24 DE JULIO – VIERNES –
16ª – SEMANA DEL T. O. – A –
Santa Cristina de Bolsena
Lectura
del libro de Jeremías (3,14-17):
Volved,
hijos apóstatas –oráculo del Señor–, que yo soy vuestro dueño; cogeré a uno de
cada ciudad, a dos de cada tribu, y os traeré a Sión; os daré pastores a mi
gusto que os apacienten con saber y acierto; entonces, cuando crezcáis y os
multipliquéis en el país –oráculo del Señor–, ya no se nombrará el arca de la
alianza del Señor, no se recordará ni mencionará, no se echará de menos ni se
hará otra. En aquel tiempo, llamarán a Jerusalén «Trono del Señor», acudirán a
ella todos los paganos, porque Jerusalén llevará el nombre del Señor, y ya no
seguirán la maldad de su corazón obstinado.
Palabra
de Dios
Salmo:
Jr 31
R/.
El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño
Escuchad,
pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas
remotas:
«El que dispersó a Israel
lo reunirá,
lo guardará como un
pastor a su rebaño.» R/.
«Porque
el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano
más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones
a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes
del Señor. R/.
Entonces
se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los
viejos;
convertiré su tristeza en
gozo,
los alegraré y aliviaré
sus penas. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (13,18-23):
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros
oíd lo que significa la parábola del sembrador:
Si
uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo
sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo
sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en
seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene
una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe.
Lo
sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de
la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril.
Lo
sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése
dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.»
Palabra
del Señor
1. Sirviéndose
de la semilla como metáfora de la palabra; y de la metáfora de la tierra
sembrada como metáfora de la experiencia humana, Jesús explica por qué, tantas
veces, la palabra del Evangelio no da fruto en el corazón y en la convivencia
entre los humanos. Jesús propone tres casos posibles.
El
primero es el que no se entera. Es el que oye o incluso estudia el
Evangelio, pero no sabe de qué va, cosa que le puede ocurrir incluso a un
profesor de teología. Es el que tiene el corazón y la cabeza tan duros como un
camino pisoteado por los caminantes.
2.- El
segundo caso es el entusiasta superficial. Es el que oye el Evangelio y
le parece maravilloso, pero es una persona sin profundidad. Por eso,
en cuanto se le presenta una dificultad, empieza a ver las cosas de otra
manera, y enseguida es otra persona. Estamos
hartos de ver gente que, hace unos años, pensaba de una forma
y ahora piensan, al contrario. Hay católicos, que fueron entusiastas del
Concilio Vaticano II, y ahora lo ven como un fracaso. ¡Gente sin raíces! Con
esa gente no vamos a ninguna parte.
3
- El tercer caso es el que tiene pinchos
en el corazón. Este está de acuerdo con el Evangelio. Pero está también de
acuerdo en que lo que importa es vivir bien y ganar dinero, acumular cuanto se
pueda, por más que eso lleve consigo afanes y todo lo que haga falta. Una
persona así dice Jesús, por muy de acuerdo que esté con el Evangelio, es una
persona "ahogada" y "estéril". Con gente así, tampoco vamos
a ninguna parte.
Santa Cristina de Bolsena
Joven, posiblemente romana, martirizada cerca del lago de Bolsena en la
región Toscana de Italia. Sus hazañas legendarias se han confundido con las de
Santa Cristina de Tiro, cuya existencia no es segura. La iconografía la representa
en variadas formas: Con flechas, sosteniendo una piedra de molino, con
serpientes. Desde 1969 el culto se limita a los calendarios locales.
Vida de Santa Cristina de Bolsena
Un caso más de conciencia. ¿Qué debe hacer su padre? ¿Matar a su hija u
obedecer al emperador? Es la frase del Evangelio: "Dad al César lo que es
del César y a Dios lo que es de Dios".
Era hija de Urbano, un gobernador pagano de armas tomar. Su hija, por el
contrario, tuvo la suerte de entrar en contacto desde muy pequeña con unas
mujeres cristianas. Estas, contentas y felices, le enseñaron la vida y obra de
Jesucristo.
A medida que iba aprendiendo, vivía cuanto aprendía. Y para colmo, el
padre no sabía ni palabra. Como niña, se entretenía en romper las estatuas de
los falsos dioses que el padre tenía en casa. Un juego más pensaba el padre. La
realidad era todo lo contrario.
Pero cuando se enteró de que era cristiana, pronunció estas palabras:
"No se ha decir en el mundo que una niña me dio la ley, ni que estos
hechiceros de cristianos triunfan de nuestros dioses en medio de mi propia
familia. Yo veré si sus hechizos pueden más que mis tormentos y si la paciencia
de una hija ha de hacer burla de la cólera de un padre".
La sometió a toda clase de sufrimientos. De todos ellos la libró el Señor.
Hay un momento en que el propio padre la llevó al templo de Apolo para que
rezara e hiciera los sacrificios pertinentes. Pero el dios se cayó derrumbado
al suelo ante su padre. Este, en un acto de violencia, cayó fulminado de
muerte.
Otros gobernadores hicieron los mismo. Y, cansados, no tuvieron más remedio
que darle muerte para el escarmiento de los cristianos que crecían como la
espuma en tiempos de dificultad.
Sus restos los llevaron de Toscana a Palermo en donde se veneran en la
actualidad.
Fuente: http://es.catholic.net/santoral/
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