domingo, 26 de julio de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 28 DE JULIO – MARTES – 17ª – SEMANA DEL T. O. – A – SAN VICTOR – I






28 DE JULIO – MARTES –
17ª – SEMANA DEL T. O. – A –

Lectura del profeta Jeremías (14,17-22):
Mis ojos se deshacen en lágrimas, día y noche no cesan: por la terrible desgracia de la Doncella de mi pueblo, una herida de fuertes dolores. Salgo al campo: muertos a espada; entro en la ciudad: desfallecidos de hambre; tanto el profeta como el sacerdote vagan sin sentido por el país. «¿Por qué has rechazado del todo a Judá? ¿Tiene asco tu garganta de Sión? ¿Por qué nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar, al tiempo de la cura sucede la turbación. Señor, reconocemos nuestra impiedad, la culpa de nuestros padres, porque pecamos contra ti. No nos rechaces, por tu nombre, no desprestigies tu trono glorioso; recuerda y no rompas tu alianza con nosotros. ¿Existe entre los ídolos de los gentiles quien dé la lluvia? ¿Soltarán los cielos aguas torrenciales? ¿No eres, Señor Dios nuestro, nuestra esperanza, porque tú lo hiciste todo?»

Palabra de Dios

Salmo: 78

R/. Por el honor de tu nombre, líbranos, Señor.
No recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R/.
Socórrenos, Dios salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados,
a causa de tu nombre. R/.
Llegue a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte.
Mientras, nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
contaremos tus alabanzas de generación en generación. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,36-43):
En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se acercaron a decirle:
«Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.»
Él les contestó:
«El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema: así será el fin del tiempo: el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su Reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.»

Palabra del Señor

1.  La parábola de la cizaña afirma:
1) Que, en este mundo y por todas partes, la buena hierba está siempre mezclada con la mala hierba.  

2) Que "los obreros del Señor" (Mt 13, 27 s) quieren enseguida arrancar la mala hierba.

3)  Que Jesús no quiere que se haga eso porque nadie está capacitado para distinguir la mala hierba de la buena y puede suceder que, pensando que se arranca la cizaña, lo que en realidad se hace es arrancar la buena semilla.

4) Que por eso hay que dejar las cosas de forma que solo cuando llegue la cosecha, o sea, "el fin del tiempo", entonces será el momento en que "los ángeles" harán la debida separación y darán a cada cual su merecido.

2.  Hay demasiada gente que, no solo se siente capacitada, sino que además está empeñada en arrancar cuanto antes lo que ellos piensan que es la mala hierba. Son los intolerantes, los que no soportan al que hace o dice lo que ellos creen que no se debe hacer ni decir. Por eso no respetan el pluralismo, ni la diversidad.
Exigen que todo el mundo les respete a ellos, pero ellos se consideran con derecho a no respetar al disidente, al diferente o sencillamente al otro.

3.  En la sociedad civil existen los tres poderes (legislativo, judicial y ejecutivo) que tienen el deber de velar por el respeto de los derechos de los ciudadanos.
Esto pertenece al poder civil. Pero lo que Jesús no quiere es que los "obreros del Reino de Dios" se dediquen a decidir ellos y a castigar a quienes no hacen las cosas como los hombres de la religión piensan que se tienen que hacer.
La religión no tiene ni autoridad ni competencia para decidir lo que es cizaña en la sociedad, y menos aún tiene competencias para arrancar esa presunta cizaña.



XIV Papa de la Iglesia y Mártir

Martirologio Romano: En Roma, san Víctor I, papa, africano de nacimiento, que fijó para todas las Iglesias la celebración de la fiesta de Pascua en el domingo que sigue inmediatamente a la Pascua judía (c. 200).

Breve Biografía
Natural de África. Hijo de Félix. Sucedió a san Eleuterio en el 189. Será el primer papa que afirme la existencia de un magisterio moral del obispado de Roma sobre los otros obispados de la Iglesia y comienza a sustituir el griego utilizado en la liturgia por el latín, aunque la misa seguirá celebrándose en griego hasta el año 230.
Durante su pontificado, Víctor sentó las bases para la celebración de los concilios al ordenar a los obispos del orbe cristiano que se reunieran en sínodos para considerar -confiaba él- la condena de la celebración de la Pascua según la costumbre judía que la celebraba el día 14 del mes de Nisán aunque no coincidiera en domingo.
Los obispos de Asia Menor, encabezados por Polícrates obispo de Éfeso, rehusaron abandonar la práctica que, según ellos y tal y como le expresó Polícrates al papa en una carta que le envió hacia 190 D.d J.C., esta práctica, conocida como “cuarto decimal” fue la de los apóstoles Felipe y Juan, y la de los santos Policarpo de Esmirna y Melitón de Sardes. Como respuesta, Victor envió una carta a los obispos declarando excluidos de la comunión a las iglesias de Asia. Esta decisión trajo un gran revuelo entre los obispos. Entonces intervino san Ireneo de Lyon y, después de afirmar que él personalmente mantenía el domingo para la celebración de la Pascua, le rogaba al Papa Víctor a seguir la posición de sus predecesores y que aceptara la duplicidad de costumbre.
Parece ser que Víctor quiso imponer su voluntad sobre la celebración dominical de la Pascua, pues Blasto, que era un fuerte defensor de la práctica cuarto decimal se separó de la Iglesia creando un cisma.
Aproximadamente en el 198, Víctor excomulgó a Teodoto, un curtidor de Bizancio por practicar la doctrina adopcionista, aunque no pudo impedir que sus discípulos siguieron propagando sus ideas en Roma.
Por otra parte, estableció que, en casos de emergencia, se pudiese utilizar cualquier agua para el bautismo, sin necesidad de estar bendecida.
Mantuvo relaciones con la casa imperial a traves de Marcia, catecúmena cristiana que era la concubina del emperador Cómodo. Víctor le entregó una lista de cristianos condenados a las minas en Cerdeña y consiguió su liberación. Le sucedió san Ceferino.
San Víctor murió antes de que comenzase la persecución de Septimio Severo, pero las persecuciones que debió sufrir por su enérgico celo para defender la fe, le merecen el título de mártir. Según San Jerónimo, este santo fue el primero en celebrar los sagrados misterios en latín.
Por: Cristina Huete García | Fuente: hagiopedia.blogspot.com


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