
Hoy es un buen día para reflexionar todo el bien espiritual y material que por intercesión de los santos hemos obtenido y tenemos hasta el día de hoy, pues los santos que desearon la Gloria de Dios desde aquí en la tierra lo siguen deseando en la visión beatifica, y comparten el mismo deseo de Nuestro Señor Jesucristo de que todos los hombres se salven, que todos los hombres glorifiquen a Nuestro Señor.
La Iglesia ha instituido la Fiesta de Todos los santos por las siguientes razones:

1.- Para alabar y agradecer al Señor la merced que hizo a sus siervos, santificándolos en la tierra y coronándolos de gloria en el cielo.

2.- Para honrar en este día aun a los Santos de que no se hace fiesta particular durante el año.

3.- Para procurarnos mayores gracias multiplicando los intercesores.

4.- Para reparar en este día las faltas que en el transcurso del año hayamos cometido en las fiestas particulares de los Santos.

5.- Para animarnos más a la virtud con los ejemplos de tantos Santos de toda edad, sexo y condición, y con la memoria de la recompensa que gozan en el cielo.
Ha de alentarnos a imitar a los Santos el considerar que ellos eran tan débiles como nosotros y sujetos a las mismas pasiones; que, fortalecidos con la divina gracia, se hicieron santos por los medios que también nosotros podemos emplear, y que por los méritos de Jesucristo se nos ha prometido la misma gloria que ellos gozan en el cielo.
Se celebra la fiesta de Todos los Santos con tanta solemnidad porque abraza todas las otras fiestas que en el año se celebran en honor de los Santos y es figura de la fiesta eterna de la gloria.
Para celebrar dignamente la fiesta de Todos los Santos debemos:

1.- Alabar y glorificar al Señor por las mercedes que hizo a sus siervos y pedirle que asimismo nos las conceda a nosotros.

2.- Honrar a todos los Santos como a amigos de Dios e invocar con más confianza su protección.
3.- Proponer imitar sus ejemplos para ser un día participante de la misma gloria.
Es importante en este día tan importante para toda la Iglesia detenernos a pensar en todo el bien que Dios ha dado a la humanidad por medio de tantos hombres y mujeres que fieles a la voluntad de Dios, fieles a su amor fueron testigos del Reino del Señor. La cantidad de santos, santas y mártires que dejaron una huella tan profunda en su paso por esta tierra que ni el tiempo ni los cambios de generaciones han podido borrar. Y si decimos que es de todos los Santos es porque también celebramos a tantos Santos y Mártires que Dios ha querido tener en el anonimato, y que nosotros no conocemos por su nombre, pero sabemos por la fe que están dando gloria a Dios.
Celebremos con gozo este día, y pidámosle a Dios Nuestro Señor nos conceda disfrutar en esta tierra de la protección de sus santos y que un día nos conceda estar con ellos para glorificarlo en su eternidad.
Que Santa María Reina de los santos nos conceda la alegría de servir con humildad a Dios esta tierra para verle y gozarle en la vida eterna.
Fuente: Catholic.net

martes, 29 de octubre de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 31 de OCTUBRE – JUEVES – 30ª – SEMANA DEL T. O. – C – San Alonso Rodríguez




31 de OCTUBRE – JUEVES –
30ª – SEMANA DEL T. O. – C –
San Alonso Rodríguez

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,31b-39):

Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él?
¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?, como dice la Escritura: «Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza.»
Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Palabra de Dios

Salmo: 108,21-22.26-27.30-31

R/. Sálvame, Señor, por tu bondad

Tú, Señor, trátame bien, por tu nombre,
líbrame con la ternura de tu bondad;
que yo soy un pobre desvalido,
y llevo dentro el corazón traspasado. R/.

Socórreme, Señor, Dios mío,
sálvame por tu bondad.
Reconozcan que aquí está tu mano,
que eres tú, Señor, quien lo ha hecho. R/.

Yo daré gracias al Señor con voz potente,
lo alabaré en medio de la multitud:
porque se puso a la derecha del pobre,
para salvar su vida de los jueces. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (13, 31-35):

En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle:
«Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte.»
Él contestó:
«ld a decirle a ese zorro: "Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término."
Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará vacía.
Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: "Bendito el que viene en nombre del Señor."»

