7 de OCTUBRE – LUNES –
27ª – SEMANA DEL T. O. – C –
Comienzo
de la profecía de Jonás (1,1–2,1.11):
Jonás, hijo de Amitai, recibió la palabra del Señor:
«Levántate
y vete a Nínive, la gran ciudad, y proclama en ella: "Su maldad ha llegado
hasta mí."»
Se
levantó Jonás para huir a Tarsis, lejos del Señor; bajó a Jafa y encontró un
barco que zarpaba para Tarsis; pagó el precio y embarcó para navegar con ellos
a Tarsis, lejos del Señor. Pero el Señor envió un viento impetuoso sobre el
mar, y se alzó una gran tormenta en el mar, y la nave estaba a punto de
naufragar.
Temieron
los marineros, e invocaba cada cual a su dios. Arrojaron los pertrechos al mar,
para aligerar la nave, mientras Jonás, que había bajado a lo hondo de la nave,
dormía profundamente.
El
capitán se le acercó y le dijo:
«¿Por
qué duermes? Levántate e invoca a tu Dios; quizá se compadezca ese Dios de
nosotros, para que no perezcamos.»
Y
decían unos a otros:
«Echemos
suertes para ver por culpa de quién nos viene esta calamidad.»
Echaron
suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.
Le
interrogaron:
«Dinos,
¿por qué nos sobreviene esta calamidad? ¿Cuál es tu oficio? ¿De dónde vienes?
¿Cuál es tu país? ¿De qué pueblo eres?»
Él
les contestó:
«Soy
un hebreo; adoro al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme.»
Temieron
grandemente aquellos hombres y le dijeron:
«¿Qué
has hecho?»
Pues
comprendieron que huía del Señor, por lo que él había declarado.
Entonces
le preguntaron:
«¿Qué
haremos contigo para que se nos aplaque el mar?»
Porque
el mar seguía embraveciéndose.
Él
contestó:
«Levantadme
y arrojadme al mar, y el mar se aplacará; pues sé que por mi culpa os sobrevino
esta terrible tormenta.»
Pero
ellos remaban para alcanzar tierra firme, y no podían, porque el mar seguía
embraveciéndose.
Entonces
invocaron al Señor, diciendo:
«¡Ah,
Señor, que no perezcamos por culpa de este hombre, no nos hagas responsables de
una sangre inocente! Tú eres el Señor que obras como quieres.»
Levantaron,
pues, a Jonás y lo arrojaron al mar; y el mar calmó su cólera. Y temieron mucho
al Señor aquellos hombres.
Ofrecieron
un sacrificio al Señor y le hicieron votos. El Señor envió un gran pez a que se
comiera a Jonás, y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches
seguidas. El Señor dio orden al pez, y vomitó a Jonás en tierra firme.
Palabra
de Dios
Salmo: Jon
2,3.4.5.8
R/.
Sacaste mi vida de la fosa, Señor
En mi aflicción clamé al Señor
y me atendió;
desde el vientre del
abismo pedí auxilio,
y escuchó mi clamor. R/.
Me arrojaste a lo profundo en alta mar,
me rodeaban las olas,
tus corrientes y tu
oleaje
pasaban sobre mí. R/.
Yo dije: «Me has arrojado de tu presencia;
quién pudiera ver de
nuevo tu santo templo.» R/.
Cuando se me acababan las fuerzas
me acordé del Señor;
llegó hasta ti mi
oración,
hasta tu santo templo. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (10,25-37):
En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a
Jesús para ponerlo a prueba:
«Maestro,
¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»
Él
le dijo:
«¿Qué
está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
Él
contestó:
«Amarás
al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus
fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.»
Él
le dijo:
«Bien
dicho. Haz esto y tendrás la vida.»
Pero
el maestro de la Ley, queriendo justificarse, preguntó a Jesús:
«¿Y
quién es mi prójimo?»
Jesús
dijo:
«Un
hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo
desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por
casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y
pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio
un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde
estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas,
echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a
una posada y lo cuidó.
Al
día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo:
"Cuida
de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta."
¿Cuál
de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los
bandidos?»
Él
contestó:
«El
que practicó la misericordia con él.»
Díjole
Jesús:
«Anda,
haz tú lo mismo.»
Palabra
del Señor
1.
Sean cuales sean los matices que se le puedan poner a este relato en su
conjunto y tal como ha llegado hasta nosotros, hay un hecho, que es lo que
aparece más destacado en la parábola (y
en la ocasión en que Jesús la contó), y que, sin embargo, con frecuencia no se
suele tener en cuenta.
Por supuesto, como bien sabemos,
de esta parábola se desprende una excelente enseñanza sobre el amor al
prójimo. Y, además, el prójimo, considerado, no desde el punto de vista del que
"está necesitado", sino del que "ayuda al necesitado", que
bien puede ser (como ocurre en este caso) el odiado samaritano. Mucho más
prójimo que el respetado sacerdote. Esto está claro en la parábola y nadie lo
pone en duda.
2.
Pero, en este relato, hay algo que es mucho más frecuente y en lo que
mucha gente no se fija.
Se trata de que, a fin de cuentas, el
hombre bueno y misericordioso resulta ser el "hereje", el
despreciable samaritano, que ni iba al Templo, ni pretendía aparecer como un religioso
"observante".
