miércoles, 17 de junio de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 18 DE JUNIO – JUEVES – 11ª – SEMANA DEL T. O. – A – SAN CIRIACO Y SANTA PAULA, PATRONOS DE MÁLAGA





18 DE JUNIO – JUEVES –
11ª – SEMANA DEL T. O. – A –
SAN CIRIACO Y SANTA PAULA,
PATRONOS DE MÁLAGA

Lectura del libro del Eclesiástico (48,1-15):
Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido. Les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con el oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces el fuego. ¡Qué terrible eras, Elías!; ¿quién se te compara en gloria?
Tú resucitaste un muerto, sacándolo del abismo por voluntad del Señor; hiciste bajar reyes a la tumba y nobles desde sus lechos; ungiste reyes vengadores y nombraste un profeta como sucesor. Escuchaste en Sinal amenazas y sentencias vengadoras en Horeb. Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo. Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien te vea antes de morir, y más dichoso tú que vives. Elías fue arrebatado en el torbellino, y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu. En vida hizo múltiples milagros y prodigios, con sólo decirlo; en vida no temió a ninguno, nadie pudo sujetar su espíritu; no hubo milagro que lo excediera: bajo él revivió la carne; en vida hizo maravillas y en muerte obras asombrosas.
Palabra de Dios


Salmo: 96,1-2.3-4.5-6.7

R/. Alegraos, justos, con el Señor
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono. R/.
Delante de él avanza fuego,
abrasando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece. R/.
Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.
Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que lo pidáis.
Vosotros rezad así:
"Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno.
" Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.»
Palabra del Señor

1.  No rezamos para informar a Dios de lo que pensamos que nos hace falta. Según la idea comúnmente aceptada, Dios sabe lo que necesitamos antes de que se lo digamos. Tampoco rezamos para mover a Dios a que quiera lo que nosotros queremos.
Rezamos porque es humano acudir a quien pensamos que nos puede ayudar. Lo cual quiere decir que, cuando rezamos, expresamos nuestros deseos más sinceros y más apremiantes.

2.  Según lo dicho, la oración es la mejor expresión de cómo es nuestra religiosidad y para qué nos moviliza.  En esto radica la importancia singular que tiene la oración que Jesús nos enseñó.  En esta oración, Jesús nos dice lo que, ante todo, nos tiene que interesar en la vida. Es decir, los motivos y los valores que han de movilizar nuestro comportamiento.

3.  El tema de Dios es decisivo, quizá lo más decisivo, para movilizarnos hacia el bien o hacia el mal. La creencia en Dios ha hecho santos y ha humanizado a mucha gente. Como
ha hecho criminales y ha deshumanizado a tantas personas. Por eso Jesús dice que, cuando acudimos a Dios, solo tengamos en la cabeza a un Padre, jamás a un Déspota o un Tirano.
Que le pidamos, es decir, que lo más apremiante para nosotros sea que nadie le falte al respeto a ese nombre, o sea que no lo utilice para mandar, en nombre de Dios, lo que nunca se debe mandar: privar a las personas de su libertad, de su dignidad, de su felicidad.
Y, menos aún, para conseguir que la gente se sienta mal, se sienta culpable, amenazada, indigna. Si de Dios pensamos y sentimos así, lo demás que dice el "Padre nuestro" resulta lógico y es la mejor oración que se puede hacer.

SAN CIRIACO Y SANTA PAULA,
PATRONOS DE MÁLAGA


Los Reyes Católicos consagraron a los Santos Mártires Ciriaco y Paula una de las cuatro parroquias fundacionales tras la reconquista en 1487, designaron a los Santos Mártires Ciriaco y Paula Patronos de la ciudad de Málaga en 1490, e incluyeron a los Santos Patronos en el Escudo de Armas en 1494. Todos estos aspectos han permanecido inalterados hasta el momento presente. El día 18 de Junio ha sido una fiesta fundamental en la ciudad durante siglos, aunque de forma intermitente. Hasta el año 1986, el día 18 de Junio era fiesta local civil.
La tradición transmitida ampliamente en la historiografía local afirma que los Santos Ciriaco y Paula fueron dos jóvenes malagueños pertenecientes a una floreciente comunidad cristiana existente en nuestra ciudad y presidida por el Obispo San Patricio. Apresados en el contexto de la décima persecución del emperador Diocleciano y Maximiano, fueron sometidos a dolorosos tormentos con el propósito de que renunciaran a su fe y adorasen a las divinidades paganas.  Como no consiguieron tal propósito, fueron condenados a muerte y lapidados, atados a sendos troncos de unas palmeras, esto sucedió en el margen del río Guadalmedina el día 18 de Junio del año 303 de nuestra era, en el lugar que aún hoy conocemos como Paseo de Martiricos. Ocurrida la muerte, cayó un fuerte aguacero que impidió que sus cuerpos fuesen quemados, y sus hermanos cristianos los recogieron y procedieron a su sepultura. Se desconocen los datos en torno a su nacimiento, infancia o juventud. se ignora dónde han sido depositados sus cuerpos, aunque tradicionalmente se afirmaban que no podían estar muy lejos de la ciudad, junto a la ribera del río Guadalmedina, de donde se arrancaron las piedras para lapidarlos.
En 1581 se dejó sentir un fuerte terremoto en la iglesia de los Santos Mártires, como apenas hubo que lamentar pérdidas, decidieron el 16 de Junio de 1582 hacer un voto solemne y declarar día festivo con obligación de oír misa el 18 de junio, día de los Santos Mártires, en la ciudad y sus arrabales. En el mismo cabildo la Ciudad acordó mandar labrar dos estatuas de plata para que fueran sacadas en procesión en el día de su fiesta. Estas imágenes, donadas por el Cabildo municipal, fueron procesionadas por primera vez el 18 de junio del año 1604. El 5 de Febrero de 1810 entraron los franceses en Málaga y arrebataron a los malagueños las dos estatuas de los Santos Patronos debido a su precioso metal.
Hay buena prueba de la memoria de los Santos Ciriaco y Paula en el callejero de la ciudad: La Barriada de Santa Paula y unos jardines, están dedicados en honor de nuestra Patrona. El Paseo de Martiricos, junto al río Guadalmedina, guarda tradición del lugar del martirio. En Ciudad Jardín tenemos calle San Ciriaco y calle Santa Paula. La denominada Plaza de los Mártires Ciriaco y Paula, y la calle Mártires junto al templo parroquial de los Santos Mártires Ciriaco y Paula. Muy cerca, además, está la calle Santos, también dedicada a los Patronos, recogiendo la tradición que afirmaba que los jóvenes Santos se conocieron en una panadería situada en esa vía, en la que trabajaban ambos.


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