Palabra del Señor

1.   Parece lo más probable que   efectivamente Herodes quería acabar   con el movimiento profético de Jesús. Ya, en el relato de la curación del manco en la
sinagoga, aparecen los partidarios de Herodes que querían matar a Jesús (Mc 3, 6) (F. Bovon).
A Herodes le preocupaba la predicación y el influjo que Jesús tenía
sobre amplios sectores del pueblo (Mc 6, 14-16; Lc 9, 7-9; 13, 31-32; 23, 6-12; cf.
8, 3; Hech 13, 1).
Además, el recurso al espionaje era muy habitual en el Imperio durante el s. I (J. P. Meier).
¿Se puede asegurar que Herodes quiso realmente matar a Jesús?
Es lo más probable. En todo caso, la respuesta de Jesús, al calificar a Herodes de "zorro" "álopes", indica su absoluta libertad frente al poder político y, en general, frente a los notables de su tiempo.
La metáfora del "zorro" se asociaba a la "gallina" y se contraponía al "león" (A. W. Verrall).

2.  Pero lo más importante, que hay en este relato, es el lamento que hace Jesús sobre Jerusalén, la ciudad santa, en cuyo Templo el judaísmo localizaba la presencia divina y que era la alegría de todos los pueblos (Is 25, 6-10; Jer 4, 9-17). 
Pues bien, a esta ciudad precisamente, centro de la religiosidad de aquel pueblo, Jesús llama ciudad asesina. Era la ciudad que honraba a los sacerdotes y celebraba el culto sagrado, pero mataba a los profetas.
Se sabe que Jerusalén, en tiempos de Jesús, vivía del Templo y del enorme flujo  de peregrinos que acudían de todo el Imperio (J. Jeremias). Mientras que el Templo y el culto daban dinero, los profetas creaban problemas y malestar con sus denuncias.  
La religión no tolera estas situaciones. Y, si es preciso, mata a quien le estorba.

3.   Por otra parte, Jesús, imagen visible de Dios (Col 1, 15) y encarnación de Dios (Jn 1, 14), que revela al mismo Dios (Jn 1, 18; 14, 9-10), se presenta en la entrañable imagen de la gallina madre "órnis" (Mt 23, 37), representación de la solicitud protectora (cf. Deut 32, 11; Is 35, 5; Sal 36, 8), que cubre con su cuerpo y sus alas a sus hijos, de forma que prefiere morir ella en las garras de una de las grandes aves rapaces, antes que abandonar desamparados a sus polluelos. Es una de las más bellas e impresionantes metáforas del cariño maternal del Dios de Jesús.
Así tendría que ser y verse siempre esta Iglesia, que prolonga, en la historia, la presencia de Jesús, defensor y protector de los más débiles.

San Alonso Rodríguez



En la ciudad de Palma, en la isla de Mallorca, san Alfonso Rodríguez, que, al perder su esposa e hijos, entró como religioso en la Compañía de Jesús y estuvo como portero del colegio de aquella ciudad durante largos años, mostrando una gran humildad, obediencia y constancia en una vida penitente.

Vida de San Alonso Rodríguez
Estaba un día enfermo y le llevó el enfermero la comida a la cama con un mandato de parte del Padre Superior: «que se coma todo el plato». Cuando regresa el enfermero, le encuentra deshaciendo el plato y comiéndolo pulverizado. El santo se impuso a sí mismo una obediencia ciega; se exigió a sí mismo tanto que uno de los padres le dijo un buen día «que obedecía a lo asno».
Nació en Segovia en el año 1533, segundo de los once hijos del matrimonio formado por Diego Rodríguez y María Gómez que vivían del comercio de paños.
Su niñez y juventud estuvieron ligadas a la Compañía de Jesús. A los doce años fueron alojados en su casa Pedro Fabro y otro jesuita, cuyas enseñanzas atesoró. Estudió en el Colegio de los jesuitas de Alcalá de Henares.
A la muerte de su padre se encarga de sacar adelante el negocio familiar, pero su incompetencia es notable para el negocio de los paños.
Contrae matrimonio con María Juárez con quien tiene dos hijos. Pero la mala fortuna parece que le persigue: muere uno de sus hijos y su mujer y el negocio va de mal en peor; luego fallece su otro hijo y su madre. Alonso se ha quedado solo.
Se produce entonces una crisis fuerte que resuelve con confesión general y con el deseo de comenzar una nueva vida tomando un impresionante ritmo interior de trato con Dios y que mantiene por seis años. Cede a sus hermanos sus bienes y marcha a Valencia en 1569 con el propósito de ingresar en la Compañía; pero no contaba con insalvables obstáculos: su edad, la falta de estudios y escasa salud.

