5 DE JUNIO – VIERNES –
9ª – SEMANA DEL T. O. – A –
SAN BONIFACIO
Lectura de la segunda carta del apóstol san
Pablo a Timoteo (3,10-17):
Tú seguiste paso a paso mi doctrina y mi conducta, mis
planes, fe y paciencia, mi amor fraterno y mi aguante en las persecuciones y
sufrimientos, como aquellos que me ocurrieron en Antioquía, Iconio y Listra.
¡Qué persecuciones padecí! Pero de todas me libró el Señor. Por otra parte,
todo el que se proponga vivir piadosamente en Cristo Jesús será perseguido. En
cambio, esos perversos embaucadores irán de mal en peor, extraviando a los
demás y extraviándose ellos mismos. Pero tú permanece en lo que has aprendido y
se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la
sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo
Jesús, conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios es también
útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así
el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena.
Palabra de Dios
Salmo: 118
R/. Mucha paz tienen los que aman tus leyes,
Señor
Muchos son los enemigos que me persiguen,
pero yo no me aparto de tus preceptos. R/.
El
compendio de tu palabra es la verdad,
y tus justos juicios son eternos. R/.
Los nobles me perseguían sin motivo,
pero mi corazón respetaba tus palabras.
R/.
Mucha
paz tienen los que aman tus leyes,
y nada los hace tropezar. R/.
Aguardo
tu salvación, Señor,
y cumplo tus mandatos. R/.
Guardo
tus decretos,
y tú tienes presentes mis caminos. R/.
Lectura del santo evangelio según san
Marcos12, 35-37
En
aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó:
"¿Cómo dicen los letrados que el
Mesías es hijo de David?
El mismo David, movido por el Espíritu
Santo, dice:
"Dijo el Señor a mi Señor: siéntate
a mi diestra, y haré de tus enemigos estrado de tus pies”.
Si el mismo David lo llama Señor, ¿cómo
puede ser hijo suyo?"
La gente, que era mucha, disfrutaba
escuchándolo.
Palabra del Señor
1. Prescindiendo de las discusiones, que había
entre las escuelas teológicas judías sobre el "mesianismo" y la
"filiación divina", lo que el Evangelio quiere dejar claro aquí es
que a Jesús no se le entiende por su relación con la dinastía regia de David,
sino por su relación con Dios.
Los letrados —o teólogos— de aquel tiempo eran tan
frívolos y superficiales, que se apasionaban más por dejar clara la relación
del Mesías con David, que esa relación respecto a Dios. Así somos los mortales.
Así de fatuos y hasta infantiles.
Con frecuencia, y de manera sorprendente, este tipo de
actitudes y formas de comportamiento son frecuentes en algunos ambientes de
sacristía. Se presume de apellidos, de orígenes famosos, de títulos
importantes, de antepasados notables, etc.
2. El contraste se advierte en la indicación con
que concluye el relato: "la gente disfrutaba escuchándolo".
Una vez más, nos encontramos aquí con el término
“óchlos", para designar a los oyentes de Jesús.
El sustantivo griego "óchlos" designa al
"pueblo" o la "gente", en el sentido más despectivo de esa
palabra. Es decir, se refiere a la gente ignorante, inculta, de conducta quizá
poco ejemplar. De forma que, a veces, se refería a lo que hoy, en ambientes militares,
se califica como "el pelotón de los torpes".
Pues bien, esa clase de personas eran las que
coincidían con Jesús, los que le escuchaban con interés y hasta
"disfrutaban escuchándolo".
Es elocuente tal sintonía entre Jesús y los más
sencillos. - ¿Le faltaba profundidad humana e intelectual a Jesús?
- ¿No ocurrirá, más bien, que es a nosotros a quienes nos falta?
3. Este breve relato nos tendría que hacer
pensar a todos. Pensar, sobre todo, con quién conectamos en la vida, en la
sociedad, en la política y en la religión.
Por ejemplo, - ¿qué clase de gentes acuden con más
espontaneidad y disfrute a las iglesias, a las misas y a los sermones? -
¿Con quién se entiende mejor el clero?
