13 - DE
JUNIO – LUNES – 11 – SEMANA DEL T. O. – C –
San Antonio de Padua
Lectura
del primer libro de los Reyes (21,1-16):
Por aquel tiempo,
Nabot, el de Yezrael, tenía una viña pegando al palacio de Ajab, rey de
Samaria.
Ajab le propuso:
«Dame
la viña para hacerme yo una huerta, porque está al lado, pegando a mi casa; yo
te daré en cambio una viña mejor o, si prefieres, te pago en dinero.»
Nabot respondió:
«¡Dios me libre de cederte la heredad de mis padres!»
Ajab marchó a casa malhumorado y enfurecido por la respuesta de Nabot, el
de Yezrael, aquello de: «No te cederé la heredad de mis padres.»
Se tumbó en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento.
Su esposa Jezabel se le acercó y le dijo:
«¿Por qué estás de mal humor y no quieres probar alimento?»
Él contestó:
«Es que hablé a Nabot, el de Yezrael, y le propuse: "Véndeme la viña
o, si prefieres, te la cambio por otra." Y me dice: "No te doy mi
viña."»
Entonces Jezabel dijo:
«¿Y eres tú el que manda en Israel? ¡Arriba! A comer, que te sentará bien.
¡Yo te daré la viña de Nabot, el de Yezrael!»
Escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y
las envió a los ancianos y notables de la ciudad, paisanos de Nabot. Las cartas
decían: «Proclamad un ayuno y sentad a Nabot en primera fila. Sentad en frente
a dos canallas que declaren contra él: "Has maldecido a Dios y al
rey." Lo sacáis afuera y lo apedreáis hasta que muera.»
Los paisanos de Nabot, los ancianos y notables que vivían en la ciudad
hicieron tal como les decía Jezabel, según estaba escrito en las cartas que
habían recibido.
Proclamaron un ayuno y
sentaron a Nabot en primera fila; llegaron dos canallas, se le sentaron
enfrente y testificaron contra Nabot públicamente: «Nabot ha maldecido a Dios y
al rey.»
Lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió.
Entonces informaron a Jezabel:
«Nabot ha muerto apedreado.»
En cuanto oyó Jezabel que Nabot había muerto apedreado, dijo a Ajab:
«Hala, toma posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael, que no quiso
vendértela. Nabot ya no vive, ha muerto.»
En cuanto oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a tomar
posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael.
Palabra de Dios
Salmo:
5,2-3.5-6.7
R/.
Atiende a mis gemidos, Señor
Señor, escucha mis
palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos
de auxilio,
Rey mío y Dios
mío. R/.
Tú no eres un Dios que
ame la maldad,
ni el malvado es tu
huésped,
ni el arrogante se
mantiene en tu presencia. R/.
Detestas a los
malhechores,
destruyes a los
mentirosos;
al hombre sanguinario
y traicionero lo
aborrece el Señor. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (5,38-42):
En aquel tiempo, dijo
Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Yo,
en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te
abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte
pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para
caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide
prestado, no lo rehúyas.»
Palabra del Señor
1. La "ley del talión", extendida en las
culturas orientales antiguas, fue asumida por Israel: "vida por
vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura
por quemadura, herida por herida, cardenal por cardenal" (Ex 21, 23-25;
cf. Lv 24, 19 s; Dt 19, 21).
Se sabe que esta ley fue una liberación y un alivio para las gentes más
oprimidas de la antigüedad. En todo caso, aceptó la represión de la violencia
con la misma violencia.
2. Jesús anula esta ley que, en la práctica, es la
legitimación de la venganza. Pero Jesús llega mucho más lejos. Porque no se
limita a anular la ley de la venganza, sino que además dispone la renuncia a la
propia dignidad (la bofetada), la renuncia a la propiedad (dar la capa al
ladrón), y la renuncia a la defensa (no negarse nunca a dar con creces). En
definitiva, se trata de que, no solo no te vengues de quien te humilla, te pide
lo tuyo o se aprovecha de ti, sino que seas generoso con él, hasta llegar al
exceso de lo que razonablemente supera todo límite. Jesús no solo invita a refrenar
la agresividad, sino que invita a soportar la agresividad del violento.
3. Es evidente que, al pedir estas cosas, Jesús propone
algo que es provocativo. - ¿Por qué?
Sin duda, porque por aquí va el único camino eficaz que conduce a la
eliminación de la violencia. Nunca deberíamos olvidar que la
violencia constituye un círculo cerrado sobre sí mismo que se alimenta en la propia violencia, que
así se hace más fuerte y, además, se perpetúa. Los "excesos" de
no-violencia, que propone Jesús, son "un gemido del oprimido" (a sigh
of the oppressed. K. Tagawa), que desarma al violento.
Pero no basta cualquier gemido. Tiene que ser tan fuerte como
las renuncias que plantea Jesús. Y conviene caer en la cuenta de que, para
exigir tanta renuncia, Jesús no invoca ni el motivo del Reino, ni nada
relacionado con Dios. El asunto es tan grave, que Jesús consideró que ya era
bastante con presentar el tema en toda su crudeza.
San Antonio
de Padua
San Antonio de
Padua, también venerado como San Antonio de Lisboa, de Coimbra o de Portugal,
teólogo, predicador, monje portugués, patrón de Lisboa, de Padua y de otros
lugares.
Vida
de San Antonio de Padua
Nació en
Lisboa el 15 de agosto de 1195, con el nombre de Fernando de Bulhões, en el
seno de una familia pudiente descendiente del cruzado Godofredo de Bouillon, y
murió en Padua el 13 de junio de 1231.
