19 DE MAYO – MARTES –
6ª - SEMANA DE PASCUA – A –
SAN CELESTINO – V
Lectura del libro de los Hechos de los
apóstoles (16,22-34):
En
aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los
magistrados ordenaron que les arrancaran y que los azotaran con varas; después
de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los
vigilara bien; según la orden recibida, él los cogió, los metió en la mazmorra
y les sujetó los pies en el cepo.
A eso de media noche, Pablo y Silas oraban
cantando himnos a Dios. Los presos los escuchaban. De repente, vino un
terremoto tan violento que temblaron los cimientos de la cárcel. Al momento se
abrieron todas las puertas, y a todos se les soltaron las cadenas. El carcelero
se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada
para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado. Pero Pablo lo
llamó a gritos, diciendo:
«No te hagas daño alguno, que estamos todos
aquí».
El carcelero pidió una lámpara, saltó
dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó fuera y les
preguntó:
«Señores, ¿qué tengo que hacer para
salvarme?»
Le contestaron:
«Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y
tu familia».
Y le explicaron la palabra del Señor, a él y
a todos los de su casa.
A aquellas horas de la noche, el carcelero
los tomó consigo, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los
suyos; los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de
familia por haber creído en Dios.
Palabra
de Dios
Salmo:137,1-2a.2bc.3.7c-8
R/. Señor, tu derecha me salva
Te doy
gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario. R/.
Daré
gracias a tu nombre
por tu misericordia y tu lealtad.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.
Tu
derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.
Lectura del santo evangelio según san
Juan (16,5-11):
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de
vosotros me pregunta: “¿Adónde vas?”. Sino que, por haberos dicho esto, la
tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo es la verdad: os
conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el
Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.
Y cuando venga, dejará convicto al mundo
acerca de un pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no
creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una
condena, porque el príncipe de este mundo está condenado».
Palabra
del Señor
1. Hablando de despedidas,
Jesús se da cuenta de que sus amigos más cercanos sienten su corazón invadido
por una profunda tristeza. Así las cosas, Jesús les dice lo que menos podían
esperar: Os conviene que yo me vaya. Y lo explica: "vais a necesitar un
Defensor". Un "Defensor" que ocupe el centro. Porque tendrá la
tarea central entre vosotros. Por eso, lo mejor es que yo me
quite de en medio.
- ¿Qué quiere decir todo esto?
2. El evangelio de Juan utiliza
aquí el término griego parákletos, que significa "el que
es llamado en apoyo o para ayudar". Por eso esta palabra pasó a
designar al "abogado", es decir,
"el defensor".
Por tanto, Jesús les dice a sus discípulos
que, a lo largo de la historia, van a necesitar siempre
un abogado que esté en el centro. Con esto, Jesús les
dice a los cristianos: si me sois fieles, os vais a meter en líos, tendréis
problemas y, por eso, necesitaréis que esté
siempre con vosotros un buen abogado
defensor.
3. La tarea de este Defensor
será convencer al mundo, al "sistema establecido", de que está
equivocado. Porque un sistema que, después de tantos
avances, inventos y logros, está destruyendo el planeta, causando millones
de muertos cada año, es que no cree nada más que en sí mismo, en el propio
sistema de la destrucción. Su pecado es no creer en Jesús y en su propuesta de
humanización.
No se cree en Jesús porque no se le ve.
Pero nuestro Defensor nos dice que el Príncipe de este mundo
ha sido derrotado. Así, mantenemos viva la esperanza y estamos
persuadidos de que "otro mundo es posible".
SAN CELESTINO – V
Santo
monje, eremítico. Llamado a ser papa medio de crisis eclesial.
Papa
#192.
Nacido
en Isernia, Italia (1221)
Pontificado:
Elegido, 5 Julio 1294, ordenado obispo de Roma, 29 agosto, Renuncia el 13
Diciembre, 1294.
Muere
en Ferentino, 19 Mayo 1296.
Único
Papa que ha abdicado. Ultimo Papa que lleva ese nombre.
Pedro
de Murrone nació en Molina, Nápoles, en 1215, en una familia de labradores. Su
madre era muy piadosa y de ella aprendió las oraciones y el buscar siempre la
voluntad de Dios. Muy joven profesa como benedictino, y buscando el ideal del
eremitismo, se retira a unas cuevas en Murrone y en Majella. Allí vive con
algunos discípulos largos años, hasta que la necesidad jurídica, le hace fundar
una orden nueva en 1264, con la aprobación del Papa Urbano IV: los "ermitaños
de San Damián", llamados "celestinos". Seguían la regla
benedictina con gran severidad. En 1274, se dirigió al concilio de Lyon, muy
severo con las nuevas órdenes monásticas, a defender su obra y logró que el
Beato Gregorio X (10 de enero) le confirmara su orden.