- ¿En qué ambientes disfruta más la gente popular y
sencilla?
Y a los cristianos en general, - ¿nos atraen más los
notables o los simples?
SAN BONIFACIO
Apóstol de Alemania
San Bonifacio, obispo y mártir Memoria
Nació
en Inglaterra hacia el 673; hizo su profesión religiosa en el monasterio de
Exeter. El año 719 marchó a Alemania a predicar la fe cristiana, obteniendo
notable éxito. Consagrado obispo de Maguncia, fundó o instauró, con ayuda de
varios compañeros, numerosas iglesias en Baviera, Turingia y Franconia,
congregó diversos concilios y promulgó leyes.
Fue asesinado por unos paganos durante la evangelización de los
frisones en el año 754, y su cuerpo fue sepultado en la abadía de Fulda.
San Bonifacio nació hacia el año 680, en el
territorio de Wessex (Inglaterra). Su verdadero nombre era Winfrido. Ordenado
sacerdote, en el año 716 con dos compañeros se encaminó a Turingia; pero aún no
era la hora de su apostolado. Regresó a su monasterio y en el año 718 viajó a
Roma para solicitar del papa Gregorio II autorización de misionar en el
continente. El Sumo Pontífice lo escuchó complacido y, en el momento de
otorgarle la bendición, le dijo: "Soldado de Cristo, te llamarás
Bonifacio". Este nombre significa "bienhechor".
En 719 se dirigió a Frislandia. Allí estuvo tres años;
luego se marchó a Hesse, convirtiendo a gran número de bárbaros. En Amoneburg,
a orillas del río Olm, fundó el primer monasterio. Regresó a Roma, donde el
papa lo ordenó obispo.
Poco después, en el territorio de Hesse, fundaba el
convento de Fritzlar. En el año 725 volvió a dirigirse a Turingia y,
continuando su obra misionera, fundó el monasterio de Ordruf. Presidió un
concilio donde se encontraba Carlomán, hijo de Carlos Martel y tío de Carlomagno,
quien lo apoyó en su empresa. En el año 737, otra vez en Roma, el papa lo elevó
a la dignidad de arzobispo de Maguncia. Prosiguió su misión evangelizadora y se
unieron a él gran cantidad de colaboradores. También llegaron desde Inglaterra
mujeres para contribuir a la conversión del país alemán, emparentado
racialmente con el suyo. Entre éstas se destacaron santa Tecla, santa Walburga
y una prima de Bonifacio, santa Lioba. Este es el origen de los conventos de
mujeres. Prosiguió fundando monasterios y celebrando sínodos, tanto en Alemania
como en Francia, a consecuencia de lo cual ambas quedaron íntimamente unidas a
Roma.
El anciano predicador había llegado a los ochenta años.
Deseaba regresar a Frisia (la actual Holanda). Tenía noticias de que los convertidos
habían apostatado. Cincuenta y dos compañeros fueron con él. Atravesaron muchos
canales, hasta penetrar en el corazón del territorio. Al desembarcar cerca de
Dochum, miles de habitantes de Frisia fueron bautizados. El día de pentecostés
debían recibir el sacramento de la confirmación.
Bonifacio se encontraba leyendo, cuando escuchó el rumor
de gente que se acercaba. Salió de su tienda creyendo que serían los recién
convertidos, pero lo que vio fue una turba armada con evidente determinación de
matarlo. Los misioneros fueron atacados con lanzas y espadas. "Dios
salvará nuestras almas", grito Bonifacio. Uno de los malhechores se arrojó
sobre el anciano arzobispo, quien levantó maquinalmente el libro del evangelio
que llevaba en la mano, para protegerse. La espada partió el libro y la cabeza
del misionero. Era el 5 de junio del año 754.
El sepulcro de san Bonifacio se halla en Fulda, en el
monasterio que él fundó. Se lo representa con un hacha y una encina derribada a
sus pies, en recuerdo del árbol que los gentiles adoraban como sagrado y que
Bonifacio abatió en Hesse. Es el apóstol de Alemania y el patriarca de los
católicos de ese país.
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