Trabaja entonces en comercio y de ayo.
Por fin es admitido en el Colegio Monte Sión en el año 1571; desde el año 1572 ocupa el cargo de portero hasta el 1610 que hacen casi cuarenta años
Es considerado en la Compañía como modelo para los hermanos legos por su ejercicio permanente para lograr auténtica familiaridad con Dios, por su obediencia absoluta y por su amor y deseo de tribulación.
Este humilde y santo portero fue durante su vida un foco radiante de espiritualidad de la que se beneficiaron tanto los superiores que le trataron como los novicios con los que tuvo contacto; un ejemplo representativo está en San Pedro Claver, el apóstol de los esclavos.
Con sus cartas ejerce un verdadero magisterio. Su lenguaje es sencillo y el popular de la época, pero logra páginas de singular belleza al tratar temas de mayor entusiasmo. La santidad que describe en sus escritos no es aprendida en los libros, es fruto de su experiencia espiritual.
Fue canonizado por el papa León XIII junto con San Pedro Claver.

(Fuente: archimadrid.es)


Párate un momento: El Evangelio del dia 30 de OCTUBRE – MIERCOLES – 30ª – SEMANA DEL T. O. – C – San Marcelo de León




30 de OCTUBRE – MIÉRCOLES –
30ª – SEMANA DEL T. O. – C –


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,26-30):

El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.
Sabemos también que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.
A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Palabra de Dios

Salmo: 12,4-5.6

R/. Yo confío, Señor, en tu misericordia

Atiende y respóndeme, Señor, Dios mío;
da luz a mis ojos para que no me duerma en la muerte,
para que no diga mi enemigo: «Le he podido»,
ni se alegre mi adversario de mi fracaso. R/.

Porque yo confío en tu misericordia:
alegra mi corazón con tu auxilio,
y cantaré al Señor
por el bien que me ha hecho. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,22-30):

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó:
«Señor, ¿serán pocos los que se salven?»
Jesús les dijo:
 «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha.
Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo:
"Señor, ábrenos"; y él os replicará: "No sé quiénes sois."
Entonces comenzaréis a decir:
"Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas."
Pero él os replicará:
"No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados."
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»

Palabra del Señor

1.  Esta recopilación de sentencias, que hizo Lucas, nos recuerda a todos
aquellos y aquellas, que se empeñan en dulcificar el Evangelio, que el acceso
al Reino de Dios está aguardando nuestra respuesta (F.  Bovon).
 Desde otro punto de vista, este conjunto de sentencias, que Lucas atribuye a Jesús, no es posible saber si todas provienen del mismo Jesús, ni menos aún si todas ellas fueron dichas de esta manera y en este orden. 
Se puede decir que lo más probable   es que aquí nos encontremos con una    amalgama de materiales heterogéneos (R. Bultmann).  En cualquier caso, este discurso, tal como aquí se nos presenta, es una composición organizada por el evangelista Lucas (J. A. Fitzmyer).
Esto supuesto, ¿qué es lo que aquí nos dice el Evangelio?

2.  La pregunta, que le hacen a Jesús sobre la salvación, expresa una creencia
bastante común y extendida en el judaísmo de aquel tiempo: "Todo israelita,
por el hecho de serio, entrará a formar parte del mundo futuro" (San, 10, 1).
Esto supuesto, era lógico preguntar: ¿cuál es la relación del conjunto de la
humanidad con relación a este "Reino" que predica Jesús? (Fitzmyer).
La respuesta de Jesús da que pensar.   Porque viene a decir que muchos de los que creen que ellos son los predilectos, se van a encontrar con que a ellos se les da con la puerta en las narices. Y mientras tanto, verán cómo, de los cuatro puntos cardinales, es decir, de todo el mundo, de   los paganos y de las gentes de todas las culturas y tradiciones religiosas, vendrán los que se van a sentar en el banquete del Reino.
Ahora bien, todo esto entraña una consecuencia muy seria: la pertenencia al Reinado de Dios no depende de la pertenencia a una determinada religión, sino de la honestidad y coherencia de cada ser humano.