Mientras que los personajes, que Jesús
presenta como censurables, son un sacerdote, un levita y hasta un letrado o
teólogo de aquel tiempo. El sacerdote y el levita porque fueron insensibles
ante el sufrimiento de la víctima. Y el
letrado porque "quiso aparecer como justo".
O sea, el criterio de Jesús es que
quienes "dan un rodeo", ante los que se desangran en la vida, son los
"hombres de la religión". Y los que quieren "aparecer" como
personas ejemplares son curiosamente los entendidos en la ley religiosa, los
teólogos de oficio.
3.
Si el relato está contado así, esto no quedó redactado de esta forma por
casualidad. Esto está intencionadamente puesto en la parábola. Por eso la
pregunta, que se plantea, es tan clara como provocativa:
- ¿qué tiene la religión que a sus
funcionarios, les desarrolla tanto la preocupación por "aparecer como
justos" y les atrofia más aún la "sensibilidad y la sintonía ante el
sufrimiento" de las víctimas de este mundo?
Hay personas religiosas que son ejemplares.
Pero, tal como está este mundo y se ha puesto la vida, "ser
ejemplar", en este momento supone y exige ponerse "de parte de"
las víctimas. Y, por tanto "en contra de los causantes del sufrimiento de
los que luchan, no ya "por el trabajo" o "por la vivienda",
sino sobre todo "por la vida", que son más de mil millones de
criaturas, en este momento. Esto supone
ponerse entre los rebeldes, los insumisos, los que hablan menos de la caridad y
se parten la cara por la justicia.
Ntra. Sra. del ROSARIO
Memoria de la
santísima Virgen María del Rosario.
En este día
se pide la ayuda de la santa Madre de Dios por medio del Rosario o corona
mariana, meditando los misterios de Cristo bajo la guía de aquélla que estuvo
especialmente unida a la encarnación, pasión y resurrección del Hijo de Dios.
El rezo del Santo Rosario es una de
las devociones más firmemente arraigada en el pueblo cristiano. Popularizó y
extendió esta devoción el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria
obtenida por los cristianos en la batalla de Lepanto (1571), victoria atribuida
a la Madre de Dios, invocada por la oración del Rosario.
Santo
Domingo de Guzmán.
La Madre de
Dios, en una aparición a Santo Domingo le enseño a rezar el rosario, en el año
1208. Le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en
contra de los enemigos de la Fe.
Domingo de
Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir
a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense. Esta
enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo
lo espiritual. El malo, todo lo material. Como consecuencia, para los
albingenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el
cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.
También
negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios. Se
rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias.
Durante años los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de
convertirlos, pero sin mucho éxito. También había factores políticos envueltos.
Domingo
trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación,
sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo,
por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por
vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes
convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla
dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó
a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.
La Virgen
pide a Santo Domingo le ayuda a propagar la devoción.
La Virgen se le apareció en la
capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo
que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se
convertirían y obtendrían abundantes gracias.
Domingo salió
de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y
con gran éxito porque muchos albingenses volvieron a la fe católica.
Lamentablemente
la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la
política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el
dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste
enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de
su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había
sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud,
De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.
Promesas de
Nuestra Señora del Rosario,
Según los escritos del Beato Alano.
1.
Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2.
Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente
recen mi Rosario.
3.
El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los
pecados y abate las herejías.
4. El Rosario
hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina.
Sustituye en el
corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a
desear las cosas celestiales
y eternas.
5.
El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con
devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá
oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es
pecador, perseverará en gracia si
es
justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
7.
Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8.
Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud
de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9.
Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos
de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto
se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré
en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He
solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como
hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
14. Los que
rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15. La devoción
al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.
Los
Pontífices.
A lo largo de
los siglos los Papas han fomentado la pía devoción del rezo del rosario y le
han otorgado indulgencias.
Dijo Nuestro Señor: "Donde dos
o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt
18:20). El rosario en familia es algo maravilloso. Es un modo práctico de
fortalecer la unidad de la vida familiar. Es una oración al alcance de todos.
Los Papas, especialmente los más recientes, han hecho gran énfasis sobre la
importancia del rosario en familia.
El Papa
dominico, San Pío V (1566 - 1572) dio el encargo a su congregación de propagar
el santo rosario. Desde entonces los Papas han sido grandes devotos del rosario
y de su propagación.
S.S León XIII
escribió doce encíclicas referentes al rosario. Insistió en el rezo del rosario
en familia, consagró el mes de octubre al rosario e insertó el título de
"Reina del Santísimo Rosario" en la Letanía de la Virgen. Por todo
esto mereció el título de "El Papa del Rosario"
Todos los
Papas del siglo XX han sido hijos devotísimos del Santo Rosario.
Su Santidad
Juan Pablo II insiste en el rezo del Santo Rosario en familia, en grupos, en
privado. Pide que se invite a todos a rezar, a no temer el compartir tan
hermosa devoción, que es una catequesis de la fe. Nos alerta a que el mundo
está en crisis y nuestras fuerzas humanas no bastan. La victoria, dice el Papa,
vendrá nuevamente de la mano de Virgen María. Es la victoria de Su Hijo
Jesucristo, el Señor, Rey del Universo.
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