12 de OCTUBRE – SÁBADO –
27ª – SEMANA DEL T. O. – C –
Lectura
del primer libro de las Crónicas (15,3-4.15-16;16,1-2):
En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los
israelitas, para trasladar el arca del Señor al lugar que le había preparado.
Luego reunió a los hijos de Aarón y a los levitas. Luego los levitas se echaron
los varales a los hombros y levantaron en peso el arca de Dios, tal como había
mandado Moisés por orden del Señor.
David
mandó a los jefes de los levitas organizar a los cantores de sus familias, para
que entonasen cantos festivos acompañados de instrumentos, arpas, cítaras y
platillos. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda
que David le había preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión
a Dios y, cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del
Señor.
Palabra
de Dios
Salmo:
26,1.3.4.5
R/.
El Señor me ha coronado,
sobre la columna me ha
exaltado
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa
de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la
guerra,
me siento tranquilo. R/.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del
Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del
Señor,
contemplando su templo. R/.
Él me protegerá en su tienda el día del peligro;
me esconderá en lo
escondido de su morada,
me alzará sobre la roca.
R/.
Lectura
del libro de los Hechos de los apóstoles1,12-14
Después de que Jesús fue levantado al cielo, los apóstoles
volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de
Jerusalén lo que se permite caminar en sábado.
Cuando
llegaron, subieron a la sala superior, donde se alojaban: Pedro y Juan y
Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y
Simón el Zelotes y Judas el de Santiago.
Todos
ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María,
la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Palabra de Dios.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (11,27-28):
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de
entre el gentío levantó la voz, diciendo:
«Dichoso
el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.»
Pero
Él repuso:
«Mejor,
dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»
Palabra
del Señor
1.
En España, la fiesta de la Virgen del Pilar es importante. Y sería
recomendable limitar la festividad a su dimensión evangélica, liberándola de
vinculaciones políticas. En esta fiesta, la Iglesia española recuerda este
texto que solo aparece en el evangelio de Lucas.
La mujer del pueblo, que, impresionada
por lo que veía en Jesús y oía de sus labios, elogia a la madre, es la
manifestación espontánea de algo que mucha gente repite: cuando vemos alguien
que nos impresiona, hay quien se siente motivado para pensar que esa persona
debió tener una madre de mucha calidad, que lo supo criar y educar para que de
ahí resultara una persona de tanta categoría. Y es que, efectivamente, la
genialidad de Jesús es el mejor elogio que se
puede hacer de la madre que lo supo criar y educar para que fuera como fue.
A Jesús le ocurrió lo que nos ocurre a
todos los mortales: a nuestros padres y educadores les debemos (en gran medida)
lo que somos y cómo somos. Un corrupto,
un desvergonzado, a la primera persona
que ofende es a su propia madre. Como el hombre recto, íntegro,
ejemplar, a quien ante todo alaba es la madre que lo trajo al mundo, que lo
educó y le contagió su bondad y honradez.
2.
Pero Jesús corrige a la mujer. No porque no sea cierto el elogio que
tributó
a la madre de Jesús. Sino porque, a juicio de
este, la mujer, fuente de dicha, no es ni siquiera la alegría de haber dado al mundo
un hijo como Jesús. La máxima dicha, que
se puede tener en esta vida, es escuchar la Palabra y traducirla en vida.
La Palabra no es el texto del libro,
ni siquiera el de la Biblia. La Palabra es, ante todo y, sobre todo, Jesús
mismo: su vida y lo que aquella vida nos dice.
Escuchar eso y hacerlo vida, eso es la máxima
fuente de gozo y alegría.
Porque no es alegría para uno mismo. Es alegría para todos. Porque donde hay una persona así, hay felicidad.
3.
A Jesús se le reconoce como Dios, como Redentor, como Mesías, como
Salvador o, al menos, como un "personaje
extraordinario". Pero casi nadie piensa en Jesús como Palabra, la Palabra definitiva,
en la que Dios nos dijo todo lo que nos tenía que decir. De forma que ya,
después de Jesús, no le queda a Dios nada más que decirnos.
Como dice san Juan de la Cruz:
"Pon los ojos solo en Jesús, que
en él encontrarás más de lo que buscas"
(Subida
al Monte C., 2, 22).
Nuestra Señora del Pilar
Según una
venerada tradición, la Santísima Virgen María se manifestó en Zaragoza sobre
una columna o pilar, signo visible de su presencia. Esta tradición encontró su
expresión cultual en la misa y en el Oficio que, para toda España, decretó
Clemente XII.