3.  Es una desgracia importante tener el convencimiento de que uno pertenece a un grupo de selectos, de elegidos, de "predilectos" de Dios sobre los demás. 
Estos sentimientos, bajos y torpes, son un engaño serio en la vida. Y un engaño peligroso.   Porque todo eso no sirve sino para producir falsas seguridades. Y generar posturas de inconsciente desprecio hacia los demás, hacia los
que no pertenecen al grupo de los selectos. Además, así se crean divisiones y hasta enfrentamientos. 
Por otra parte, todo eso no sirve sino para acrecentar el amor propio, un orgullo mal disimulado, y un sentimiento de superioridad que nunca tiene buenas   consecuencias. 
En suma, coloca al individuo en los
antípodas del Evangelio.

San Marcelo de León


En Tánger, de Mauritania, pasión de san Marcelo, centurión, que el día del cumpleaños del emperador, mientras los demás sacrificaban, se quitó las insignias de su función y las arrojó al pie de los estandartes, afirmando que por ser cristiano no podía seguir manteniendo el juramento militar, pues debía obedecer solamente a Cristo, e inmediatamente fue degollado, consumando así su martirio.
Marcelo fue un Centurión que, según parece, pertenecía a la Legio VII Gemina y el lugar de los hechos bien pudo ser la ciudad de León.

Su proceso tuvo lugar en dos pasos: primero en España, ante el presidente o gobernador Fortunato (28 de Julio del 298) y en Tánger el definitivo, ante Aurelio Agricolano (30 de Octubre del mismo año).
Fortunato envió a Agricolano el siguiente texto causa del juicio contra Marcelo: «Manilio Fortunato a Agricolano, su señor, salud. En el felicísimo día en que en todo el orbe celebramos solemnemente el cumpleaños de nuestros señores augustos césares, señor Aurelio Agricolano, Marcelo, centurión ordinario, como si se hubiese vuelto loco, se quitó espontáneamente el cinto militar y arrojó la espada y el bastón de centurión delante de las tropas de nuestros señores».
Ante Fortunato, Marcelo explica su actitud diciendo que era cristiano y no podía militar en más ejército que en el de Jesucristo, hijo de Dios omnipotente.
Fortunato, ante un hecho de tanta gravedad, creyó necesario notificarlo a los emperadores y césares y enviar a Marcelo para que lo juzgase su superior, el viceprefecto Agricolano. En Tánger, y ante Agricolano, se lee a Marcelo el acta de acusación, que él confirma y acepta, por lo que es condenado a la decapitación.

La leyenda -no necesariamente falsa- abunda en algunos detalles que, si bien no son necesarios para el esclarecimiento del hecho, sí lo explicita, o al menos lo sublima para estímulo de los cristianos. Así, se añade la puntualización de que se trataba de un acto oficial y solemne en que toda la tropa militar estaba dispuesta para ofrecer sacrificios a los dioses paganos e invocar su protección sobre el Emperador.

domingo, 27 de octubre de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 29 de OCTUBRE – MARTES – 30ª – SEMANA DEL T. O. – C – San Narciso de Jerusalén




29 de OCTUBRE – MARTES – 30ª – SEMANA DEL T. O. – C –

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,18-25):

Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.

Palabra de Dios

Salmo: 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6

R/. El Señor ha estado grande con nosotros

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,18-21):

En aquel tiempo, decía Jesús:
«¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé?
Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.»
Y añadió:
«¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.»

