3 - DE AGOSTO
– MARTES –
18ª –
SEMANA DEL T. O. – B –
Stª. LIDIA
Lectura del libro de los
Números (12,1-13):
En
aquellos días, María y Aarón hablaron contra Moisés, a causa la mujer cusita
que había tomado por esposa.
Dijeron:
«¿Ha hablado el Señor
sólo a Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?»
El Señor lo oyó. Moisés
era el hombre más sufrido del mundo.
El Señor habló de repente a Moisés, Aarón y María:
«Salid los tres hacia
la tienda del encuentro.»
Y los tres salieron.
El Señor bajó en la
columna de nube y se colocó a la entrada de la tienda, y llamó a Aarón y María.
Ellos se adelantaron, y el Señor dijo:
«Escuchad mis palabras:
Cuando hay entre vosotros un profeta del Señor, me doy a conocer a él en visión
y le hablo en sueños; no así a mi siervo Moisés, el más fiel de todos mis
siervos. A él le hablo cara a cara; en presencia y no adivinando, contempla la
figura del Señor. ¿Cómo os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?»
La ira del Señor se
encendió contra ellos, y el Señor se marchó. Al apartarse la nube de la tienda,
María tenía toda la piel descolorida, como nieve. Aarón se volvió y la vio con
toda la piel descolorida.
Entonces Aarón dijo a
Moisés: «Perdón, señor; no nos exijas
cuentas del pecado que hemos cometido insensatamente. No la dejes a María como
un aborto que sale del vientre, con la mitad de la carne comida.»
Moisés suplicó al
Señor:
«Por favor, cúrala.»
Palabra de
Dios
Salmo: 50,3-4.5-6.12-13
R/. Misericordia, Señor:
hemos pecado
Misericordia,
Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
Pues yo
reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente. R/.
Oh Dios,
crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
Lectura del santo evangelio
según san Mateo (14,22-36):
Después
que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a
la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.
Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar.
Llegada la noche, estaba
allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por
las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús,
andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se
asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.
Jesús les dijo en
seguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis
miedo!»
Pedro le contestó:
«Señor, si eres tú,
mándame ir hacia ti andando sobre el agua.»
Él le dijo:
«Ven.»
Pedro bajó de la barca
y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza
del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
«Señor, sálvame.»
En seguida Jesús
extendió la mano, lo agarró y le dijo:
«¡Qué poca fe! ¿Por qué
has dudado?»
En cuanto subieron a la
barca, amainó el viento.
Los de la barca se
postraron ante él, diciendo:
«Realmente eres Hijo de
Dios.»
Terminada la travesía,
llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar, apenas lo
reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron donde
él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto, y
cuantos la tocaron quedaron curados.
Palabra del
Señor
1. No es posible saber si efectivamente Jesús caminó sobre
el mar. La verdad histórica de este episodio está muy cuestionada y con razón.
Pero eso no es lo importante aquí. Lo que interesa es tener en cuenta que,
inmediatamente después de la multiplicación de los panes, ocurrió algo que es
decisivo para la comunidad cristiana. - ¿De qué se trata?
2. Una vez que la gente se sació de comer, Jesús hizo dos cosas:
1) Despidió a la gente, que, entusiasmada, quería proclamarlo rey. Jn 6,
14-15).
2) "Forzó" (anagkazo) a los discípulos a irse en la barca. No es
que los "apremió", sino que los "obligó".
Esto indica que no querían irse y fue necesario forzarlos a que se marcharan
de allí. -¿Por qué?
Sin duda, porque al ver la oportunidad de que el Maestro se
convirtiera en rey, no querían perder la ocasión de tener algo de poder
político.
Esto supuesto, lo demás del relato se entiende enseguida: el mar se les
puso en contra, no avanzaban y, sobre todo, cuando vino Jesús a buscarlos,
vieron en él a un fantasma, tuvieron miedo, sobre todo Pedro, y Jesús les dijo
que no tenían fe.
3. La actualidad del relato es patente: cuando los discípulos de
Jesús no se contentan con ser lo que son, sino que además pretenden poderes de
orden político, se les hace de noche, no avanzan, todo son problemas, en Jesús ven a un fantasma
que les da miedo, Pedro se hunde. Se ha dicho que el "fundamentalismo
religioso" es "tradición acorralada" (A. Giddens).
Los actuales sucesores de los apóstoles dan muestra de que no les basta con
ser discípulos de Jesús y quieren cotas de poder político.
-¿No será por eso por lo que no ven la fuerza que tiene el Evangelio y, en
vez de ver a Jesús, ven fantasmas?
- ¿Esto no explicaría el actual éxito de los grupos más integristas y más
fundamentalistas? Pero,
- ¿es esa la solución que hoy necesita la Iglesia?
Stª. LIDIA
Comerciante – S. I
Martirologio
Romano: Conmemoración
de santa Lidia de Tiatira, vendedora de púrpura, que fue la primera que creyó
en el Evangelio en Filipos, en Macedonia, cuando lo predicó el apóstol san
Pablo (s. I).
Ser
el primero en hacer algo es un modo seguro de hacer que tu nombre figure en el
libro de los récords. La primera persona en dar la vuelta al globo. La primera
persona en correr la milla en menos de tres minutos. La primera persona en
llegar al Polo Sur. Lidia también fue una de las primeras. Su familia fue la
primera en Europa en convertirse al cristianismo y ser bautizada.
Lidia
era una comerciante de púrpuras. Eso podría no significar mucho para nosotros
hoy en día, pero en el siglo primero eso significaba que era una mujer muy
rica. Dado que el tinte de la púrpura se extraía con muchas dificultades de
cierto molusco, sólo una elite podía permitirse tener telas teñidas de ese
color. Una mercader que vendiera ese tinte tan extremadamente costoso era rica,
se mirase como se mirase.
La
riqueza se cita a menudo como uno de los principales obstáculos al crecimiento
espiritual.
Se
nos advierte que "es más fácil para un camello pasar por el ojo de una
aguja que para un rico entrar en el Reino de los Cielos". Eso no
significa, sin embargo, que ser pobre te haga mejor automáticamente. Una
persona pobre que acumula unas pocas posesiones no es mejor que una persona
rica que acumula muchas. No hay indicaciones de que Lidia abandonara su negocio
tras convertirse al cristianismo. Pero hay muchas pruebas de que utilizó su
fortuna sabiamente.
Entendió
que el valor real de la riqueza reside en el modo en que la usas, no en cuánto
tienes.
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