viernes, 25 de octubre de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 26 de OCTUBRE – SÁBADO – 29ª – SEMANA DEL T. O. – C – San Evaristo papa




26 de OCTUBRE – SÁBADO –
29ª – SEMANA DEL T. O. – C –

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,1-11):

Ahora no pesa condena alguna sobre los que están unidos a Cristo Jesús, pues, por la unión con Cristo Jesús, la ley del Espíritu de vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Lo que no pudo hacer la Ley, reducida a la impotencia por la carne, lo ha hecho Dios: envió a su Hijo encarnado en una carne pecadora como la nuestra, haciéndolo víctima por el pecado, y en su carne condenó el pecado. Así, la justicia que proponía la Ley puede realizarse en nosotros, que ya no procedemos dirigidos por la carne, sino por el Espíritu. Porque los que se dejan dirigir por la carne tienden a lo carnal; en cambio, los que se dejan dirigir por el Espíritu tienden a lo espiritual.
Nuestra carne tiende a la muerte; el Espíritu, a la vida y a la paz. Porque la tendencia de la carne es rebelarse contra Dios; no sólo no se somete a la ley de Dios, ni siquiera lo puede. Los que viven sujetos a la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros.
El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Pues bien, si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida.
Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.

Palabra de Dios

Salmo: 23,1-2.3-4ab.5-6

R/. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,1-9):

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús les contestó:
«¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así?
Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo.
Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?
Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.»
Y les dijo esta parábola:
«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?"
Pero el viñador contestó:
"Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas."»

Palabra del Señor

1.  Dos razones explican la indignación popular ante este hecho perpetrado por el personaje brutal, que fue Pilato: la mezcla de la sangre humana con la sangre de   animales; y el hecho de haber cometido aquel crimen en el espacio sagrado del Templo (J. Blinzler; F. Bovon).
Por lo demás, carecemos de información sobre este suceso: quiénes eran aquellos galileos y por qué Pilato mandó asesinarlos. Con todo, aun siendo tan extraño y tan grave el incidente en sí
mismo, lo que más interesa al lector actual del evangelio es cómo reacciona
Jesús y la enseñanza que da a sus oyentes con este motivo.

2.  Como es lógico, el hecho -que tuvo que ser ampliamente comentado en la capital y su entorno-, no solo daba pie para hacer una denuncia contra la
brutalidad del ejército de ocupación, sino que además exigía tal denuncia.
Como es lógico, callarse (ante semejante atropello) podía equivaler a una complicidad cobarde con las tropas imperiales de ocupación. Y, sin embargo,
Jesús no dice ni palabra contra la barbarie de Pilato y sus legionarios.
- ¿Por qué hizo eso Jesús? 
- ¿Fue cobarde? 
- ¿Se le puede tachar de cómplice político de Roma? 
Y, en definitiva, - ¿cómo entendía Jesús la responsabilidad ética y religiosa ante las violencias del poder político-militar?

3.  Jesús no puso el problema en la maldad (abuso de poder) de Pilato.
Jesús -si hemos de creer a Lucas- vio claramente que el problema, y la raíz de todos los problemas, está en que los ciudadanos y los creyentes no tomamos    conciencia de que la responsabilidad de lo mal que está el mundo y la vida es de
todos nosotros. 
Por supuesto, los gobernantes, y los políticos en general, tienen una enorme responsabilidad en lo bien o mal que están las cosas. Pero la responsabilidad   última, de todo lo que no depende de las responsabilidades humanas, está en la conciencia de los ciudadanos, de todos los ciudadanos.
Y a eso nos remite Jesús en el Evangelio: "Si no os convertís...".
Es decir, si no cambiáis y sois más honrados y más responsables, esto no tiene arreglo.
Los problemas públicos no se resuelven cambiando a los políticos, sino cambiando las conciencias. Por eso, da igual que una desgracia pública esté causada por la decisión criminal de un tirano o por el descuido de los que no se preocuparon de que la "torre de Siloé" estuviera más protegida y asegurada.  A
fin de cuentas, desgracias de muerte que tienen unos responsables.   
Vamos a pensar seriamente en nuestra responsabilidad al emitir nuestro voto en las elecciones.  
- ¿Somos conscientes de la dimensión, más que "religiosa", sencillamente "humana", que tiene nuestra decisión "política"?

San Evaristo papa
San Evaristo papa


Judío de origen griego, pastoreó la iglesia sucediendo al papa Anacleto. Fue humilde y docto en la predicación y defendió la fe de los errores gnósticos.

Vida de San Evaristo papa
Nació por los años 60, de una familia judía asentada en tierras griegas. Recibió educación judía y aprendió en los liceos helénicos.
No se conocen datos de su conversión al cristianismo, pero se le ve ya en Roma como uno de los presbíteros muy estimados por los fieles que, lleno de celo, eleva el nivel de la comunidad de cristianos de la ciudad, entregándose por completo a mostrarle a Jesucristo. Amplio conocedor de la Sagrada Escritura, es docto en la predicación y humilde en el servicio.
Muerto mártir el Papa Anacleto, sucesor de Clemente, la atención se fija en Evaristo. Por humildad se resistió con todas las fuerzas posibles a asumir la dignidad que comportaba tan alto servicio. El día 27 de Julio del año 108 tuvo la Iglesia por Papa a Evaristo.
Atendió cuidadosamente las necesidades del rebaño: Defiende la verdadera fe contra los errores gnósticos. Establece normas que afectan a la consagración y trabajo pastoral de los Obispos y de los diáconos. Manda la celebración pública de los matrimonios. Se ocupa de la vida de los fieles, esbozándose ya una cierta administración territorial, para su mejor atención y gobierno. También escribió cartas a los fieles de África y de Egipto.
Murió mártir, siendo Trajano emperador, hacia el 117.

(Fuente: catholic.net)

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