La
orden se extendió lo suficiente para que a su muerte contara con más de 600
monjes y más de 30 monasterios, ya sea fundando nuevos, o reformando algunos
poco fervientes. Con los años fue languideciendo y finalmente fue absorbida por
la orden benedictina. También fundó una congregación piadosa para los seglares,
en la que se comprometían a rezar un Padrenuestro a visitar a un pobre o
enfermo todos los días. Era muy austero y penitente, en una ocasión vivió en su
celda durante trece meses seguidos sin salir. Todos los miércoles y viernes los
dedicaba enteros a ayunar y orar. Pero no le dejaban en paz, era visitado por
clérigos o fieles en busca de apoyo y consejos.
En
1284, cansado, abandonó el gobierno de la Orden, para volver a la soledad, pero
poco le duró la cosa. En 1294, luego de la muerte de Nicolás IV, la iglesia
quedó sin Pastor más de dos años, por causas políticas, peleas e intereses
económicos. Negociaciones e influencias del rey de Nápoles, Carlos II, sobrino
de San Luis de Francia (25 de agosto), hicieron que se eligiera a aquel monje
santo, alejado de Roma y la corrupción, y que vivía en una cueva: Pedro de
Murrone. Ya le conocía el rey, pues le había visitado en Sulmona y concedido
privilegios para la orden. Hay que decir que el mismo Pedro Murrone se metió,
como se suele decir "en camisa de once varas", pues había escrito una
carta a los cardenales, amenazándoles de un castigo terrible de parte de Dios
si en cuatro meses, el Colegio no había elegido al Papa. Así las cosas y con el
visto bueno de Carlos II, se le eligió papa. No porque pensaran que no sería
manipulable, sino porque sabían que era pacífico y lo podrían manipular ellos,
los cardenales y el rey: sería un papa de trancisión hasta que se pudiera
elegir uno con temple y condujera a la iglesia con corrección y firmeza.
Además, se quitaban de enmedio a los Orsini y los Colonna, familias que tenían
a los cardenales divididos, para elegir a un papa de propia conveniencia.
Le
llevaron casi a la fuerza a Nápoles, donde dice la tradición que entró sobre un
borrico, como Jesús, cuyas riendas sostenían Carlos II y su hijo. Allí fue
coronado, el 29 de agosto de 1294 y estableció su corte papal. Siguió alejado
de todo lujo y boato, ahora del pontificio, y su habitación fue una celda que
mandó a construir. No se quitó su hábito pobre y penitente, que usaba debajo de
todos sus ricos ornamentos.Pero poco duró la cosa, pues fue un desastre. Hombre
bueno, pero inútil para gobernar la Iglesia: No sabía retórica, ni tenía
conocimientos jurídicos, ni experiencia diplomática o política. Legisló por
buenismo, sin tener idea de lo que hacía. Se buscó problemas de todo tipo, con
romanos y franceses, con el rey de Nápoles y con el de Francia. Intentó
reformar la iglesia, haciendo que numerosos monasterios adoptaran su regla, y
vendiendo propiedades eclesiásticas.
En
fin, que el papado le quedaba grande,así que pensó en la abdicación, cosa que
vieron los cardenales con los ojos al cielo. El cardenal Gaetani le proporcionó
los argumentos por los que un papa podía abdicar del solio pontificio. Así, el
13 de diciembre de 1294, a los cinco meses, reunió a la corte pontificia y
anunció su abdicación. A los 9 días, fue elegido ¡el cardenal Gaetani!, el
mismo que le había allanado la abdicación, que tomó el nombre de Bonifacio
VIII. El nuevo papa suprimió lo poco que había hecho Celestino que, entre otras
cosas de dudosa transparencia, había nombrado arzobispo de Lyon al hijo del rey
de Nápoles, el conocido San Luis de Tolosa (19 de agosto), que tenía solo 21
años y ni siquiera era sacerdote. Bonifacio VIII lo dejó en la dignidad
arzobispal, sin sede, con la condición de que se ordenase presbítero.
Sabía
Bonifacio que Celestino tenía admiradores, discípulos y que su orden era
poderosa. Así que, por miedo a otro cisma y otro papa rodando por ahí, mandó
apresarlo y llevarlo a Roma. Celestino se se escondió en los Abruzzos e intentó
huir a Grecia, pero su nave zozobró, fue capturado y encerrado en Fumone. Nueve
meses después falleció, a los 81 años, el 19 de mayo de 1296. La leyenda dirá
que fue envenenado por Bonifacio VIII, pero solo es eso, leyenda. Clemente V lo
canonizó en 1313. Su cuerpo incorrupto reposa en la iglesia que los
benedictinos "celestinos" tienen en Ferentino, L´Aquila, y que pueden
verse en este vídeo.
Fuente:-"Vidas
de los Santos". Tomo V. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.
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