Palabra del Señor

1.   Podemos decir que, mediante las parábolas más breves, Jesús dice lo más
profundo. Y así traza un plan proyecto para la Iglesia. Como es bien sabido, el grano de mostaza es de lo más pequeño   que hay entre las simientes. Sin embargo, de lo más pequeño nace, crece y se hace un arbusto en el que ponen su nido y se cobijan las aves del cielo.
Lo que Jesús quiere destacar, mediante esta parábola, tan breve y tan sencilla, es la fuerza y la vitalidad que tiene lo pequeño, lo que parece insignificante, todo aquello a lo que la mayoría de la gente no le concede importancia.  Sin embargo, está bien demostrado que el gigantismo está condenado al fracaso.
Hace millones de años, en la tierra había dinosaurios y hormigas. Los dinosaurios desaparecieron y de ellos solo quedan fósiles. Las hormigas siguen adelante.

2.  Abunda la gente que tiene pasión por la grandeza.  Dedican tiempo y
dinero a actos solemnes de grandeza.  Porque se imaginan que así el tema de
Dios, el problema de la religión, la presencia de la Iglesia, todo eso está más
presente en la sociedad y en la vida.
¡Qué gran engaño!  ¡Y qué gran mentira!
Por eso, hemos hecho catedrales grandes. Y organizamos grandes    encuentros de carácter religioso. Todo eso es pura patraña. Y engaño de ingenuos, propio de chiquillos, de personas con una mentalidad infantil y que no pasa de una
vanidad tan pueril como su mente. 
Jesús no organizó nada grandioso, llamativo o fastuoso. No quería ni que los   demonios o los enfermos curados por él fueran proclamando, en plan propagandístico, las maravillas que él hacía. Jesús no organizó concentraciones.
A Jesús lo buscaba la gente. Y, por cierto, la gente más sencilla, los pobres, los lisiados, los pecadores, todo lo marginal y que suele ser despreciado en la sociedad. Pero Jesús no organizaba nada. Jesús seducía.

3.  Lo mismo la parábola del grano de mostaza, que la de la levadura, lo que destacan, en definitiva, es que Jesús quiere que el Evangelio se difunda
cambiando lo interior de las personas.
No en la pomposidad de lo externo, lo
solemne, lo que ocupa un espacio llamativo en la ciudad de los hombres.
La religiosidad de Jesús se identifica con la vida, sobre todo con la vida sencilla
de los más sencillos, de los humildes, de los pobres y los niños. Porque eso es lo que cambia el corazón humano. Y lo que nos humaniza.  Lo demás es pomposidad y fatuidad engañosa.

San Narciso de Jerusalén


Conmemoración de san Narciso, obispo de Jerusalén, merecedor de alabanzas por su santidad, paciencia y fe. Acerca de cuándo debía celebrarse la Pascua cristiana, manifestó estar de acuerdo con el papa san Víctor, y que no había otro día que el domingo para celebrar el misterio de la Resurrección de Jesucristo. Descansó en el Señor a la edad de ciento dieciséis años (c. 222).

Vida de San Narciso de Jerusalén
Narciso nació a finales del siglo I en Jerusalén y se formó en el cristianismo bebiendo en las mismas fuentes de la nueva religión. Debieron ser sus catequistas aquellos que el mismo Salvador había formado o los que escucharon a los Apóstoles.
Era ya presbítero modelo con Valente o con el Obispo Dulciano. Fue consagrado obispo, trigésimo de la sede de Jerusalén, en el 180, cuando era de avanzada edad, pero con el ánimo y dinamismo de un joven. En el año 195 asiste y preside el concilio de Cesarea para unificar con Roma el día de la celebración de la Pascua.
Tres de sus clérigos —también de la segunda o tercera generación de cristianos- no pudieron resistir el ejemplo de su vida, ni sus reprensiones, ni su éxito. Se conjuraron para acusarle, sin que sepamos el contenido, de un crimen atroz.
Viene el perdón del santo a sus envidiosos difamadores y toma la decisión de abandonar el gobierno de la grey, viendo con humildad en el acontecimiento la mano de Dios. Secretamente se retira a un lugar desconocido en donde permanece ocho años.
Uno de los maldicientes hace penitencia y confiesa en público su infamia. Regresa Narciso de su autodestierro y permanece ya acompañando a sus fieles hasta bien pasados los cien años. En este último tramo de vida le ayuda Alejandro, obispo de Flaviada en la Capadocia, que le sucede.

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