Al ser
bautizado recibió el nombre de Fernando. Su familia le procuró una sólida
educación en la escuela catedralicia local. Contrario a los deseos de su
familia, Fernando ingresó en la Abadía Agustina de San Vicente en las afueras
de Lisboa. Los monjes de la orden de San Agustín, de la cual él era miembro, eran
famosos por su dedicación a los estudios. Fernando estudió las Sagradas
Escrituras, a San Jerónimo, a San Agustín, a San Gregorio el Magno y a San
Bernardo. También estudió los clásicos latinos como Ovidio y Séneca. Sin
embargo, Fernando recibía constantemente la visita de amigos y familiares que
le traían regalos de los cuales se avergonzaba y noticias de su entorno social
que le molestaban. Su dedicación al estudio se veía importunada y no lograba
encontrar paz donde se encontraba. Por tal razón convenció a sus superiores
para que le trasladaran a la Abadía Agustina de la Santa Cruz en Coimbra, la
entonces capital de Portugal y así continuar sus estudios. En el verano de 1220
recibió el hábito franciscano y comenzó a estudiar las enseñanzas de su fundador,
Francisco de Asís. Adoptó el nombre de Antonio en honor de Antonio el Magno a
quien estaba dedicada la ermita franciscana en la que él residía. En la fiesta
de Pentecostés de 1221 miles de frailes se congregaron en Asís, episodio que ha
pasado a la historia como el Capítulo de las Esteras ya que muchos de los
frailes ahí reunidos tuvieron que dormir en esteras. Este Capítulo General tuvo
por tema un versículo del Salmo 143: “Bendito sea el Señor mi Dios que adiestra
mis manos para la batalla” y estuvo presidido por el cardenal Raniero Capocci
en ausencia del patrón de la orden, el cardenal Ugolino dei Conti di Segni
quien sería el futuro Gregorio IX, el papa que canonizará a San Francisco. Una
vez concluida la reunión, el provincial de Bolonia, Fraile Graziano lo envió a
una pequeña ermita en las montañas del pueblo de Montepaolo para que sirviera
como sacerdote. Este fue uno de los períodos más felices de la vida de Antonio
de Padua quien por fin había pasado a vivir en la sencillez absoluta. A finales
del verano de 1222 la comunidad franciscana descendió al valle para asistir a
las ordenaciones sacerdotales en la catedral de Forlí. Antonio se vio obligado
a predicar cuando el predicador no pudo llegar y todos quedaron maravillados
con su sermón. A partir de entonces, viajó por todo el norte de Italia y el sur
de Francia predicando especialmente en zonas donde la herejía primaba.
Se dice que
era un predicador elocuente con una voz clara y fuerte, una atractiva sonrisa y
una maravillosa memoria. Llamado "Doctor Evangélico". Escribió
sermones para todas las fiestas del año. Con el celo de un apóstol emprendió la
tarea de reformar la moralidad de su tiempo combatiendo de forma especial la
lujuria, la avaricia y la tiranía. Su obra escrita son los Sermones en latín.
San Antonio de
Padua posee el récord de la canonización más rápida de la historia. Fue
declarado santo 352 días después de su deceso, el 30 de mayo de 1232, fiesta de
Pentecostés. Su muerte acaeció un 13 de junio, día de celebraciones populares
en Lisboa. San Antonio es el patrón de Lisboa, de Padua, donde permanecen sus
restos, y numerosas otras ciudades, como Concordia (Entre Ríos), en Argentina.
Por los
numerosos milagros que se le atribuyen es aclamado en todo el mundo. Los
habitantes de Padua construyeron en su memoria una magnífica basílica a donde
fueron transferidos sus restos en 1263. Cuando la bóveda en la que por treinta
años permaneció su cuerpo fue abierta, se encontró que las carnes del mismo se
habían reducido a polvo, pero su lengua, que le había servido para las
predicaciones, se mantenía intacta con un vívido color rojo. Buenaventura tomó
con afecto la lengua en sus manos y la besó exclamando: “Oh bendita lengua que
siempre alabaste al Señor e hiciste que otros lo alabaran, haces evidente ahora
tus méritos ante el señor.
La fama de los
milagros de San Antonio nunca ha disminuido, e incluso en la actualidad es
reconocido como el más grande milagrero de todos los tiempos. Como renombrado
orador atrajo a las multitudes dondequiera que fue hablando en múltiples
lenguas y según la leyenda hasta los peces del Brenta se extasiaban con su
prédica.
Uno de los
santos más venerados, sus estampitas y esculturas se encuentran por doquier.
Fue proclamado Doctor de la Iglesia el 16 de enero de 1946 y es llamado el
“Doctor Evangélico” en muchas ocasiones. Se le invoca especialmente a la hora
de encontrar objetos perdidos. También se le invoca para contrarrestar la
hambruna y la escasez. Patrono de los amputados, los animales, los remeros, el
Brasil, de la diócesis de Beaumont, de los animales domésticos, de los
ancianos, de las embarazadas, de la fe en el Sagrado Sacramento, de Ferrazano,
de los pescadores, de las cosechas, de los caballos, de Lisboa, de los animales
pequeños, del correo, de los marinos, de los oprimidos, de los pobres, de
Padua, de Portugal, de los navegantes, de los estériles, de los criadores de
cerdos, de los indios tiguas, de las aeromozas, de los viajeros y de los
aguadores.
En Portugal,
Brasil y algunas partes de América Latina es reconocido como el santo de los
matrimonios y el día de su fiesta (el 13 de junio) las muchachas solteras
pueden comprar una pequeña imagen de San Antonio y colocarla al revés como
castigo hasta que hayan encontrado un buen marido. Esta curiosa devoción ha
sido retratada muchas veces en la cultura popular portuguesa y latinoamericana.
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