Pío VII elevó la categoría
litúrgica de la fiesta. Pío XII otorgó a todas las naciones sudamericanas la
posibilidad de celebrar la misma misa que se celebraba en España.
Virgen del
Pilar, Historia
El día de la
Virgen del Pilar conmemora la aparición de la Virgen María en un pilar
(columna) de Zaragoza. Según la tradición, la Virgen se le apareció al apóstol
Santiago (hermano de San Juan) y ocho discípulos, hacia el año 40. Cuando se
encontraba en la ciudad de Zaragoza-España, en las riberas del Ebro, predicando
el Evangelio. Fue un 2 de enero. Santiago oyó voces de ángeles que cantaban
Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie
sobre un pilar de mármol. La Virgen que aún vivía en carne mortal le pidió al
apóstol que le construyera allí un templo. La festividad fue declarada por el
Papa Clemente XII a celebrarse cada 12 de octubre.
Virgen del Pilar
- Datos y Frases Célebres
Se sabe que
ya para el siglo IV existía la tradición de la devoción a la Virgen del Pilar
por un bajo relieve que se encontró en el sarcófago de Santa Engracia. En donde
salía representada la aparición de la Virgen al Santiago Apóstol. También se
tiene referencias de la iglesia de Zaragoza (que fue levantada por el apóstol
Santiago tal y como la Virgen del Pilar le señaló) por los escritos del monje
Almoino de San Germán París, donde se menciona que hacia el siglo III el mártir
San Vicente sirvió en aquella Iglesia y sus restos allí descansaron. Desde
entonces sus devotos han manifestado muchos milagros, algunos de ellos
inicialmente recopilados en el Libro de milagros atribuidos a la Virgen del
Pilar (1438).
Es elemental
que la historia de la aparición de la Virgen del Pilar podría encerrar algunas
contradicciones. Esto es reconocido por las mismas autoridades de la Basílica
del Pilar. Sin embargo, ellas mismas proporcionan la clave de cómo interpretar
este relato. Es una de las devociones más antiguas, y se ha mantenido viva
desde los primeros siglos. Así pues la tradición se mantiene tal y como ha sido
trasmitida por sus fieles. La aparición de la Virgen a Santiago, al igual que
muchos fragmentos bíblicos, abriga un mensaje de fe. Más allá de lo anecdótico
-si Santiago se encontraba en Zaragoza, o si la Virgen se apareció estando ella
viva en carne mortal- es una tradición que ha moldeado la identidad de un
pueblo, que ha trazado la genealogía de su fe, hasta la misma era apostólica.
Dando una firmeza o pilar especial a la fe del pueblo e irradiando a toda la
hispanidad. Es una invitación a la trascendencia, mediante la oración en
comunidad y la palabra, la firmeza de la fe, la práctica del amor, la
esperanza, y la misericordia.
La Virgen
del Pilar fue declarada Patrona de la hispanidad, debido a que el día y mes de
su aparición, siglos más tarde, fue una fecha de gran significación: 12 de
octubre de 1492. Una fecha que marcó el encuentro entre el continente europeo y
el americano, la expansión de la misión evangelizadora de muchos religiosos, y
la difusión del castellano. Esto último para muchas poblaciones ágrafas fue una
nueva vía para dejar un testimonio en la historia.
El Pilar o
columna donde la Virgen se apareció, pero además el templo que allí fue
levantado en su nombre, tienen significados alegóricos. Por una parte la idea
de firmeza del templo, que es sostenido por esas columnas o pilares, es un
símbolo de la devoción a la Virgen, que invita a confiar en su protección, en
su sostén. La columna además representa la unión del Cielo y la tierra. Del
mismo modo la figura de María, madre de Jesús, es el Cielo en la tierra. Así la
fe en María nos lleva a levantar el reino de Dios. Esta tradición recuerda el
relato bíblico en que el Dios de Israel orienta al pueblo, hacia la Tierra
Santa, a través de una columna de nube y una de fuego Y Jehová iba delante de
ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en
una columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduviesen de día y de
noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de
noche la columna de fuego (Éxodo 13, 21-22).
- Himno popular
a la Virgen del Pilar.
Virgen Santa,
Madre mía,
luz hermosa,
claro día,
que la
tierra aragonesa,
te dignaste
visitar.
Este pueblo
que te
adora,
de tu
amor implora
y te aclama
y te bendice,
abrazado a
tu Pilar.
Pilar
sagrado,
faro
esplendente,
rico
presente de caridad.
Pilar
bendito,
trono de
gloria,
tú a la
victoria,
nos
llevarás.
Cantad,
cantad,
himnos de
honor y de alabanza,
cantad a la
Virgen del Pilar
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